Como parte de su campaña rumbo a la presidencia, el candidato republicano Donald Trump -que se llevó la victoria en las elecciones de Estados Unidos- habló de imponer nuevos aranceles a las importaciones, sobre todo las provenientes de China.
Se trata de un arancel universal del 10 o 20%, así como uno adicional del 60% o más en contra de las importaciones chinas, además de los que ya existen.
En un informe, la Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés) destaca que estos aranceles tendrán un impacto significativo en los costos de una amplia gama de productos de consumo vendidos en Estados Unidos.
El documento afirma que los aranceles solo reducirían el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses entre 46,000 millones y 78,000 millones de dólares cada año que los aranceles estén en vigor.
"Un creciente número de investigaciones económicas ha intentado evaluar los impactos de los aranceles propuestos en la economía estadounidense. En casi todos los casos, la conclusión ha sido la misma: un impacto negativo neto en Estados Unidos con resultados que van desde los $7,600 en costos adicionales anuales por hogar", se lee.
La NRF señala que si los nuevos aranceles se trasladan completamente a los consumidores, las propuestas arancelarias de Trump aumentarían sustancialmente los costos de los bienes importados y, en última instancia, los precios de los artículos de uso diario.
Este análisis, en conjunto con Trade Partnership Worldwide LLC estima los posibles impactos en seis categorías de bienes de consumo ampliamente comprados: ropa, juguetes, muebles, electrodomésticos, calzado y artículos de viaje.
El impacto de los aranceles
Para este estudio se examinó el extremo inferior y el superior de las amenazas arancelarias, es decir, el mejor y el peor escenario.
El escenario A es un arancel del 10% sobre todas las importaciones y un arancel adicional del 60% sobre las importaciones de China, es decir, un arancel del 70% sobre las importaciones chinas.
El escenario B es un arancel del 20% sobre todas las importaciones y un arancel adicional del 100% sobre las importaciones de China, es decir, arancel del 120% sobre las importaciones chinas.
El análisis de NRF observó que incluso después de los cambios en el abastecimiento, los aranceles propuestos tendrían un impacto sustancialmente negativo en los consumidores estadounidenses que compran los productos en cuestión.
Es decir, los costos adicionales asociados con estos aranceles serían demasiado altos para que los minoristas los absorbieran y, cuando se trasladaran a los consumidores, darían como resultado precios más altos de los que muchos consumidores estarían dispuestos o podrían pagar.
"Algunos consumidores dejarían de comprar los artículos y la demanda caería. Otros seguirían comprando a precios más altos", se destaca. El cálculo es que los consumidores pagarían es de:
- Entre 13 900 y 24 000 millones de dólares más por ropa
- Entre 8 800 y 14 200 millones de dólares más por juguetes
- Entre 8 500 y 13 100 millones de dólares más por muebles
- Entre 6 400 y 10 900 millones de dólares más por electrodomésticos
- Entre 6 400 y 10 700 millones de dólares más por calzado
- Entre 2 200 y 3 900 millones de dólares más por artículos de viaje
De acuerdo con esto, en total solo para las seis categorías de productos analizados los aranceles propuestos costarían a los consumidores entre 46 200 y 77 600 millones de dólares adicionales, o entre 362 y 624 dólares por hogar, por cada año que los aranceles estén vigentes.
Y para dimensionar: las categorías analizadas representaron solo el 7% de las importaciones estadounidenses en 2023.
Ropa y muebles, las categorías más afectadas
El estudio examinó la categoría de prendas de vestir incluyendo más de 500 artículos de la Lista Arancelaria Armonizada, desde tops y pantalones, hasta ropa interior, ropa de abrigo, trajes de baño, corbatas, guantes, calcetines, ropa de bebé, etc.
La propuesta de Donald Trump agregaría nuevos aranceles a los elevados que ya existían. Todos estos artículos enfrentan aranceles aún más altos bajo la sección 301 cuando se importan de China.
En la actualidad los aranceles de ropa o indumentaria de Estados Unidos promedian el 14.7%. En el escenario A los aranceles propuestos aumentarían a una tasa promedio de 37.5% y a un 56% en el escenario B.
Todo esto deriva en un aumento de los precios significativo, de entre 12.5 y 20.6%. Es decir, los consumidores reducirían su gasto en ropa entre un 22 y un 33%.
"Los consumidores que siguieran comprando ropa perderían poder adquisitivo, ya que se necesita más dinero para comprar las mismas prendas, lo que dejaría menos para gastar en otros artículos o servicios", se lee.
- Las pijamas para bebés actualmente cuestan 15 dólares pero llegarían hasta 17 o 18.
- Un suéter de algodón de mujer de 50 dólares costaría entre 56 y 60
- Un par de jeans de hombre que cuestan 80 dólares costarían entre 90 y 96.
- Un abrigo de 100 dólares costaría entre 112 y 121
Sobre todo estos precios más altos y la pérdida de poder adquisitivo afectarían especialmente a las familias de bajos ingresos. Estos son algunos de los ejemplos de estos aumentos:
De igual forma, este dato es importante de destacar. Si bien el 62% de los estadounidenses están de acuerdo con un arancel a los jeans importados, tarifa que se destine a impulsar la producción y el empleo en la industria nacional de jeans, este apoyo se evapora si los aranceles hacen que los jeans sean entre 10 y 25 dólares más caros.
Si bien todo esto provocaría que las importaciones de ropa disminuyeran -particularmente de China- y la producción estadounidense aumente, los consumidores pagarían en promedio 20 dólares por cada dólar adicional que ganaran los productores de ropa.
En lo que respecta a los productos mobiliarios, el análisis incluye tanto muebles terminados como piezas ensambladas en Estados Unidos por fabricantes o minoristas.
Los aranceles actuales sobre los muebles promedian el 5.4%. Sin embargo, las propuestas arancelarias de Trump aumentarían los costos arancelarios hasta un 32.8% en el escenario A y hasta un 54.3% en el escenario B.
Esto implica que los precios de los muebles, al igual que los de la ropa, aumentarían significativamente.
El estudio propone un aumento de entre el 6 y el 10%. Si esto se traslada por completo a los precios minoristas, los consumidores estadounidenses perderían poder adquisitivo y se verían obligados a reducir las compras generales entre un 12 y 17%. Por ejemplo, esto significaría que:
- Un sofá de gama media que actualmente cuesta 1500 aumentaría entre 96 y 143 dólares
- Una cuna de 200 dólares costaría entre 213 y 219 después de los aranceles
- Un colchón y somier de 2000 dólares acabaría costando entre 2128 y 2190
De igual forma, si bien los fabricantes de muebles estadounidenses se beneficiarían de los aranceles, implicaría un alto costo para las familias.
Los consumidores estarían pagando 3 dólares por cada dólar adicional que ganaran los productores de muebles estadounidenses.