Cuautitlán Izcalli, EDOMÉX- La mañana comienza con un rumor constante de bandas transportadoras, lectores de códigos y personal en movimiento.
Nos encontramos en el centro de distribución de Cainiao, el brazo logístico del gigante Alibaba, para descubrir de primera mano cómo es posible recibir un paquete desde China en una semana o menos.
Lo que para muchos usuarios de AliExpress parece magia, aquí se revela como una coreografía milimétrica de tecnología, planeación y velocidad.
“Vamos a darles un breve tour por la operación”, nos dice Julio Jara, director de operaciones de transporte de Cainiao México, mientras nos conduce al interior del edificio de 20,000 metros cuadrados en la zona industrial de Cuautitlán Izcalli, de los cuales la mitad ya está en funcionamiento.
“Todavía estamos haciendo ajustes, porque el volumen ha crecido tanto que necesitamos seguir expandiéndonos”, comenta al pasar por las oficinas aún en montaje.

Del AIFA a la última milla
Todo comienza con la llegada de los camiones desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que transportan la carga consolidada desde aduana.
Las cajas vienen selladas directamente desde China. “Hacemos un proceso de revisión física de guías y manifiestos. Ya sabemos desde días antes lo que va a llegar, eso nos permite anticipar recursos y planificar la operación con precisión”, explica Jara.

La operación se divide en dos etapas de sorteo. En el primer nivel, los paquetes se vacían de las cajas maestras y se asignan a una de las cuatro “piernas” del sistema: A, B, C y D, que corresponden a distintas regiones del país según densidad y volumen.

Cada paquete lleva una letra y un número: la letra indica la pierna y el número, el polígono exacto de destino. Este sistema permite que, una vez que el paquete llegue a su ciudad destino, no necesite ser reordenado: ya está listo para la entrega.
“Eso nos permite que la caja que llega a Guadalajara, por ejemplo, vaya directo al repartidor. Ya no se abre ni se reorganiza nada”, dice Jara mientras señala una caja etiquetada con la ruta BS8, lista para salir.


El poder de lo predictivo
Mientras seguimos el flujo de mercancía, se hace evidente el rol que juega la tecnología. El brazo logístico chino utiliza modelos predictivos basados en inteligencia artificial para anticipar la distribución del volumen y optimizar los recursos logísticos.
“Desde origen sabemos cómo se va a comportar la carga. Eso es lo que permite que un paquete desde China llegue en promedio en siete días”, afirma.
El segundo sorteo, en el piso inferior, refina la consolidación por polígono. Ahí, los operadores clasifican por canastas con códigos que luego se convierten en cajas etiquetadas por ciudad.
“Por ejemplo, esta es Toluca, esta es San Luis Potosí”, muestra Jara. Al mediodía, otro equipo toma el relevo para organizar la carga por tarimas. Para la noche, todo está listo para salir por carretera o vía aérea.

“Lo que llega hoy, esta misma noche se despacha y mañana a las 8:00 o 9:00 am ya está en manos del repartidor”, dice Jara. La eficiencia del sistema depende, eso sí, de un factor impredecible: la aduana. “El mayor cuello de botella está en los pagos de pedimentos; eso sí puede retrasar todo”, reconoce.
En destinos lejanos como la península o el sureste, Cainiao decide entre transporte terrestre o aéreo según qué opción sea más rápida. “Muchas veces, por temas como exceso de equipaje en vuelos turísticos, el terrestre resulta más confiable”, agrega.
Un modelo que desafía al estándar
A diferencia de muchas paqueterías que envían carga a granel y dependen de procesos de clasificación en destino, Cainiao apuesta por un modelo que traslada el esfuerzo de orden al origen.
“Eso nos hace más ágiles. Aquí, prácticamente todo lo que ven en piso hoy, esta noche ya está fuera”, dice Jara con convicción.
El centro en Cuautitlán Izcalli es el único de su tipo en México. En otras ciudades solo operan estaciones de última milla, más pequeñas, donde se hace la recepción y entrega a repartidores.
“Tenemos también partners que nos apoyan en media milla. Cada vez más empresas nos buscan para agilizar sus propias entregas”, añade.

Al final del recorrido, observamos las líneas A, B, C y D en plena actividad, cada una cargando mercancía para distintas partes del país. Guadalajara, después de Ciudad de México, es el segundo destino con mayor volumen.
“La caja prácticamente entra con una etiqueta y sale con otra. Parece simple, pero detrás hay una planeación detallada que lo hace posible”.

La visita termina con una sensación clara: detrás de cada paquete que llega sorpresivamente rápido desde el otro lado del mundo, hay un sistema que no deja nada al azar.