El Producto Interno Bruto (PIB) de México podría alcanzar tasas de crecimiento de 4% durante la presente década.
Dicho repunte sería posible si se concretan las expectativas en torno al nearshoring.
La relocalización de empresas e industrias hacia el país duplicaría el promedio del PIB de 2.5% registrado en años recientes, según estimaciones del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Así lo detalló Francisco Cervantes, presidente del organismo, durante su participación en la Cumbre Nearshoring México, organizada por la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
Solo a comienzos de este año ya se contabilizan 373 nuevos anuncios de inversión extranjera directa (IED) y 50 proyectos de parques industriales en marcha para echar a andar esas operaciones, según datos de la CCE.
Para consolidar a México como un polo atractivo de inversiones se deben priorizar temas como el combate a la inseguridad y la delincuencia organizada, añadió Cervantes.
También pidió priorizar el desarrollo de infraestructura logística y energética sustentable.
El empresario abundó que el nearshoring abre un potencial para duplicar las exportaciones e inversión extranjera anuales, según reportes de medios nacionales.
Añadió que el sector privado está comprometido en trabajar conjuntamente con autoridades y sociedad civil a fin de materializar los beneficios económicos del nearshoring.
Perspectivas de crecimiento de México
Durante su participación en el mismo evento, Carlos Slim, presidente vitalicio del Grupo Carso, manifestó su optimismo sobre las perspectivas de crecimiento del país.
Aseguró que es posible que la economía de México crezca 6% a taza anual durante los próximos 10 o 15 años.
Esto porque el PIB de México se encuentra cada vez más integrado con Norteamérica.
El ingeniero enfatizó que se debe sacar partido del rol de México como principal proveedor de mercancías para el mercado estadounidense.
Destacó también la importancia de complementar el auge del nearshoring con el desarrollo del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Fuentes: El Financiero - Reforma - Forbes México