Formar talento desde cero, con enfoque social y perspectiva de género, se ha convertido en una de las estrategias más efectivas para enfrentar la escasez de operadores en el transporte de carga en México. Iniciativas como el programa itinerante de capacitación para conductoras, impulsado por Scania México desde 2022, están demostrando que es posible profesionalizar a nuevos perfiles, descentralizar la formación y, al mismo tiempo, transformar vidas.
Un modelo que se adapta al territorio
Este modelo no solo responde a una necesidad urgente del sector —que enfrenta un déficit estimado de más de 54,000 operadores de carga—, sino que también plantea una solución estructural: llevar la capacitación a distintas regiones del país, eliminar barreras económicas y abrir oportunidades laborales para mujeres que históricamente han estado excluidas de esta industria.
“El programa nació en Argentina, donde existe un Instituto del Transporte que centraliza la formación. Pero en México, con su geografía tan extensa y su red de escuelas certificadas por la SICT, decidimos adoptar un modelo itinerante”, explica Rodolfo Hernández Casanova, responsable de Relaciones Interinstitucionales y Sustentables de Scania.
Este enfoque ha permitido que el programa se implemente en ciudades como Tijuana, Torreón, Manzanillo, Tula y Toluca, en colaboración con centros de formación certificados por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). En cada sede, se lanza una convocatoria exclusiva para mujeres, de la cual se seleccionan 10 participantes por generación.
Formación técnica con enfoque humano
El curso tiene una duración de seis semanas e incluye 180 horas de formación teórica y práctica, conforme al plan oficial de la SICT. A esto se suman sesiones adicionales impartidas por un master driver de Scania, así como el uso de camiones extra para maximizar las horas al volante.
“La tecnología ha sido un game changer. Hoy, cualquier persona puede manejar un tractocamión, sin importar su complexión física o edad. Lo hemos visto con mujeres de complexión pequeña que maniobran perfectamente gracias a los avances en dirección, visibilidad y ergonomía”, señala Hernández Casanova.
Además de las habilidades técnicas, el programa aborda temas como seguridad vial, mecánica básica, maniobras complejas y revisión de unidades, así como protocolos ante situaciones de riesgo en carretera. Las participantes egresan con una licencia tipo B, lo que les permite incorporarse de inmediato al mercado laboral.
Inclusión con impacto económico
Uno de los aspectos más innovadores del programa es su enfoque en la inclusión social y económica. La mayoría de las participantes son mujeres de entre 30 y 45 años, muchas de ellas jefas de familia, desempleadas o con empleos precarios en maquilas, ventas por catálogo o seguridad privada.
“Lo que hemos visto es que muchas de estas mujeres tienen algún vínculo previo con el transporte: un padre, un hermano, una pareja que las llevó alguna vez en carretera. Ellas ya visualizaban esta profesión como una posibilidad real para mejorar su calidad de vida”, comenta Hernández Casanova.
El programa cubre colegiaturas, exámenes médicos y otorga apoyos económicos durante las seis semanas de formación, gracias a alianzas con empresas patrocinadoras. Esto permite que las participantes se concentren en su capacitación sin preocuparse por los gastos inmediatos.
Efecto multiplicador en la industria
Más allá de la formación individual, el programa ha generado un efecto transformador en las empresas patrocinadoras. “Hay compañías como Autotransportes Pilot o Transcooler que, tras participar, comenzaron a desarrollar políticas internas para recibir a mujeres conductoras: baños exclusivos, hospedaje seguro, líneas de atención para casos de acoso, entre otras medidas”, destaca Hernández Casanova.
Este tipo de acciones no solo mejora las condiciones laborales, sino que también eleva los estándares de inclusión y profesionalización en el sector. Además, al finalizar el curso, las egresadas son vinculadas directamente con empresas de transporte, lo que facilita su inserción laboral inmediata.

Un semillero para el futuro logístico
Aunque el programa aún es joven, ya ha demostrado su potencial como semillero de talento logístico. Si bien aún no ha generado perfiles con la experiencia suficiente para operar en mercados como el estadounidense, sí ha contribuido a fortalecer la base de operadores en el país.
“Estamos promoviendo una cultura de adopción de mujeres en el transporte. Queremos que más empresas se sumen, que más mujeres se animen, y que el sector logístico mexicano se fortalezca desde la diversidad y la inclusión”, concluye Hernández Casanova.
Para 2025, el programa planea abrir dos nuevas generaciones, probablemente en San Luis Potosí o Toluca, dependiendo de las condiciones económicas y la disponibilidad de patrocinadores. Mientras tanto, las convocatorias seguirán publicándose en las redes sociales de Scania, invitando a más mujeres a tomar el volante de su futuro.