Actualmente, se están desarrollando cuatro eventos que afectarán el próximo año. El primero se refiere a la política monetaria de Estados Unidos y al aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal (FED), lo que implica un impacto directo a la subida de las tasas de interés en México, la paridad peso-dólar, importaciones, compra de ciertos bienes y el poder adquisitivo en dólares de los consumidores.
La segunda variable es el TLCAN, del cual se espera una resolución en marzo próximo. Durante su desarrollo, las posiciones de México, Estados Unidos y Canadá en ciertos momentos se han distanciado y en otras encontrado, ya que al principio del año existió mucha incertidumbre y después se mostró confianza sobre una modernización del tratado. No obstante, en las últimas semanas se ha visto un alejamiento de las naciones en ciertos temas para llegar a un satisfactorio acuerdo comercial.
Ante un escenario de finalización del TLCAN, eventualmente el gobierno mexicano se mantendría dentro del marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo que traería un aumento en los aranceles relativamente menor a lo esperado. Cabe destacar que la mitad de nuestro comercio con la Unión Americana no está regido por las regulaciones de este tratado.
En el TLCAN, más allá del déficit comercial, se ha hablado de negociar el tema del comercio electrónico y la economía digital, lo cual abre grandes posibilidades para el consumidor mexicano de adquirir una gran variedad de productos de Estados Unidos y de esta manera cerrar la brecha comercial.
Por otra parte, el consumidor se da cuenta de la importancia que tiene la cadena de suministro en los negocios, cuánto cuestan las mercancías en distintas partes del mundo, así como la variación de los precios del petróleo y otros insumos que afectan su precio final.
Ante el discurso proteccionista y cierre de fronteras de varios países del mundo, pareciera que existe un retroceso en la globalización. En el caso de Estados Unidos, a pesar de la voluntad del ejecutivo, no comparten el mismo sentir los congresos y empresas, además de que el consumidor local se inconformará por tener que pagar mucho más por los bienes que acostumbraba adquirir.
El principal motivo del comercio entre México y Estados Unidos es la similitud de las economías y su complementariedad entre capital y mano de obra. Ambas naciones comparten cuencas de recursos naturales y energéticos, así como infraestructura terrestre, ferroviaria, marítima y portuaria que facilita el comercio binacional.
El tercer punto se refiere a la reciente aprobación de la reforma fiscal propuesta por la administración del presidente Trump de reducir los impuestos para las personas físicas y morales, lo cual modificará los flujos de inversión de México hacia nuestro vecino del norte. Sin embargo, las empresas no responden solamente a cambios fiscales para invertir, sino a otros incentivos en materia de comercio exterior, regulaciones, desarrollo tecnológico, innovación e infraestructura.
En estos tiempos de negociación, es clave no perder de vista el propósito del TLCAN al permitir que Norteamérica compita como un bloque económico, en especial contra China, que integra los recursos naturales de Canadá, el capital y talento empresarial de Estados Unidos y el potencial manufacturero de México.
Las elecciones del 2018 se convierten en el cuarto elemento de incertidumbre, ya que las percepciones, impresiones y opiniones se adelantaron gracias a la irrupción de los candidatos independientes, el resurgimiento del voto útil y la manera en que se informa la gente a través de las redes sociales y plataformas digitales.
Oportunidades para desarrollar negocios con otras partes del mundo
El 2018 se presenta como un escenario de enormes oportunidades para desarrollar el comercio electrónico en México con productos de manufactura nacional, diversificar los negocios, fortalecer el consumo interno y exportar a otras latitudes.
Es importante apoyar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) hacia su profesionalización en materia de e-commerce, uso de código de barras, registro de marcas y patentes, comercialización y marketing, así como logística, negociación y exportación. A mayor número empresas capacitadas, mayores son las oportunidades de crecimiento del país, las compañías podrán sortear de manera efectiva las turbulencias del mercado y generarán más empleos.
En víspera de las próximas elecciones, los efectos políticos y electorales no detendrán el consumo en el sector detallista, en especial de las necesidades básicas de los mexicanos en términos de sus actividades diarias como alimentación, estudio, trabajo y entretenimiento.
Reconocerse y reencontrarse para afrontar el futuro
Respecto al tema de marca país, México necesita trabajar bastante en los tópicos de narcotráfico y corrupción; así como destacar elementos como el turismo, capital humano calificado, potencial manufacturero, hubs logísticos y clústeres automotrices y aeroespaciales para cambiar la percepción del país alrededor del mundo.
Ante un panorama de incertidumbre global, son más las oportunidades a capitalizar, donde el trabajo y el talento se conjuntan con valores para construir un mejor futuro. Creemos firmemente que en cuanto nos reconozcamos como país, recobremos nuestro orgullo y veamos el gran camino y los grandes logros que hemos tenido, podremos resolver nuestros mayores retos.
Jorge Flores Kelly es Director General de Aporta y Mario de Agüero es Director General de GS1 México. / [email protected] www.gs1mexico.org