Las PyMEs exportadoras han encontrado en el comercio internacional una gran oportunidad para crecer a pesar de la crisis global derivada de la pandemia.
Además, las exportaciones representan un pilar económico para las empresas mexicanas pues fomentan el desarrollo, la productividad y el empleo.
Por tal motivo, los líderes de las empresas exportadoras requieren fortalecerse y tener un plan financiero sólido para seguir compitiendo.
Ese mismo plan les permitirá librar obstáculos en el financiamiento, riesgos de impago, morosidad, falta de asesoría y planificación, entre otros factores.
Pandemia perjudicó a PyMEs exportadoras
Según la fintech especializada en financiamiento a exportadores, Drip Capital México, la pandemia de Covid-19 ocasionó que más de un millón de pequeñas y medianas empresas (PyMEs) tuvieran que cerrar sus puertas de manera permanente en 2020.
En contraste, Inegi reporta que 619 mil nuevas unidades abrieron y 3.85 millones de ellas se mantuvieron a flote.
Se estima que 69% de las PyMEs exportan sus productos y el 56% de ellas importan, de ahí su trascendencia para la recuperación económica de México.
Son varios los errores que llevan a la PyMEs exportadoras al cierre. Estos son los que enumera la fintech.
Falta de planeación
Participar en mercados internacionales requiere dar pasos estratégicos con base en el pulso de dicho mercado, pero también en el ciclo completo de la exportación.
Por ejemplo, en ventas internacionales, las facturas tienden a alcanzar montos de 50 mil dólares en promedio y periodos de crédito de hasta 75 días.
Eso significa que para asegurar el éxito del negocio se necesita un plan adecuado a las necesidades de los futuros clientes y a las capacidades de exportación en el corto, mediano y largo plazo.
Dicha planeación debe contemplar costos de producción, la cadena de suministro, el empaque, tarifas arancelarias, procesos básicos en torno a la regulación del comercio y otros gastos de distribución y transporte.
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El plan también debe tomar en cuenta la cultura de negocios del país destino, las condiciones climatológicas, factores sociopolíticos y la relación con los clientes.
No mitigar riesgos
Exportar implica nuevas oportunidades, pero también distintos retos. Por tanto, hay que estar preparado para cualquier inconveniente.
Entre esos imprevistos se encuentran aquellos que forzan a la falta de liquidez.
En el contexto de la crisis pandémica, Euler Hermes, empresa de seguros de crédito comercial, estima que nueve de cada 10 empresas sufren la falta de pago por parte de sus compradores.
Miedo al financiamiento
El financiamiento es un pendiente para las PyMEs en general, pues entre la falta de acceso y los costos, las empresas suelen pensar dos veces antes de adquirir una línea de crédito.
Crecer únicamente con los flujos de efectivo suele ser un proceso lento y hará difícil enfrentar panoramas económicos complejos. Esto no quiere decir que, para exportar más, necesariamente hay que endeudarse más.
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Los exportadores pueden recurrir a otras medidas que les ayuden a mejorar su capital de trabajo, es decir, el dinero necesario para cubrir sus operaciones y otros gastos generales del día a día, como nómina, cuotas de transporte, impuestos, etcétera.
El éxito del negocio de exportación, aseguran los expertos, dependerá de la preparación y de cómo se aprovechen las oportunidades en nuevos mercados.
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