Los logísticos suelen ver la industria 4.0 y la digitalización de almacenes desde la perspectiva del centro de distribución automatizado, pero básicamente se trata de todos los estadios que conforman la cadena de suministro.
Así lo aseguró Antonio Rivero, Director Comercial de Napse, empresa especializada en soluciones de automatización para retailers, en entrevista exclusiva para THE LOGISTICS WORLD.
Para Rivero, el almacén 4.0 se trata de una red totalmente conectada que comienza por un punto medular: el cliente.
El consumidor, punto inicial de la digitalización de almacenes
“La tecnología nos permite entender cuáles son los comportamientos de compra de la persona y en función de esas preferencias debemos irnos atrás proceso por proceso hasta llegar a las materias primas. Es una digitalización de punta a punta”, explicó.
Señaló que lo que ha ocurrido con la llamada industria 4.0 es la digitalización de todos los aspectos que conforman la cadena de suministro, desde el transporte, los puntos de venta, la manufactura y, desde luego, el almacenamiento.
Recordó que en la era analógica se realizaban modelos y proyecciones para tratar de entender la demanda, lo que daba pauta a los productores para definir los procesos de manufactura y delimitar la materia prima a requerir. Sin embargo, todo eso ha cambiado con los avances tecnológicos.
El uso del software as a service
Rivero destacó que existe la creencia de que Latinoamérica está muy atrasada en términos tecnológicos en comparación a naciones industrializadas, pero no es del todo cierto.
“Hay una tremenda tendencia, muy fuerte, del acceso temporal a ciertos equipos, herramientas que proporcionan mucha información, y son aparatos que cada día se abaratan más porque ya no hay que hacer grandes inversiones en licenciamiento o en hardware. Antes se trataba de grandes inversiones y ahora todo eso puede resolverse con rentas”, abundó.
Dijo que el ejemplo más claro de este formato es la nube, que permite a las empresas pagar exactamente lo que se consume. Eso brinda a los negocios mayor elasticidad para sus operaciones, además de que permite la reducción de espacios físicos.
Remarcó que el software como servicio (SaaS, por sus siglas en inglés) permite a los usuarios conectarse a aplicaciones basadas en la nube a través de internet y usarlas como mejor les convenga, y eso está “democratizando” la tecnología.
“Es muchísimo más razonable hablar de pagar pedacitos que hacer desembolso tan grandes. Entonces, esa es para mí esa es la principal diferencia que existe hoy día a la hora de digitalizar cualquier empresa”, comentó.
Lo que muchos negocios no tienen es disciplina, apuntó. Normalmente los proveedores de software están haciendo actualizaciones todos los años y si las empresas pretenden hacer modificaciones para generar proyectos deben acostumbrarse a la capacitación continua y operar con las versiones más modernas de los equipos.
“Al contar con las versiones más actuales del software puedes configurar tu operación como mejor te convenga y hacerla más ágil. Hoy día, la velocidad de respuesta es la diferencia en cómo se comercializa y hacemos negocios”, enfatizó.
Comprender la demanda
Añadió que lo primero que interesa en el mundo digital a los retailers es entender la demanda. Las preferencias del cliente son las que ahora definen cómo surtir las tiendas, sin que esa sea la única realidad. Pero ante consumidores más decididos, hay que tomar muy en cuenta sus gustos.
El surtido de tiendas es precisamente otro tema importante que destacó: “la pandemia transformó los negocios en mini centros de distribución. Ahora, los espacios más desarrollados tecnológicamente se convierten en una especie de almacenes que envían productos a otros establecimientos”.
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“Desde el punto de vista logístico solíamos pensar nuestras cadenas uniendo bodegas con transporte, quizás incluyendo hasta la última milla, pero no imaginábamos a las tiendas como centros de distribución. Y aparecieron las dark stores y todo cambió”, remarcó.
La tecnología ahora muestra el camino
El especialista puntualizó que con la omnicanalidad y los análisis adecuados, los estrategas logísticos van conociendo sus puntos débiles.
Con toda la data a la que tenemos acceso ahora es más sencillo conocer el comportamiento de ciertos puntos y definir si dicho espacio funciona mejor como tienda o como bodega.
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“La tecnología ahora nos ilumina y nos da hasta detalles de la ubicación, ya podemos definir con mayor precisión si ese sitio rinde mejor como almacén o una dark store”, aclaró.
Las estrategias han cambiado, remató. Antes los almacenes eran enormes espacios para guardar producto y ahora varios se han convertido hasta en espacios de fullfillment o en sitios de fácil acceso para los repartidores, quienes llevan la mercancía al consumidor final.
*Con información de Ilse Maubert.
THE LOGISTICS WORLD