¿Por qué nuestro futuro está ligado al bienestar del planeta? La interrogante sin duda está íntimamente ligada a la estrategia de sustentabilidad de empresas, gobiernos y la sociedad en su conjunto.
Cuando el Covid-19 se extendió por todo el mundo, surgió un pequeño rayo de luz: la comprensión de que podría sanar rápidamente por sí mismo. Para muestra: con la gente refugiada en casa, los cambios en la atmósfera de la Tierra se volvieron tan significativos que fueron visibles desde el espacio.
Los horizontes de las ciudades, desde Nueva Delhi hasta Los Ángeles y Seúl, se despejaron por primera vez en la historia reciente. En un momento, nuestro planeta incluso comenzó a experimentar menos vibraciones debido a la disminución del movimiento humano.
Estrategias de sustentabilidad lograrán un mundo más saludable
El verdadero impacto sostenible comienza con la comprensión de cómo se entrelazan las personas, el planeta y la comunidad. Los entornos más saludables simplemente conducen a personas más saludables. El efecto de mejorar el medio ambiente es cíclico.
Y dado que las personas, el planeta y las comunidades son inseparables, nuestras soluciones también deben ser integrales y medibles.
Las empresas, los gobiernos y las personas tienen un papel que desempeñar en las estrategias de sustentabilidad. Por ello, debemos seguir reduciendo los plásticos de un sólo uso, reorientar las cadenas de suministro para proteger los derechos humanos y desplegar tecnología para unir estos esfuerzos.
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Reciclaje completamente circular, estrategia de sustentabilidad
Si bien en el pasado hemos sido testigos de cómo los gobiernos han creado sus propias iniciativas para incentivar este tipo de actividades, en los últimos años también hemos observado cómo el sector privado se ha involucrado para lograr la circularidad del reciclaje y de los desechos de la cadena de suministros.
Esto continúa siendo una prioridad, ya que se prevé que para el 2050 habrá más plástico que peces en el mar.
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Los consumidores ya comprenden lo que significa colocar una botella de plástico en el contenedor correspondiente. Los líderes empresariales ahora deben elevar esta conversación y estructurar mejor sus estrategias de sustentabilidad.
Se puede lograr una reducción de los plásticos de un sólo uso educando a los consumidores sobre los productos y empaques fabricados con plásticos reciclados, u otros plásticos post-consumo, que terminan en los océanos. Sin embargo, una verdadera economía circular no sólo es la que se dedica a reintegrar los plásticos al ciclo, sino aquella que respeta todas las vidas humanas que forman parte de ella.
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Proteger los derechos humanos dentro de la cadena de suministros
Otro efecto residual del Covid-19 es que ha estimulado una reconsideración fundamental de las cadenas de suministro globales.
A medida que las empresas se reestructuran para lograr la resiliencia, es el momento perfecto para abordar otros problemas como los derechos humanos y el comercio justo.
El compromiso propio con la defensa de los derechos humanos debe ser claro e intransigente. Este comienza por la premisa de que las organizaciones no pueden ignorar las prácticas de sus cadenas de suministro ni hacer de las vidas humanas una consideración secundaria o terciaria. El impacto humano debe ser lo primero.
Las empresas deben determinar los principios rectores que liderarán su estrategia. HP, por ejemplo, se adhiere a la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU (DUDH) y las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales, entre otras.
Ninguna cadena de suministro es perfecta, lo que importa es ser transparente sobre el progreso hacia la creación de condiciones de trabajo seguras y humanas. No es solo lo moralmente correcto, también es el veredicto en el tribunal de opinión del consumidor.
En ese aspecto, el MIT descubrió que los consumidores pueden incluso estar dispuestos a gastar hasta un 10% más en una compra de un proveedor que valora la transparencia de la cadena de suministro.
El mensaje es claro: la ciudadanía corporativa ya no es una estrategia; es simplemente cómo debemos hacer negocios.
Continuar con el impulso de la tecnología
El Covid-19 creó un cambio rápido hacia un mundo habilitado digitalmente, al comienzo de lo que muchos llaman la "década de acción".
El tiempo de la aspiración pasó hace mucho, y la tecnología debería asumir el papel principal en la realización del cambio necesario.
Cuando se aplican estratégicamente en economías emergentes, los rápidos avances en internet, dispositivos móviles, inteligencia artificial (IA), gestión de datos y el 5G tienen la capacidad de sacar a las personas de la pobreza y acercar a los países a alcanzar sus objetivos de desarrollo sostenible.
Las empresas tecnológicas, las no tecnológicas, los particulares y los gobiernos deberán colaborar estrechamente para lograrlo.
El sector tecnológico deberá ser la voz de la innovación y de la posibilidad, interactuando con los clientes y presionando a los gobiernos para que desarrollen soluciones críticas de conectividad, educación y energía sostenible.
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Mientras tanto, las empresas no tecnológicas deberían considerar cómo la tecnología puede ayudarles a ampliar el acceso de los mercados desatendidos a sus productos y servicios, especialmente a través de asociaciones con sus homólogos tecnológicos.
En medio de la turbulencia, debemos buscar oportunidades. Y esta pandemia ha puesto en relieve cómo tratamos a nuestro planeta.
A medida que volvemos lentamente a lo que antes conocíamos como normalidad, consideremos todos qué elementos de "normalidad" no estaban funcionando antes para realizar cambios importantes y así lograr un mejor entorno para nosotros y nuestro planeta.
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