Las alianzas marítimas son acuerdos estratégicos entre líneas navieras que buscan optimizar la eficiencia operativa y reducir costos en el transporte de carga.
Sin embargo, los cambios en estas estructuras pueden generar disrupciones en las cadenas de suministro, especialmente en países con un alto volumen de comercio marítimo como México.
¿Qué son las alianzas marítimas y por qué se reestructuran?
Las alianzas marítimas son acuerdos cooperativos entre empresas navieras para compartir rutas, barcos y recursos con el objetivo de mejorar la eficiencia operativa y reducir costos. Algunas de las principales alianzas globales incluyen:
- 2M Alliance (MSC y Maersk)
- The Alliance (Hapag-Lloyd, ONE, Yang Ming y HMM)
- Ocean Alliance (CMA CGM, COSCO Shipping, Evergreen y OOCL)
Razones para la reestructuración
- Cambios en la demanda global: La desaceleración económica y cambios en los patrones de consumo influyen en la reorganización de rutas.
- Regulaciones antimonopolio: Algunas alianzas han sido revisadas o limitadas por autoridades reguladoras en Estados Unidos, la UE y China.
- Competencia y nuevas rutas comerciales: La aparición de nuevos corredores comerciales obliga a las navieras a ajustar sus estrategias.
- Sostenibilidad y reducción de emisiones: Las políticas ambientales han llevado a las navieras a modificar flotas y rutas para cumplir con nuevas normativas.

Impacto en la cadena de suministro mexicana
La reestructuración de alianzas marítimas afecta a México debido a su dependencia del comercio exterior. A continuación, se analizan algunos de los impactos más relevantes:
Mayor incertidumbre en los tiempos de entrega
- La reorganización de rutas puede generar retrasos en la llegada de mercancías.
- Cambios en los acuerdos entre navieras pueden ocasionar alteraciones en la programación de los puertos.
- Posibles reconfiguraciones en la asignación de buques y servicios pueden afectar la disponibilidad de espacio en los contenedores.
Incremento en costos logísticos
- La reasignación de rutas puede generar costos adicionales en los tiempos de tránsito.
- Posibles aumentos en tarifas de fletes debido a cambios en la oferta de servicios de transporte.
- Impacto en la disponibilidad de contenedores y espacios de carga.
Desafíos para los puertos mexicanos
- Ajustes operativos en puertos clave como Manzanillo, Veracruz y Lázaro Cárdenas.
- Necesidad de inversión en infraestructura portuaria para adaptarse a nuevos flujos de carga.
- Posibles congestiones en los puertos si las nuevas rutas generan concentraciones desproporcionadas de carga en ciertos periodos.
Estrategias para mitigar el impacto en la logística mexicana
Ante la incertidumbre generada por la reestructuración de alianzas marítimas, las empresas pueden adoptar diversas estrategias:
Diversificación de rutas y proveedores logísticos
- Explorar rutas alternativas y opciones de transporte intermodal.
- Ampliar la cartera de proveedores logísticos para evitar dependencia excesiva en una sola línea naviera.
Uso de tecnología y análisis de datos en la planificación logística
- Implementar herramientas de big data y machine learning para anticipar retrasos y ajustar planes logísticos.
- Uso de torres de control logístico para monitorear en tiempo real el estado de los envíos.
Mayor coordinación con actores portuarios y aduaneros
- Trabajar en conjunto con operadores portuarios y agentes aduanales para agilizar procesos.
- Mantenerse informado sobre cambios regulatorios y normativas aduaneras.
Inversiones en almacenamiento estratégico
- Implementar hubs logísticos en puntos estratégicos para reducir riesgos de desabasto.
- Uso de almacenes cercanos a los puertos para facilitar la distribución nacional.
La reestructuración de alianzas marítimas continuará siendo una constante en el comercio global, impulsada por factores económicos, regulatorios y ambientales. Para las empresas mexicanas, la clave estará en la capacidad de adaptación y la implementación de estrategias de mitigación de riesgos.
En conclusión, aunque estos cambios pueden representar retos en el corto plazo, también ofrecen oportunidades para mejorar la eficiencia logística mediante la diversificación de proveedores, el uso de tecnología avanzada y la optimización de la infraestructura portuaria.
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