Recientemente Estados Unidos puso fin a uno de los mecanismos que más dinamismo imprimieron al comercio electrónico transfronterizo en la última década: la excepción de minimis.
Este cambio, que restringe el ingreso libre de aranceles para productos de bajo valor provenientes de China, marca un giro importante en la política comercial estadounidense y podría transformar significativamente las dinámicas del e-commerce global, la logística internacional y los hábitos de consumo.
Desde la administración anterior, de Joe Biden, se había comenzando con el endurecimiento de los controles aduaneros para este tipo de productos, sobre todo los vendidos en plataformas de comercio electrónico.
El problema, según explicaron a la prensa altos funcionarios estadounidenses, es que esa regla se había convertido en un vacío legal en la política comercial del que abusaban especialmente compañías chinas.
¿Qué es la norma de minimis y por qué es relevante?
La norma de minimis permite (o permitía) que los envíos con un valor inferior a 800 dólares ingresaran a Estados Unidos sin pagar aranceles ni cumplir con los requisitos aduaneros estándar, siempre que se destinaran a consumidores finales o pequeñas empresas.
Esta exención fue clave en el auge de plataformas como Shein, Temu y AliExpress, que enviaban millones de paquetes directamente desde fábricas chinas a consumidores estadounidenses, en su mayoría por vía aérea y sin intermediarios logísticos locales.
- En 2023, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos procesó cerca de 1,000 millones de paquetes bajo esta modalidad, con un valor promedio de apenas 54 dólares por envío, lo que refleja su uso intensivo para productos de bajo costo.
Aunque esta norma fue diseñada originalmente para reducir la carga administrativa en aduanas (y tuvo su origen en la década de 1930), en los últimos años se convirtió en un canal masivo para exportaciones chinas de bajo valor.

Fabricantes y minoristas estadounidenses la consideran una vía de evasión que afecta directamente la producción local.
Organizaciones como el Consejo Nacional de Organizaciones Textiles (NCTO, por sus siglas en inglés) sostienen que más del 50 % de los envíos minimis contenían ropa o textiles, impactando en un sector altamente expuesto a la competencia internacional.
Además del componente económico, las autoridades estadounidenses señalaron preocupaciones de seguridad.
Aduanas denunció que el uso intensivo de minimis facilitaba el ingreso de precursores químicos del fentanilo, ya que los envíos bajo esta norma requieren menor trazabilidad y documentación.
Cambios inmediatos, impacto prolongado
Con la nueva medida, los productos originarios de China y Hong Kong ya no podrán acogerse a la exención de minimis.
Esto se aplica incluso si los artículos transitan por terceros países antes de llegar a Estados Unidos. Las plataformas de e-commerce ya están reaccionando: Temu comenzó a desglosar los "gastos de importación", mientras que Shein incorporó los aranceles en sus precios.
El impacto será múltiple:
- Para los consumidores: aumentarán los precios finales. Por ejemplo, una camiseta de 10 dólares puede enfrentar aranceles de hasta 14,50 dólares si se envía por courier privado bajo el nuevo régimen.
- Para la logística: se anticipan ajustes en las rutas de transporte, posibles desvíos hacia servicios postales para sortear controles, y presión sobre la infraestructura aduanera y los operadores de última milla.
- Para los transportistas privados: compañías como FedEx y UPS podrían ver una contracción en el volumen de envíos de bajo valor, que hasta ahora eran un segmento rentable y de rápido flujo.
- Para el comercio internacional: se prevé una caída en las exportaciones chinas hacia EE.UU. en ciertas categorías, particularmente ropa, electrónicos accesibles y accesorios.

Aunque por ahora la restricción aplica solo a China, el gobierno estadounidense ha indicado su intención de extenderla a otros países. Esto forma parte de una estrategia más amplia de reindustrialización, combate al comercio ilícito y endurecimiento de las reglas del juego para plataformas digitales extranjeras.
El desafío está en equilibrar los intereses: proteger a los fabricantes locales sin sofocar el comercio digital ni cargar de costos al consumidor.
En paralelo, persisten brechas regulatorias, como el hecho de que los envíos por servicio postal internacional aún enfrentan menos controles que los que viajan por courier privado.
Con el e-commerce global en el centro de las transformaciones logísticas, el fin de la excepción de minimis para China no es solo una medida aduanera. Es una señal del viraje hacia un comercio internacional más controlado, donde la trazabilidad, la seguridad y el origen de los productos recuperan protagonismo.