Tokio, (EFE).- Japón aspira a triplicar sus ventas en el mercado de chips en los próximos siete años, según consta en un plan elaborado por el Ejecutivo, y con el fin de poder competir con otras grandes potencias productoras como China o Corea del Sur.
El país asiático buscaría así expandir las ventas de semiconductores hasta los 15 billones de yenes (103 mil millones de euros) para 2030, según la nueva estrategia presentada por el ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés (METI).
El METI señaló la importancia de una cadena de suministro de chips avanzados estable para que los mismos puedan ser utilizados en una nueva generación de industrias, como la inteligencia artificial (IA) o la conducción autónoma.
La propuesta del METI también incluye un plan para acelerar la producción de semiconductores avanzados de 2 nanómetros (nm), una nueva y mejorada generación de semiconductores con mayor velocidad y menor gasto energético que ya se están desarrollando en Taiwán y Corea del Sur.
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Según el Ministerio, el sector público y privado deberá invertir unos 10 billones de yenes (69 mil millones de euros) durante la próxima década para lograr este objetivo de ventas y llevar una nueva generación de semiconductores al país.
El Ejecutivo japonés considera que se debe trabajar con Estados Unidos y Países Bajos en investigación y desarrollo con el fin de lograr este objetivo.
En noviembre de 2022, el Gobierno japonés ya anunció que destinará una inversión inicial de 70 mil millones de yenes (unos 480 millones de euros) para la fabricación de semiconductores en el país a través de una nueva empresa participada por importantes firmas nacionales que incluyen a Toyota, Sony o Softbank.
Con el aumento de la competitividad del sector a nivel global, Japón busca así abrirse un hueco en la producción de chips de nueva generación a través de Rapidus, la nueva empresa constituida en un principio por ocho firmas que además de las tres mencionadas incluye a Kioxia, Denso, Toyota, NEC, NTT y el grupo financiero Mitsubishi UFJ.
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