Si bien la manufactura sigue siendo un pilar importante de las economías, su eficacia como estrategia de crecimiento para los países en desarrollo está disminuyendo.
Esto se debe en gran medida a que la ventaja comparativa de mano de obra menos calificada pero más barata ya no se alinea con la dependencia de la fabricación moderna. Y se debe principalmente a que se vive una era de una producción intensiva en capital y habilidades.
Además, la industrialización está cada vez más bajo la lupa y se le exige conocer su huella ecológica y sus contribuciones al cambio climático.
Las exportaciones lideradas por el sector manufacturero están disminuyendo, mientras que las impulsadas por los servicios siguen creciendo.
- Así lo detalló el reporte Rethinking development in the age of discontent, elaborado por el organismo de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD).
Descenso notorio de la manufactura
El reporte presentó un gráfico de cómo ha cambiado el escenario desde 1995 hasta 2020.
En el caso de los países de ingresos bajos a medios, de 1995 a 2008, la manufactura representó el 59% por el 18% del 2008 a 2020. Por su parte, el sector servicios pasó de 41% a 65% de 1995 a 2020.
Para las naciones de ingresos medios para arriba, las manufacturas porcentuaron 81 puntos hasta el 2008 y cayó estrepitosamente a 19% para el 2020. Ahora, de 2008 a la fecha, los servicios pasaron de 41% a 65% en esas regiones del mundo.
Finalmente, para las economías de ingresos elevados, la manufactura tuvo una ligera caída, de un 47% de 1995 a 2008 a 42% de 2008 a 2020. Para el sector servicios fue diferente, pasando de 74% a 91%.
¿Se acentuará la asimetría entre regiones?
Encontrar un nuevo camino no será fácil, pues esta economía emergente basada en servicios y en intangibles magnificará la asimetría en distintas regiones del mundo.
Los patrones cambiantes del comercio mundial están planteando nuevos retos al Sur Global, lo que urge un enfoque político más amplio para revitalizar el desarrollo en la era del descontento público.
Tras estancarse en 2023, se prevé que el comercio internacional crezca en torno a un 2% en términos reales en 2024, según el último informe de la UNCTAD.
El repunte se debe principalmente a la reactivación del comercio de mercancías, que representa el 75% del comercio mundial en valor.
Entre 2007 y 2023, el comercio Sur-Sur se duplicó con creces, pasando de 2.3 a 5.6 millones de millones de dólares, lo que supone nuevas oportunidades para las economías en desarrollo.
Esto puede significar reducir la dependencia de sus socios comerciales tradicionales, fomentar la integración económica regional y negociar acuerdos comerciales y financieros favorables.
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La relación comercio-PIB
A nivel mundial, aunque el comercio ha aumentado en términos absolutos, su crecimiento en comparación con el PIB se ha estancado desde la crisis financiera de 2008-2009.
La relación comercio-PIB es un indicador de la importancia relativa del comercio en la producción económica mundial.
El informe señala que las economías de renta baja, que en su día confiaron en el crecimiento de la industria manufacturera impulsado por las exportaciones para crear empleo, impulsar la productividad e impulsar la transformación económica, ven este modelo cada vez más limitado.
El aumento de las políticas proteccionistas en las economías avanzadas, junto con los rápidos avances tecnológicos y las interrupciones de la cadena de suministro, podrían amenazar los esfuerzos de los países en desarrollo por pasar de actividades económicas de baja productividad a otras de alta productividad.
En la actualidad, este cambio se refleja en la sofisticación y variedad de las exportaciones, la intensidad del capital fijo y el peso de la industria y los servicios en el PIB total.
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