La pandemia de Covid-19 nos mostró lo vulnerables que son nuestras cadenas de suministro mundiales, algo que sólo ha aumentado con las turbulentas relaciones internacionales y la guerra entre Rusia y Ucrania.
La globalización ha estado a la vanguardia de las cadenas de abastecimiento del mundo durante años por muchas buenas razones, pero a pesar de los beneficios que ha ofrecido, también ha creado un sistema plagado de posibles eslabones frágiles.
Tan es así que, como ya hemos visto, un solo accidente en Egipto puede interrumpir a las supply chain globales durante meses.
Necesitamos una solución más sólida y la regionalización y el omnishoring ofrecen dos.
- Mientras que el nearshoring consiste en deslocalizar completamente desde China, el omnishoring implica expandir las fábricas fuera de este país asiático, más que hacer un traslado total de éstas. También se refiere a ampliar su producción y/o abastecimiento a múltiples mercados además de China.
El potencial que ofrecen estas dos tendencias incluyen aumentar la velocidad de los envíos, reducir las emisiones medioambientales, minimizar las interrupciones debidas a los husos horarios y reducir los costos de transporte de los productos finales.
Pero aunque la regionalización y el omnishoring son muy prometedoras, estos modelos no son iniciativas inmediatas.
Las empresas deben estar dispuestas a invertir en estos proyectos a largo plazo para cosechar todos los frutos de unas cadenas de suministro fuertes y resistentes.
Ventajas a largo plazo de la fabricación regional y la proximidad a los mercados
Además de los ya enlistados, la regionalización y el omnishoring presentan beneficios operativos como minimizar los riesgos de alteraciones.
Por otro lado, América del Norte (uno de los mayores mercados de productos de consumo final y una región donde la demanda de los consumidores es cada vez mayor) cuenta con un acuerdo de libre comercio, que elimina la incertidumbre de los aranceles y ofrece soluciones logísticas más sencillas para la región.
Muchas organizaciones han expandido sus fábricas a México en un intento de crear una cadena de suministro regional y disminuir el tiempo y los costos de transporte, además de reducir los impuestos de importación.
Ya estamos viendo un aumento en la relación comercial entre Estados Unidos y México, y la proximidad entre estas dos naciones es parte del motivo.
Los tres mil kilómetros de frontera y las similitudes culturales entre los países también hacen que los procesos sean más eficientes.
- El omnishoring no sólo ayuda a los países de fabricación de productos finales, como Estados Unidos que tiene la mayor economía del mundo, sino a todos los implicados en la nueva cadena de suministro localizada.
Se prevé que los países latinoamericanos, entre ellos México, ganen miles de millones y aumenten sus índices de empleo.
El omnishoring también tiene muchas ventajas para la industria logística.
Trasladar actividades a un país vecino puede suponer menores costos de mano de obra, una baja en los impuestos, menos consumo de energía y costos de terreno más accesibles, entre otros.
Las industrias del automóvil, mobiliario, maquinaria y electrodomésticos ya se están inclinando por el omnishoring en busca de estos beneficios, por lo que ahora demandan más terrenos.
Qué hace falta para poner en marcha el omnishoring y la regionalización
En primer lugar, se trata de un esfuerzo global que empezará a tomar forma con el tiempo, porque romper el ciclo de la externalización y la deslocalización no es asunto fácil.
Las empresas necesitarán un plan de acción sólido y una idea clara de su mercado objetivo y de las posibilidades de reubicación.
En segundo lugar, los países a los que se trasladarán las fábricas deben ser conscientes de las inversiones económicas que tendrán que hacer para preparar las áreas para el nuevo desarrollo.
Las empresas, por su parte, deben estar preparadas para formar al personal de la nueva región.
También será necesaria una comunicación constante entre los nuevos integrantes de la cadena de suministro para garantizar transiciones armoniosas.
El omnishoring y la regionalización han demostrado ser una solución estratégica y rentable para las empresas que quieren prosperar en un mundo globalizado.
Al aprovechar las ventajas de la proximidad y la adaptación cultural, las organizaciones pueden optimizar sus operaciones y fomentar el éxito a largo plazo en un panorama cada vez más competitivo.
Por eso, a medida que nos sigamos adaptando a la dinámica cambiante del mercado, el omnishoring y la regionalización desempeñarán un papel fundamental en nuestras estrategias de crecimiento y expansión.