Bajo la premisa de quien contamina paga, la imposición del impuesto al carbono en México supone un nuevo desafío para la competitividad del sector logístico nacional, aseguraron especialistas.
“Los impuestos al carbono van a empezar a cobrarse en los estados del país y será una conjunción de la parte fiscal y ambiental”, dijo Guillermina Barrera, especialista en medio ambiente de Revolution Sustainability Partners.
Algunas entidades ya tienen o están creando su propia ley y reglamento para combatir el cambio climático, añadió.
Entre las entidades del país que ya aplican esta herramienta están Baja California, Estado de México, Durango, Guanajuato, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas.
¿Qué es el impuesto al carbono?
El impuesto al carbono es una medida implementada por los gobiernos estatales y federales para gravar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que generan las empresas.
Su fin es reducir su huella ambiental para combatir el calentamiento global.
Guillermina Barrera puntualizó que una empresa que emita más de 25 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente va a estar regulada por la federación.
En el caso de las compañías que generen de 1 a 25 mil toneladas estarán bajo el escrutinio de los estados de la República Mexicana.
Particularmente, las empresas del sector logístico nacional tendrán que pagar un impuesto al carbono principalmente por sus emisiones de GEI a la atmósfera, pero también por el almacenamiento y disposición de residuos peligrosos y especiales, así como por la posible contaminación del suelo y subsuelo.
Así lo expuso la especialista en temas de sostenibilidad al participar en el panel Impuestos al carbono en México y su impacto en las empresas, como parte de THE LOGISTICS WORLD® SUMMIT & EXPO 2024.
Debido a que el impuesto al carbono busca detener el deterioro ambiental, el cobro va a depender de las actividades y operaciones de cada empresa logística.
“Por eso cada estado tiene el derecho de imponer impuestos especiales para conservar sus recursos", dijo en su turno Eduardo Legorreta, presidente del Comité de Sustentabilidad de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE).
Lo que no se mide, no se conoce
El tema ambiental dentro de la gestión de las empresas es transversal e integral, por lo que requieren de una estrategia para medir la huella de carbono porque lo que no se mide no se conoce, agregó Legorreta.
Un primer paso puede ser crear una base de datos para identificar dónde están hoy y hacia dónde quieren ir las compañías, sugirió la especialista en medio ambiente de Revolution Sustainability Partners.
Otro recurso, a decir del presidente del Comité de Sustentabilidad de la AMEE, es usar tecnologías para medir la huella de carbono.
Así se pueden controlar mejor las emisiones de dióxido de carbono.
Opciones para el sector logístico
Estas tecnologías van desde sistemas de captación de agua pluvial, el uso de energía verde para operar, montacargas y transporte eléctricos, además, del uso de drones y mediciones en las carreteras.
“Estas mediciones van a ser necesarias porque si queremos competir internacionalmente y capitalizar las oportunidades del nearshoring este tema ya no es opcional, es parte de la competitividad entre las empresas del sector logístico”, dijo Eduardo Legorreta.
Advirtió que lo más importante es reconocer que estos no son cambios radicales, implican todo un proceso que requiere de planeación y, muchas veces, de inversión.
Los especialistas coincidieron que más allá de cumplir con una imposición tributaria, reducir la huella de carbono es un tema urgente.
Es necesario atenderlo ante los desafíos que supone el cambio climático.