A partir del próximo mes comenzarán a fluir las inversiones de 6 mil 260 millones de dólares en las cinco Zonas Económicas Especiales (ZEE) con la entrega de los permisos iniciales a las empresas interesadas en instalarse en estas zonas y se adelantarán los permisos de construcción, con el objetivo de que más tardar el próximo 5 de julio se hayan otorgado todos los permisos, señaló la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Federales (AFDZEE).
El 1 de febrero se tendrán publicados todos los requisitos para la inversión en tierra privada y se van a empezar a recibir solicitudes de inversión y a dar los permisos por lo menos de construcción, lo que significa que la inversión comprometida puede empezar a fluir a partir de febrero y marzo, dijo Gerardo Gutiérrez Candiani, Titular de la AFDZEE.
Señaló que en febrero se comenzarán a recibir las solicitudes de inversión en tierra privada y a dar los permisos, mientras que para la tierra pública, se dará concesión a los grandes administradores de experiencia global, para lo cual se han realizado giras de promoción en Asia entre Corea, Japón y Singapur, y este mes se tendrán terminados los lineamientos y los concursos públicos para junio, según información de la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP).
“Las bases para los administradores integrales se tendrán el 31 de enero y se van a concursar para que el 5 de julio se otorguen todos los permisos y concesiones correspondientes a las ZEE en México”.
Se añadió que de esta forma, el Plan maestro de las cinco zonas decretadas (Coatzacoalcos, Lázaro Cárdenas y Puerto Chiapas, Progreso, Yucatán y Salinas Cruz, Oaxaca) habrá iniciado en julio próximo, pero la inversión comenzarán a fluir el próximo mes, del orden de 6 mil 260 millones de dólares, cantidad equivalente al 30% de la Inversión Extranjera Directa (IED).
Desde el inicio del proyecto de las ZEE, se informó que éstas buscan cerrar las brechas regionales y crear nuevos polos de desarrollo industrial que atraigan inversiones, desarrollen cadenas de valor, detonen una demanda de servicios locales, generen empleos de calidad y otorguen beneficios a la población. Además, estas áreas cuentan con ventajas naturales y logísticas para convertirse en una región altamente productiva.