El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) mencionó que el desarrollo de una mayor infraestructura en México es imprescindible para impulsar el crecimiento del país, por lo que se tiene que invertir de manera inteligente para ofrecer una mayor conectividad a lo largo y ancho del territorio, así como en las fronteras y litorales para intercambiar con el resto del mundo.
Para ello, es recomendable aprovechar las asociaciones público-privadas y sumar la capacidad del Estado a la de las empresas. Particularmente, promover proyectos en las regiones con más potencial de crecimiento, como el sureste mexicano donde aún se tienen que cerrar enormes brechas de desigualdad, mencionó el CCE que comparte puntos para impulsar el crecimiento económico del país a fin de atraer inversiones, crear empresas y generar mejores empleos.
“México es la onceava economía más grande del mundo y una potencia exportadora a nivel global. En 2018, además, alcanzamos el punto máximo de población en edad de trabajar. Somos un país que tiene todo para construir un mejor futuro, sobre la base de una sociedad más próspera, equitativa y justa.
“Por eso, los empresarios hemos propuesto, a través de la agenda México mejor futuro, un conjunto de medidas que conduzcan al crecimiento: estabilidad de las finanzas públicas, libertad de mercado y emprendimiento, apertura de la economía y competitividad y, por supuesto, un estado de derecho que dé certidumbre y confianza a las inversiones”, indicó el organismo empresarial en un comunicado.
Otra propuesta del CCE es potencializar el mercado interno del país como una fuerza paralela de desarrollo, especialmente apoyando a las Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), facilitando su acceso a financiamiento, al capital, a las tecnologías y a nuevos mercados. Hacer del desarrollo regional un nuevo motor de la economía, pues hasta ahora el sector exportador ha sido el principal impulsor del crecimiento económico.
También es necesario mantener la estabilidad económica a través de una inflación controlada, una reducción en la deuda gubernamental y un menor y más eficiente gasto público. Ya que la inflación es el peor de los impuestos para las familias. La estabilidad en precios debe ser una prioridad, respetando la autonomía del Banco de México y sin establecer precios fijos.
“México tampoco puede continuar elevando su nivel de deuda, hoy ubicada en 48% del producto interno bruto (PIB). Al contrario, tenemos que establecer un límite legal de máximo 40% del PIB como techo de endeudamiento y crear una autoridad u organismo independiente que garantice la responsabilidad fiscal”.
Y así como es indispensable que las finanzas públicas sean estables, también es urgente elevar la eficiencia del gasto gubernamental. Se requiere hacer una reingeniería profunda del gasto, para generar ahorros y, sobre todo, incluir indicadores de costo-eficiencia, costo-efectividad y rentabilidad social de los programas públicos. El gasto público debe ser menor y mejor; más efectivo y eficiente, se refirió.
Una propuesta más es apostar por una regulación más simple y eficiente como una llave de generación de más y mejores empleos y así facilitar la actividad económica. Es forzoso que se fomente la economía desde los órdenes locales de gobierno, homologando y eficientando la regulación en las entidades federativas y, al menos, en los 300 municipios más importantes del país. En este punto, se mencionó que los gobiernos deben aprovechar más la tecnología para simplificar la vida de los ciudadanos, contribuyentes y de las empresas.