Durante el resguardo, manejo y transportación de las mercancías, la empresas repentinamente se hallan enfrentando algún problema de seguridad: accidentes, incendios o robos.
Una difícil realidad
El Secretario de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad e Industria Satelital (AMESIS), Adrián Charansonnet, reflexionó en el siguiente panorama: “La siniestralidad, como una realidad contundente, ha crecido en los últimos meses como consecuencia de la batalla frontal del ejecutivo federal al narcotráfico, entendiendo que la delincuencia requiere de recursos y el eslabón más débil es el autotransporte”.
El análisis de José Luis Ortiz, Vicepresidente Ejecutivo de ILSP Seguridad Privada en América, no fue muy diferente. “Desafortunadamente éste es un tema complejo de tratar porque en general el índice de robo al transporte ha ido en aumento, y en primera instancia no hay una solución a corto plazo que pueda resolverlo”.
Gerardo Macías Pérez, Director General de Protectio Buró de Seguridad Logística coincidió con la postura anterior y argumentó: “Si partimos de la existencia de un mercado informal que de acuerdo a la American Chamber of Commerce representa 23% del PIB, y 8% de ese mercado informal es abastecido con productos que provienen del robo al transporte, esto significa que la delincuencia tiene una demanda importante que abastecer”.
Pero los siniestros no sólo ocurren al momento de la transportación. La cadena de suministro puede tener otros eslabones sensibles a la inseguridad.
A decir de Carlos Jiménez, Gerente Comercial de Kidde de México, en la actualidad las bodegas usualmente son protegidas con lo mínimo indispensable de instalaciones contra incendio (extintores e hidrantes interiores)”.
El ejecutivo de Kidde reconoció que hay ciertas mejorías en su control, las cuales —dijo— van de la mano con los requerimientos que las aseguradoras extranjeras dictaminan como básicos, generalmente los que tienen que ver con detección de humo y de temperatura, o bien, con sistemas de rociado de espuma que se activan mediante los detectores de flama.
Sin embargo, contrastó, hace falta una regulación oficial de los requerimientos mínimos de protección, de acuerdo con los riesgos inherentes a cada tipo de industria y actividad, “pues no es lo mismo una bodega de granos a una con tarimas de plástico (con recipiente de plástico y con pet a granel en su interior)”.
¿Entonces, qué hacer?
Manuel Fábregas Fernández, Presidente de Ubicaware (Grupo BSI), afirmó que es necesaria una limpieza de los cuerpos policiacos. Aunque se supone ya comenzó, aún no se perciben beneficios de esta iniciativa, dijo. Asimismo, continuó, habrá que hacer más eficientes las labores de los policías, capacitarlos y dotarlos de herramientas de trabajo. Un punto fundamental será desarrollar una mejor coordinación de los involucrados en la seguridad pública, añadió.
Si bien las autoridades están enfrentando el asunto, reconoció Rodrigo del Conde, Gerente de Mercadotecnia de Encontrack, su reacción no es lo suficientemente rápida, “las reformas estructurales toman demasiado tiempo y muchas de ellas no se concretan, quedan volando en el aire”, criticó.
Principalmente —contextualizó—la disputa entre los grupos del narcotráfico por el control de las plazas de venta en México está impulsando esta grave situación.
“Atacar los ‘focos rojos’ donde ya se tienen identificado siniestros de manera recurrente, mediante una distribución estratégica de los cuerpos policíacos, ayudaría a frenar este problema”, aconsejó.
El Presidente de AMESIS, Ricardo Bustamante Medina, resaltó lo fundamental que resulta la colaboración de las autoridades con organismos del sector logístico. “El intercambio de información clasificada entre las empresas especialistas y las autoridades en sus diferentes niveles de acción fortalece la inteligencia y genera estadística necesaria para desarrollar estrategias preventivas y de protección”, reflexionó.
En cuanto al sector privado, mencionó Manuel Fábregas, las compañías están buscando soluciones, por ejemplo, contratando los servicios de rastreo e incluso de custodia de sus mercancías. Pero la realidad —dilucidó— es que no está garantizado al 100% el combate a la delincuencia, “por lo que las empresas deben ejercer la presión para que se logre un servicio público de seguridad óptimo y que en verdad sea combatida la inseguridad”.
Para lo que respecta a evitar posibles siniestros en centros de distribución y bodegas, Carlos Jiménez recomendó “realizar un análisis del nivel de riesgo que presenta la empresa, determinar los requisitos mínimos de protección por medio del desarrollo de ingeniería contra incendio, identificando el tipo de material almacenado, la disposición de éste y de las formas de trabajo tanto en el interior del lugar como en el perímetro del inmueble”.
Con el fin de llevar a cabo un buen análisis, explicó el Gerente Comercial de Kidde de México, hay que considerar las múltiples variables de riesgo intrínsecas a la operación particular de la empresa. Estos factores pueden ser: altura de la bodega, tipo de construcción, ubicación, sustancias y su flamabilidad.
Desarrollo de nuevas tecnologías
Nayura Rojas Herrera, Directora de Producto y Servicios de Nextel de México, puso de relieve la importancia de proveer tecnología adecuada a la problemática actual: “En la iniciativa privada recae el compromiso de seguir ofreciendo servicios y productos innovadores, que puedan apoyar tanto las necesidades de negocio de las empresas, como facilitar y respaldar el ejercicio de sus tareas en situaciones puntuales”.
El Presidente de AMESIS apoyó el comentario de la ejecutiva de Nextel. “La transmisión de datos a través de soluciones de localización ha logrado alcances que son de gran utilidad: la incorporación de kits de seguridad que informan de eventos que sirven para gestionar la flota (como la apertura de puerta de la unidad, desenganche del semiremolque, apertura y cierre de puertas de carga, alertas de temperatura de refrigerados), entre muchas otras habilidades que los equipos pueden hoy administrar de forma simultánea”.
A lo que agregó el Secretario de la asociación: “Las soluciones de localización satellital GPS y GPRS son resultado de buscar un equilibrio complementario de un equipo y plataforma que ofrezca posibilidades de control logístico, prevención y reacción de seguridad”.
De tal manera que —detalló— un equipo de esta clase es capaz de realizar un cálculo de posición del vehículo mediante triangulación de la señal de satélites de órbita baja, para enseguida transmitir esa información por medio de la red celular a la base de datos tanto de la compañía proveedora como del usuario.
Las soluciones de rastreo satelital, a decir de Rodrigo del Conde, no solamente pueden ser usadas para prevenir siniestros, en muchos casos es posible corregir la eventualidad una vez presentada.
Esto significa que•”permiten estar monitoreando prácticamente en tiempo real el desplazamiento de los tractocamiones y por medio de estas herramientas se puede detectar algún comportamiento fuera de lo normal para actuar de manera oportuna y resolver estos incidentes”, argumentó.
Mientras que Nayura Rojas concretó que “la localización vehicular vía satélite es un componente dentro de una estrategia integral de logística, que además de favorecer la eficiencia en la operación de la flotilla, considera procedimientos y protocolos de seguridad para poder reaccionar de la mejor manera posible ante eventualidades y emergencias”. Este tipo de visión integral es la que ofrece los mayores beneficios a las empresas, aseguró.
Un modelo de seguridad bien aplicado, puntualizó José Luis Ortiz, hace posible la generación de valor: “Porque al disminuir la siniestralidad, automáticamente se crea un impacto positivo en las primas de seguros de mercancías, se evita que el producto se comercialice en el mercado negro y las empresas cumplen con su compromiso con el consumidor al entregar su producto en punto de venta a tiempo”.
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