París, (EFE).- El fabricante francés Renault apuesta por los motores de combustión e híbridos, con la esperanza de mantener vivas estas tecnologías a largo plazo gracias a carburantes alternativos que no generen emisiones de dióxido de carbono, y ha creado para eso una nueva filial, Horse, que viene en complemento de su gran apuesta por el coche eléctrico.
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El presidente del consejo de administración del grupo, Jean-Dominique Sénard, indicó este viernes en una entrevista con la radio France Inter explicó este viernes por qué el grupo francés confía en el futuro de Horse, sobre la que se espera en los próximos días una decisión de la ubicación de su sede, para la que son candidatas España y Rumanía.
El directivo, que no entró en la cuestión de la sede, ante la polémica por la prohibición de la venta de coches nuevos con motores de combustión en la Unión Europea a partir de 2035, insistió en que hay que dejar que sean los industriales los que tomen las decisiones sobre las tecnologías.
Teniendo en cuenta el objetivo de descarbonización del sector del automótriz, afirmó que "los carburantes alternativos son una fuente posible de movilidad en el futuro".
Esa es la razón de que Renault haya decidido agrupar su actividad de coches con motores térmicos e híbridos en Horse porque las tecnologías que ha desarrollado en ese terreno, "de muy alto nivel", tendrán futuro si en un plazo de "dos o tres años" se hacen "viables económicamente" carburantes alternativos, esencialmente de síntesis, que no generen emisiones de dióxido de carbono.
Eso podría modificar el impacto del sector del automóvil en términos de emisiones de efecto invernadero, hasta el punto de que el presidente del consejo no descarta que los coches de combustión con carburantes sintéticos presenten un balance total de emisiones de carbono más favorable que un vehículo eléctrico puro.
Porque hay que tener en cuenta las emisiones generadas desde las minas de extracción de minerales necesarios para fabricar las baterías de los vehículos eléctricos hasta el origen de la electricidad que utilizan para desplazarse.
Sénard repitió que el desarrollo de los carburantes de síntesis "es una vía alternativa muy importante que no hay que menospreciar" y que podría relanzar los motores de combustión.
Horse debería representar unos 15.000 millones de euros de facturación y ya tiene asegurada la presencia del chino Geely como accionista en el capital, al que también se podría añadir Aramco, la compañía estatal de petróleo de Arabia Saudí.
No obstante, la principal apuesta industrial de Renault es ahora el vehículo eléctrico, para el que ha constituido también una filial específica, Ampere, en cuyo capital se sabe que estarán sus socios de la alianza, Nissan y Mitsubishi.
Sénard puntualizó que su capital estará igualmente abierto a otras empresas como Qualcomm o Google, que aportarían su saber hacer tecnológico.
Renault espera aumentar sus capacidades de fabricación de vehículos eléctricos, concentrada en Francia, para llegar a entre 400.000 y 600.000 en un horizonte de 3-4 años y el presidente del consejo dijo que la meta de un millón de unidades para 2030 se puede alcanzar perfectamente.
EFE ac/lmpg/jlm
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