Singapur, (EFE).- Malasia ha anunciado que doblará la exportación de aceite de palma a China de las 250.000 toneladas al año actuales a 500.000 tras firmar un acuerdo con Pekín, en medio de una disputa con la Unión Europea (UE) por las nuevas regulaciones antideforestación comunitarias.
El plan, del que se hace eco la agencia malasia Bernama, fue anunciado el domingo durante la vigésima exposición China-Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) en la ciudad sureña china de Nanning, a la que se desplazó el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, entre otros dirigentes de la región.
Anwar y su delegación presenciaron la firma de un memorando de entendimiento entre la empresa estatal malasia Sime Darby Oils International y la compañía china de logística y transporte Guangxi Beibu Gulf International Port, que incluye acuerdos de inversión por un valor de alrededor de 4.200 millones de dólares, con el objetivo de doblar la exportación de esta materia prima a China.
Entre los proyectos acordados se encuentra la construcción de un centro de distribución de aceite de palma refinado en la ciudad china de Qinzhou.
El acuerdo tiene lugar mientras Malasia e Indonesia, los mayores exportadores de aceite de palma del mundo, se han aliado contra la regulación que la UE adoptó el pasado mayo para evitar que las importaciones de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate generen deforestación en terceros países.
Según el reglamento, las empresas deberán emitir una declaración de diligencia que garantice que no han causado deforestación en sus lugares de origen respecto a 2020, lo que supone compartir coordenadas de geolocalización, entre otras exigencias.
Este tipo de aceite ha estado vinculado históricamente a la deforestación en Malasia e Indonesia, aunque en los últimos años la pérdida de bosques se ha reducido en ambos países.
Malasia e Indonesia, que exportan el 85 por ciento del aceite de palma en el mundo, con la UE como su tercer mayor importador tras China y Pakistán-, han calificado la medida de imperialista y discriminatoria contra los pequeños productores.
El pasado mayo, una delegación ministerial de Malasia e Indonesia se desplazó a Bruselas para expresar su descontento con la regulación, y ambos países crearon en junio un equipo especial para abordar conjuntamente su aplicación.
El aceite de palma es un producto versátil y barato que se usa en una amplia gama de productos, desde los alimentos procesados (galletas, bollería o helados) hasta en cosmética y biocombustibles.
EFE pav/raa/sgb
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