París, (EFE).- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, terminó este sábado la gira europea que le llevó a Roma y París con un ultimátum para concluir hasta finales de este año el acuerdo entre la UE y el Mercosur, encallado por la oposición de varios parlamentos europeos.
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Nosotros necesitamos el acuerdo con la UE y la UE también lo necesita, porque la UE no puede quedarse como si fuese una rodaja de mortadela entre Estados Unidos y China"
Lula en un hotel parisino
En cuatro días, el presidente brasileño se entrevistó con el papa Francisco, con el presidente italiano, Sergio Mattarella, con la primera ministra de ese país, Giorgia Meloni, participó en una cumbre en París en favor de un nuevo pacto financiero global y mantuvo un puñado de encuentros bilaterales, entre ellos con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Ante los periodistas, Lula aseguró que el punto "más importante" de su visita fue lo que habló con Macron sobre el acuerdo UE-Mercosur.
El mandatario sudamericano, que es favorable al pacto, pidió "capacidad y sabiduría" para poder desatascarlo, aunque reconoció que las dos partes tienen exigencias que habrá que conciliar de alguna manera.
De la parte sudamericana, el mandatario insistió en que no renunciarán a las compras gubernamentales por juzgar que son imprescindibles para el desarrollo de las pymes locales, un punto que choca con la óptica de la UE.
Para el presidente brasileño, los dos bloques tienen que "dejar de lado la arrogancia" en favor del "sentido común".
Lula entendió que Macron quiera proteger a sus productores y reconoció que el presidente galo tiene en este momento un Parlamento hostil al acuerdo, que fue rechazado ampliamente hace una semana por motivos proteccionistas y medioambientales.
El presidente brasileño opinó que el acuerdo de libre comercio será un tema muy importante en la cumbre que se celebra en Bruselas a mediados de julio entre la Confederación de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) y la UE.
Guerra de Ucrania y sur global
Durante su visita a París, el antiguo líder sindical aprovechó para intentar reforzar su figura como abanderado del denominado como Sur Global, un grupo de países del hemisferio sur en los que figura Sudamérica y África austral y cuya aspiración es contrabalancear el poder de Estados Unidos y China.
En su aplaudida intervención en la cumbre sobre el nuevo pacto financiero global, que buscaba una mayor inversión para conciliar el combate al hambre y la lucha contra el cambio climático, Lula tildó de caduca la actual arquitectura mundial basada en Bretton Woods, nada más terminar la II Guerra Mundial.
En la rueda de prensa, el presidente brasileño incidió en las mismas críticas y se felicitó por haberse logrado entrevistar en París con los máximos mandatarios de varios países africanos, como hizo con el sudafricano Cyril Ramaphosa.
Lula, quien busca recuperar el espacio diplomático que Brasil perdió durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2023), fue cuestionado sobre la posición brasileña en la guerra en Ucrania, criticada por muchas capitales occidentales por considerarla demasiado tibia con Moscú.
Yo no me enfado con la posición de los europeos, que es diferente a la mía. Los entiendo. Ellos están en el centro de la guerra, yo a 14.000 kilómetros. Luego llega el invierno y la energía que pagan será más cara (...) Mi posición es muy clara, yo lo que no quiero es la guerra"
EFE atc/lmpg/prb