Hacia 2026, la llegada de megabuques a Manzanillo tendrá un importante impacto logístico en el Pacífico mexicano, al modificar la escala operativa del principal puerto del país, la planeación de rutas Asia–México y la presión sobre su hinterland.
Más allá de la expansión de terminales, este cambio responde a una transformación estructural del transporte marítimo global, que se encamina a un modelo de mayor concentración de carga en menos escalas, impulsado por enormes buques que superan los 400 metros de eslora y capacidades cercanas a los 24,000 TEU.
Este cambio no es menor, operar este tipo de naves exige infraestructura especializada, mayor productividad por hora y una coordinación mucho más fina entre terminales, navieras y actores del hinterland; para el Pacífico mexicano, representa un salto de escala que transforma la planeación logística.
¿Cuál es la importancia del puerto de Manzanillo?
La relevancia del puerto de Manzanillo radica en su liderazgo en el comercio marítimo nacional, su papel estratégico como enlace con Asia y su impacto como motor económico para México, particularmente para las regiones del centro y el Bajío.
Los principales ejes que definen su importancia son:
Hegemonía en el comercio exterior: Es el líder nacional en carga contenerizada, manejando el 42% del volumen y casi el 60% de la carga del Pacífico. En 2024, alcanzó una cifra récord de 3.9 millones de TEUs, consolidándose como la principal puerta de entrada de mercancías al país, según datos de la Asociación de Terminales y Operadores de Manzanillo (ASTOM) y del gobierno de Colima.
Conector vital con Asia: Es el eje del intercambio comercial con la Cuenca del Pacífico, recibiendo el 70% de las importaciones asiáticas (China, Japón, Corea, entre otros). Su relevancia se extiende a toda América Latina, optimizando las rutas logísticas hacia Sudamérica mediante servicios directos de alta eficiencia.

Motor del PIB nacional: Su operación es neurálgica a nivel económico, ya que abastece a las regiones Centro y Bajío, las cuales generan más del 67% del PIB nacional. A nivel local, representa el 34% del PIB de Colima y ha impulsado un crecimiento del 70% en el sector logístico y de transporte en la última década.
Vanguardia tecnológica y operativa: Gracias a una infraestructura moderna de 19 posiciones de atraque y grúas pórtico de 60 metros (las más altas de América), el puerto ya opera megabuques de hasta 24,000 TEUs. Su eficiencia de clase mundial, con 120 movimientos por hora/buque, lo posiciona como uno de los puertos más competitivos de la región.
¿Cómo opera el puerto de manzanillo?
El también llamado "Puente mexicano hacia el Pacífico" funciona como un ecosistema logístico avanzado gracias a la colaboración de 14 empresas operadoras de capital privado y gubernamental, distribuidas en las siguientes áreas de especialización:
1). Manejo de Contenedores (TECs). Es el núcleo del puerto, con dos terminales principales:
- CONTECON (TEC II): Una de las más dinámicas, con 72 hectáreas, 2 posiciones de atraque y 15 metros de calado.
- SSA México (TEC I): Posee la mayor longitud de muelle (1,076 metros) con 4 posiciones de atraque.
2). Usos múltiples y carga general. Terminales versátiles que gestionan diversos tipos de mercancías:
- OCUPA (IUM 1) y TIMSA (IUM 2) proporcionan flexibilidad operativa para carga que no es estrictamente contenerizada.

3). Graneles, minerales y construcción. Instalaciones diseñadas para el movimiento masivo de materias primas:
- Agrícolas: Lideradas por La Junta (descarga 1,000 ton/hora) y Granelera Manzanillo.
- Minerales y cemento: Terminales especializadas de CEMEX, Apasco y USG (esta última enfocada en yeso con capacidad de 60,000 toneladas).
4). Productos perecederos y líquidos. Infraestructura con cadena de frío y manejo de fluidos:
- Refrigerados: FRIMAN y Corporación Multimodal atienden carga que requiere control de temperatura.
- Hidrocarburos y Aceites: Operado por PEMEX para combustibles, además de instalaciones para graneles líquidos como aceites de palma y pescado.
5). Sector Turístico y Pesquero:
- Terminal Turística: Gestionada por el Gobierno de Colima, permite el atraque simultáneo de dos cruceros tamaño Panamax.
- MARFRIGO: Especializada en productos del mar y servicios pesqueros.
CONTECON invierte 300 millones de dólares en Manzanillo
Tras 12 años de operación, CONTECON —la empresa encargada de la Terminal Especializada en Contenedores (TEC) II— anuncia una inversión millonaria y la incorporación de infraestructura de última generación con miras a movilizar 1.5 millones de TEUs, lo cual consolidará su capacidad de recepción de megabuques.
“En términos de operación, este año tuvimos un crecimiento superior al 9% en importaciones y más del 13% en exportaciones. Como parte del proyecto de expansión estamos invirtiendo más de 300 millones de dólares para continuar expandiendo patios, muelles y equipamiento especializado”, señaló José Antonio Contreras, CEO de CONTECON MANZANILLO, a través de un comunicado.
¿Cómo impactará esta inversión en el Pacífico mexicano? De acuerdo con el directivo, la inversión busca reforzar su eficiencia y sostener un crecimiento proyectado de más de 1.5 millones de TEUs en 2025, con incrementos cercanos al 10% en importaciones y 15% en exportaciones.
Infraestructura para la era de los megabuques. CONTECON ha puesto en marcha dos grúas pórtico (STS) de 60 metros de altura —las más grandes del continente— y cuatro grúas RTG híbridas, que permitirán que Manzanillo reciba y opere de manera ágil megabuques de hasta 400 metros de eslora y capacidades de hasta 24,000 TEUs.
Expansión estratégica: Fases 3B y 4. El crecimiento de la terminal no se detiene, actualmente, se avanza en la Fase 3B, de la cual ya operan componentes clave de muelle y patio. Una vez concluida esta etapa, se activará la Fase 4, un proyecto ya aprobado que dará continuidad al plan maestro de expansión.
Este desarrollo es de gran relevancia considerando que el 70% de las importaciones asiáticas que llegan al Pacífico mexicano transitan por este puerto, lo que exige una infraestructura que soporte la concentración de carga sin perder fluidez.

Sostenibilidad y compromiso social. Más allá de los récords operativos —como el máximo histórico de movimiento mensual alcanzado en septiembre—, la compañía asegura que, mantiene un enfoque de operación sostenible:
- Descarbonización: Las nuevas grúas híbridas reducen más del 50% el consumo de combustible.
- Certificación: La terminal cuenta con el distintivo ISO 14064 de Carbono Neutro.
- Impacto Social: A través de iniciativas como la Carrera con Causa y el apoyo al Teletón y becas escolares, buscan vincular el éxito logístico con el bienestar de la comunidad colimense.
Para 2026, la compañía tiene por objetivo alcanzar la meta de 2 millones de TEUs anuales; por lo cual, la terminal se enfocará en operación simultánea de múltiples naves de gran calado, optimización del hinterland mediante una conectividad terrestre más eficiente y liderazgo tecnológico en la gestión de datos y procesos portuarios.
¿La inversión en Manzanillo impactará en Lázaro Cárdenas?
La ampliación de capacidad y preparación para megabuques reconfigura la relación con Lázaro Cárdenas, el otro gran puerto del Pacífico mexicano, pero el impacto no es de desplazamiento directo, sino de reordenamiento funcional.
Por un lado, Manzanillo refuerza su papel como puerto gateway, concentrando importaciones de alto volumen provenientes de Asia y atrayendo servicios transpacíficos que privilegian escalas únicas y economías de escala. Esta mayor capacidad operativa eleva la presión competitiva sobre Lázaro Cárdenas para retener servicios directos, particularmente en contenedores.
Sin embargo, Lázaro Cárdenas mantiene una ventaja estructural clave: su calado natural profundo y su conectividad ferroviaria directa con el centro y norte del país. En un escenario donde los megabuques generan picos más intensos de evacuación de carga, esta fortaleza ferroviaria cobra mayor relevancia, especialmente para cargadores que priorizan previsibilidad, contratos de largo plazo y menor exposición a congestión urbana.
El resultado es una especialización progresiva más que una competencia frontal; mientras Manzanillo se consolida como la principal puerta de entrada comercial del país, Lázaro Cárdenas refuerza su perfil como hub industrial y logístico, con fuerte presencia en automotriz, siderurgia y proyectos de gran escala vinculados al nearshoring.
En este contexto, la inversión en Manzanillo actúa también como un efecto espejo, dado que eleva el estándar operativo en el Pacífico y presiona a Lázaro Cárdenas a acelerar modernización, productividad y coordinación intermodal. El verdadero riesgo no está en la competencia entre ambos puertos, sino en la falta de una visión sistémica que los articule como infraestructura complementaria para absorber el crecimiento del comercio exterior rumbo a 2026.













