En un mundo cada vez más globalizado y exigente, la trazabilidad de insumos se ha convertido en un elemento fundamental para las empresas que buscan garantizar:
- La transparencia
- La seguridad
- La eficiencia en sus cadenas de valor
En este contexto, es fundamental que los profesionales del sector se mantengan informados y preparados para los cambios, asegurando así el éxito y la resiliencia de sus operaciones en el dinámico mercado global.
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Las tecnologías emergentes
- El Internet de las Cosas (IoT): Permite la monitorización en tiempo real de los productos a lo largo de la cadena de suministro, facilitando una visión integral desde la producción hasta el consumidor final.
- La inteligencia artificial (IA): Contribuye al análisis de grandes volúmenes de datos para optimizar procesos, predecir tendencias y detectar posibles incongruencias en el rastreo de productos
- El blockchain: Conocida por su capacidad para garantizar la seguridad y la transparencia, ofrece un registro inmutable de todas las transacciones, asegurando la veracidad de la información sobre el origen y el recorrido de los insumos
Regulaciones para la trazabilidad
Existen diversas regulaciones a nivel nacional e internacional que exigen la trazabilidad de insumos en sectores específicos como la alimentación, la industria farmacéutica y los productos textiles, algunas de las regulaciones más relevantes son:
- Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria (FSMA): Esta ley estadounidense exige a las empresas que implementen un sistema de trazabilidad para sus productos alimenticios.
- Reglamento (UE) n.º 1169/2011: Este reglamento europeo establece la obligación de que los productos alimenticios envasados incluyan información clara y legible sobre su origen e ingredientes.
- Norma ISO 22000: Esta norma internacional establece los requisitos para un sistema de gestión de la seguridad alimentaria, incluyendo la trazabilidad de insumos.
La integración de tecnologías avanzadas junto con un marco regulatorio sólido ofrece a las empresas la oportunidad de mejorar su competitividad, eficiencia y reputación en el mercado.
Sin embargo, la implementación de estas soluciones tecnológicas y la adaptación a las regulaciones representan desafíos significativos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que pueden carecer de los recursos necesarios para su implementación.