La inestabilidad en el comercio internacional debido a la fluctuación de los aranceles, los efectos del cambio climático y las nuevas regulaciones sobre los colorantes sintéticos han generado importantes disrupciones en las cadenas de suministro de la industria alimentaria; sin embargo, la biotecnología trabaja en una solución para fabricar ingredientes esenciales con mayor control y previsibilidad, de la mano de la inteligencia artificial (IA).
Durante la conferencia “Fermentation Nation: Precision, Tradition and the Rise of Alt-Everything”, realizada ayer en el marco de SupplySide Global 2025 en Las Vegas, los panelistas coincidieron en que la biotecnología aplicada a los alimentos está dejando de ser un nicho experimental para convertirse en un recurso estratégico de estabilidad industrial.
“La gran oportunidad está en la consistencia de la cadena de suministro”, señaló Flavia Fayet-Moore, fundadora y CEO de FOODiQ Global, quien señaló a la fermentación de precisión, como el desarrollo que permitiría “mantener el acceso a ingredientes con un perfil de calidad uniforme, incluso cuando las cadenas tradicionales se interrumpen”.
Estas “interrupciones” se deben a que; por ejemplo, compuestos como la inulina, las enzimas lácteas o las vitaminas, suelen depender de pocos proveedores globales y el flujo de los ingredientes puede verse afectado, tanto por complicaciones logísticas como regulatorias. Por ello, la fermentación de precisión surge como una solución para generar esos mismos compuestos a escala local, con procesos reproducibles y controlados.

¿Qué es la fermentación de precisión?
Aunque no hay un conceso general sobre su definición, se trata de un proceso que utiliza microorganismos (bacterias, levaduras, hongos filamentosos o microalgas) en biorreactores controlados, para producir compuestos de interés alimentario —como proteínas, lípidos o vitaminas—, que tradicionalmente se obtienen de plantas o animales, señala el documento “Fermentación de precisión: con el foco puesto en la seguridad alimentaria”, publicado por la FAO el pasado 28 de marzo.
En dicho informe, el organismo internacional señala que, este desarrollo biotecnológico puede garantizar la seguridad alimentaria de la población mundial porque su producción controlada reduce la variabilidad de la materia prima y “no se identificaron peligros fundamentalmente nuevos en la fermentación de precisión que no puedan gestionarse con los instrumentos de seguridad ya disponibles como buenas prácticas de manufactura, controles de higiene o evaluación de alérgenos”.
Al permitir la producción local de ingredientes que, antes dependían de fuentes animales o agrícolas, reduce riesgos logísticos, sanitarios y ambientales asociados al suministro tradicional; además, diversifica y estabiliza la producción de compuestos clave, que ayudan en la resiliencia del sistema alimentario global.
¿IA para escalar la fermentación de precisión?
Aunque se trata de una tecnología muy prometedora, más allá del aspecto científico, el reto central es industrializar la fermentación de precisión; al respecto, Paulo Maia, director de innovación en SilicoLife, señaló que los cuellos de botella más relevantes son el costo de recuperación (DSP) y la escala de producción.
Sin embargo, Maia anticipa avances acelerados por el uso de inteligencia artificial (IA) en el diseño de procesos de fermentación de precisión; por ejemplo, los modelos computacionales permiten predecir rutas metabólicas y optimizar la producción de moléculas andes del escalado industrial.
“Estamos entrando en una fase donde la IA permite predecir rendimientos y optimizar fermentaciones antes de probarlas en laboratorio, esto reduce costos y acelera el escalado comercial”, afirmó el experto.
En este contexto, Paulo Maia propone un modelo de fermentación distribuida, con unidades regionales interconectadas capaces de producir distintos ingredientes a menor escala, pero con alta estandarización, lo cual podría descentralizar la manufactura alimentaria y acortar las cadenas logísticas sin perder eficiencia.

Una tecnología que transforma la cadena de valor
De acuerdo con los panelistas, la fermentación de precisión ya demostró su eficacia en sectores como la farmacéutica, con compuestos como la insulina y las enzimas médicas, pero comienza a extenderse a proteínas alternativas como la caseína o la lactoferrina, producidas sin animales, por compañías como Perfect Day, New Culture y Remilk.
A través de esta tecnología, a nivel industrial, pueden sustituirse materias primas volátiles o sujetas a regulaciones ambientales por moléculas idénticas elaboradas en biorreactores, lo cual implicaría un menor riesgo, menor huella logística, así como mayor control de calidad y disponibilidad.
Los ponentes coincidieron en que la fermentación de precisión puede convertirse en una infraestructura productiva paralela al sistema agrícola, que incluso podría complementarla con una “biomanufactura alimentaria” más predecible, modular y adaptable.
“No se trata solo de innovación científica, sino de rediseñar la cadena de valor… Si logramos escalar los costos y consolidar la infraestructura, la fermentación de precisión será una pieza clave para la seguridad alimentaria global”, mencionó Fayet-Moore.
A medida que la industria avanza hacia una mayor integración entre biotecnología, IA y sostenibilidad, la fermentación de precisión podría convertirse en un elemento clave del sistema alimentario, manteniendo el flujo y estabilidad en la cadena de suministro global.













