La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer que las corrientes de inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe cayó en promedio 3.6% por tercer año consecutivo en 2017 y se quedaron en 161 mil 673 millones de dólares menos que el año anterior y un 20% por debajo de lo recibido en 2011.
Lo anterior, pese a un contexto internacional caracterizado por un mayor crecimiento de la economía mundial, una elevada liquidez internacional, altos beneficios en las grandes empresas y optimismo en los mercados financieros, refirió la comisión en el informe La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2018.
El informe explicó que en un análisis de mediano plazo, la caída continuada de la IED en América Latina desde el año 2011 se puede explicar por los menores precios de los productos básicos de exportación, que han reducido las inversiones en las industrias extractivas y por la recesión económica que se registró en 2015 y 2016, principalmente en Brasil.
Estas dos tendencias, sin embargo, fueron parcialmente revertidas el año pasado cuando la región retomó el crecimiento (1.3% del PIB) y los precios del petróleo y metales subieron. Esta alza de precios hizo que se recuperara la rentabilidad de la inversión tras varios años de caída, lo que también empujó la reinversión de utilidades, pero no ha sido suficiente para que se recuperara la IED en las industrias extractivas.
Mientras que en 2016 la gran mayoría de países de la región registraron caídas en las entradas de IED, en 2017 esta inversión subió en la mayoría de ellos. Las caídas ocurrieron en Brasil, con una disminución de 9.7%; en Chile, con -48%.
En menor medida en México, con una baja de 8.8%, pues el año previo ingresaron 31 mil 726 millones de dólares por concepto de IED, lo que representó 3 mil 050 millones menos que lo captado durante 2016, indicó la CEPAL en el informe presentado en la Ciudad de México.
En la región centroamericana, la IED subió por octavo año consecutivo hasta los 13 mil 083 millones de dólares; destacó el aumento registrado en Panamá, que alcanzó los 6 mil 066 millones de dólares.
En el Caribe los flujos crecieron 20% hasta los 5 mil 835 millones de dólares, el 60% se dirigió a República Dominicana. En estos países ha sido muy importante el aumento de las inversiones en el área turística, pero también han crecido en el sector de recursos naturales en Jamaica y Guyana.
“Por su origen, las principales fuentes de inversión extranjera directa en la región en 2017 fueron la Unión Europea y Estados Unidos, respectivamente. La prevalencia de Europa es particularmente notoria en América del Sur, mientras que Estados Unidos se mantiene como el principal inversor en México y Centroamérica”, dice el informe.
Focalizar las inversiones para atraer IED a América Latina
De acuerdo con la CEPAL, a mediano plazo, la caída en la inversión extranjera directa en América Latina, que viene desde el 2011 hasta ahora, se ha concentrado casi exclusivamente en el sector de los recursos naturales, que disminuyeron 63%. Las entradas en el sector de servicios cayeron un 11% y en el sector de manufacturas aumentaron levemente.
Consideró que esta recomposición otorga oportunidades para focalizar las inversiones en aquellos sectores con más capacidad para impulsar el cambio estructural y el desarrollo sostenible en la región, proceso que debe ser acompañado de políticas que apoyen el desarrollo de capacidades en los países receptores.
La CEPAL enfatizó que sectores como las energías renovables, telecomunicaciones y fabricación de automóviles son ejemplos de cómo la IED puede contribuir a diversificar la estructura productiva, mejorar capacidades locales, crear empleo de calidad y generar encadenamientos con proveedores locales y regionales.
En este sentido se destacan las inversiones, cada vez mayores, del sector automotriz en México y Brasil o las manufacturas y servicios para la exportación en Centroamérica y la República Dominicana. Aunque estos casos son todavía insuficientes para conseguir una transformación productiva en la región, advirtió la comisión.
Según el documento ya mencionado, las tendencias globales también apuntan hacia la estabilidad y para el año 2018 no se prevé un cambio de escenario, con lo que las entradas de esta inversión a la región permanecerán estables en torno al valor de 2017, con un margen de error del 2%.
“El contexto internacional de incertidumbre favorece un patrón de crecimiento de los países líderes en el cual la inversión doméstica y las capacidades locales son factores clave. A pesar de la recuperación de los precios de las materias primas y del interés en nuevos productos como el litio, no se repetirán los grandes flujos de la inversión hacia los recursos naturales de la última década”.
Cabe destacar que las salidas de IED desde los países de la región cayeron con más fuerza que las entradas y sumaron solo 23 mil 416 millones de dólares en 2017, 34% inferior a lo anotado en 2016 y menos de la mitad de lo alcanzado en 2014: Las empresas translatinas que habían tenido una gran expansión entre 2006 y 2014, no consiguieron diversificar su estrategia más allá de las industrias extractivas o la búsqueda de mercados en otros países de la región.
Entonces, en un contexto de recesión o bajo crecimiento según el país y menores precios del petróleo y minerales, estas compañías han tenido que restringir sus operaciones en el exterior o, por lo menos, frenar su crecimiento.
Al respecto, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, resaltó que “no se trata simplemente de crear las condiciones para que lleguen capitales extranjeros, sino para que las inversiones se vuelvan fuentes generadoras de derrames tecnológicos y productivos, de empleo, y para que se orienten hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible”.
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