Cada vez son más los reportes sobre cómo el cambio climático ha comenzado a agravar la crisis de la cadena de suministro.
El calentamiento global está haciendo más difícil la fabricación de productos básicos y eso ocasiona un aumento de precios.
Las advertencias sobre las precipitaciones extremas, sequías e intenso calor por el estrés climático son, lamentablemente, un asunto nada novedoso; tan es así que desde 1970 se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra con el objetivo de concienciar a la humanidad sobre nuestros efectos sobre la naturaleza.
No fue si no hasta 2009 que las Naciones Unidas determinaron esa efeméride de manera oficial, a conmemorarse cada 22 de abril.
La industria más sensible al cambio climático es la agricultura, en gran parte porque la mayoría de los cultivos tienen poca tolerancia a los climas extremos, pero no son los únicos sectores que se ha visto afectados por las modificaciones en la naturaleza.
Medición de huella de carbono permite el diseño de estrategias
Las empresas, cada vez más comprometidas con el cuidado del medio ambiente, implementan estrategias para proteger nuestro entorno y los negocios.
Entre ellas se encuentran la economía circular, que fomenta la recuperación de materiales para su reinserción en la cadena productiva; y el abastecimiento sustentable, que consiste en implementar modelos de fabricación que sean respetuosos con el medio ambiente.
Pero quizás la más popular y que sirve como base para definir las estrategias a implementar es el monitoreo de la huella de carbono.
¿Cómo medir la huella de carbono?
Se trata de una métrica ambiental que calcula la totalidad de las emisiones de gases de efectos invernadero (GEI) generadas, directa e indirectamente, por una persona, un grupo, una organización, empresa o incluso un producto o servicio.
Se mide en masa de dióxido de carbono equivalente (CO2e o CO2eq) debido a que es el gas más abundante entre los GEI y se utiliza como referencia en la medición del resto de los elementos.
Esta huella ha sido esencial para la implementación de medidas locales, regionales e internacionales, como el tan nombrado Acuerdo de París, desarrollado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Perspectivas de la huella de carbono
No existe una medición única de la huella de carbono, pero sí enfoques específicos para aproximarse a su cálculo.
Esas seis perspectivas son:
Corporativa: se mide la huella de carbono de una organización, generalmente por un año. Por lo regular se usa para redactar reportes sobre el desempeño de una empresa ante el cambio climático.
Ciclo de vida de un producto o servicio: se miden las emisiones de GEI de mercancías o servicios en toda su cadena de producción. Esto incluye, en ocasiones, su consumo o desecho final.
Personal: evalúa las emisiones de GEI directas e indirectas de un individuo en un lapso específico.
En eventos: contabiliza la huella de carbono durante la planificación y realización de algún evento (desde el uso de energía y transporte hasta la preparación de alimentos o la papelería).
Territorial: mide las emisiones de GEI en un área específica, limitada geográfica o políticamente.
Por industria: evalúa la huella de carbono de un sector productivo particular.
Plataformas para medir la huella de carbono empresarial
Existe una idea errónea de que sólo las grandes empresas procuran medir su huella de carbono. La realidad es que pequeñas y medianas compañías también pueden (y deben) hacer una diferencia.
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Por eso se han popularizado las plataformas de acción climática de ventanilla única para los negocios. El objetivo de estas es fomentar que las empresas frenen sus emisiones de carbono, aumenten su resiliencia y obtengan una mayor ventaja competitiva.
Una de ellas es el Centro Climático de las PYMES (SME Climate Hub en inglés), lanzada en septiembre pasado durante la Semana del Clima de Nueva York y auspiciada en conjunto por la International Chamber of Commerce (ICC), la Iniciativa de la Hoja de Ruta Exponencial, la coalición We Mean Business y la campaña Carrera a Cero de las Naciones Unidas.
La plataforma recomienda, como primer paso para comenzar con el diseño de estrategias amigables con el medio ambiente, calcular exactamente cuál es el número de emisiones.
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Se realiza bajo dos perspectivas: cuánta energía se consume para todos sus productos y servicios, y cuánta produce toda la cadena de proveeduría.
Acciones que hacen diferencia
Entre las acciones implementadas por pequeñas y medianas empresas para reducir su huella de carbono se encuentran tres recurrentes:
- Reducir las emisiones de toda la cadena de valor y de suministro.
- Alinear la misión, visión, estrategia, propuesta de valor, productos y servicios de la empresa con el compromiso ambiental.
- Realizar actividades más allá del negocio, es decir, apoyar a iniciativas que contribuyan con el objetivo de reducción de emisiones.
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