Los últimos cuatro años han puesto a prueba la resiliencia de la economía mundial.
Variados fenómenos meteorológicos han perturbado las cadenas de suministro y han provocado crisis energética y alimentaria.
Y aunque la economía global ha demostrado resiliencia en general, es notable un desempeño desigual entre regiones y fragilidades persistentes.
Así lo detalló el reporte Policy Pivot, Rising Threats October 2024, elaborador por el Fondo Monetario Internacional.
Perturbaciones en todo el mundo
En los mercados emergentes y las economías en desarrollo, las perturbaciones de la producción y el transporte de mercancías, especialmente los conflictos petroleros, los disturbios civiles y los fenómenos meteorológicos extremos, han dado lugar a revisiones a la baja de las perspectivas para el Oriente Medio y Asia central y la del África subsahariana.
Estos se han visto compensados por las actualizaciones de la previsión para Asia emergente, donde la creciente demanda de semiconductores y electrónica, impulsada por importantes inversiones en inteligencia artificial, ha reforzado el crecimiento.
Esa tendencia recibe un apoyo sustancial de inversión pública en China y la India.
La inflación de los precios de los servicios sigue siendo alta en muchos países.
Esto ha obligado a algunos bancos centrales a retrasar sus políticas sobre planes de flexibilización, poniendo las finanzas públicas bajo más presión, especialmente en naciones donde los costos de la deuda ya son altos.
Se prevé que el panorama mundial cambiará en gran medida por las decisiones fiscales y monetarias.
Vulnerabilidades ocultas
El reporte señala que la volatilidad del mercado social durante el verano ha despertado viejos temores sobre vulnerabilidades ocultas.
Esto ha aumentado la ansiedad sobre la postura adecuada de la política monetaria, especialmente en países donde la inflación es persistente.
Una mayor intensificación de divisiones geopolíticas podría afectar el comercio, la inversión, y el libre flujo de ideas.
Y eso podría afectar a largo plazo la resiliencia de las cadenas de suministro, lo que supuso difíciles compensaciones para los bancos centrales durante momentos complejos como la recién superada pandemia de Covid-19.
Con un 4.2%, la inflación de los precios de los servicios básicos es aproximadamente 50% más alto que antes de la pandemia en las principales economías avanzadas y de mercados emergentes (excluido Estados Unidos).
Esto contrasta con la inflación de los precios de los bienes básicos, que ha disminuido hasta llegar a cero.
Los recientes aumentos en las tarifas de envío, especialmente para las rutas hacia y desde China, han ejercido presión al alza sobre los precios de los productos.
Sin embargo, la presión se ha visto mitigada hasta ahora por la caída de los precios para las exportaciones de China.
Dado que se espera que las brechas de producción se cierren, y suponiendo que no haya interrupciones en la oferta laboral en las economías avanzadas, se espera que el crecimiento salarial se modere, agregó el documento.
El texto añade que la producción manufacturera estará virando cada vez más hacia las economías de mercados emergentes.
Te puede interesar:
IA impactará en el sector de manufactura en México a mediano y largo plazo
Sin embargo, la tensión de la deuda se intensifica en los mercados emergentes y economías en desarrollo.
Escenario para los países más necesitados de financiamiento
Aunque los diferenciales se han reducido desde que alcanzó su punto máximo en julio de 2022, algunos mercados emergentes y las economías en desarrollo siguen siendo vulnerables a una revalorización del riesgo.
Esto podría aumentar aún más sus diferenciales y empujarlos a endeudarse.
Por si te lo perdiste:
Futuro de las importaciones y exportaciones frente al nearshoring
Países con grandes necesidades de financiación externa y un bajo colchón de reservas internacionales serán los más afectados.
La demanda interna supondría una mayor presión para las finanzas públicas y afectar las subvenciones en determinados sectores, algunos destinados a impulsar las exportaciones.
Como resultado, surgirían nuevos picos en los precios de las materias primas ante las crisis climáticas, conflictos regionales o las tensiones geopolíticas.
La volatilidad de los precios de las materias primas puede provocar una inflación más alta y restringir el margen de maniobra de los bancos centrales.
El reporte asegura que, ante esta realidad, los países intensificarán sus políticas proteccionistas.
El tema está impulsando a muchos países a adoptar medidas unilaterales.
También lee:
Tendencias para la cadena de suministro: IA y robots para la automatización en almacén
Esas políticas, advirtió el reporte, exacerbarán las tensiones comerciales globales y alterarán a las cadenas de suministro globales.