América Latina sobresale como un actor clave en el panorama mundial de las energías renovables.
La región se está convirtiendo en un catalizador de la transición energética mundial, desplegando una de las redes eléctricas más limpias del mundo, con un 60% de su energía procedente de fuentes renovables.
Los diversos recursos renovables de la zona, como la energía eólica, la solar y los biocombustibles, ofrecen oportunidades importantes para reducir las emisiones de carbono a nivel mundial y abordar la crisis climática.
Así lo detalló el estudio Energía Verde en América Latina, elaborado por la agencia de comunicación y marketing digital Sherlock Communications.
Mientras el mundo lucha contra el cambio climático y busca soluciones sostenibles, el papel de América Latina es especialmente relevante a medida que cobran más importancia las soluciones energéticas ecológicas.
¿Por qué está creciendo tanto Brasil en el rubro?
Países como Brasil, Chile y México lideran el crecimiento regional de energías renovables, según el reporte.
Brasil tiene una posición destacada, representando el 58% de los 190 gigavatios (GW) de capacidad renovable proyectados para el 2030.
Estas naciones están invirtiendo en energía eólica, solar y bioenergía, no solo para impulsar sus propias industrias, sino también para explorar oportunidades de exportación como el hidrógeno verde.
Si la atención mundial se desplaza hacia el hidrógeno verde, América Latina, particularmente Brasil y Chile, podrían convertirse en grandes exportadores de esta vital fuente de energía.
El panorama del mercado energético de Brasil es avanzado y diverso, con casi el 90% de su electricidad proveniente de fuentes renovables.
Aunque la energía hidroeléctrica sigue siendo un pilar fundamental, la atención se centra cada vez más en la energía eólica y solar.
Se prevé que el país representará el 58% de las adiciones de capacidad renovable de América Latina para el 2030.
Energías eólica y solar
La energía eólica ha experimentado un crecimiento significativo, especialmente en el noreste de Brasil, donde los consistentes patrones de viento han contribuído con alrededor de 25 GW de la capacidad instalada.
Cristiano Lopes Saito, de Aggreko Brasil, comentó: ‘‘Brasil está experimentando un aumento de las fuentes renovables intermitentes, como la eólica y la solar, lo que trae consigo nuevos retos, como la necesidad de almacenamiento de energía para equilibrar las fluctuaciones’’.
La energía solar también está al alza, y con ello el noreste se beneficia de una elevada irradiación solar.
Para fines del 2024, se espera que la energía solar aporte cerca del 7% de la electricidad de Brasil.
Sin embargo, se espera que las instalaciones eólicas disminuyan de 2024 a 2027, debido al exceso de oferta proveniente de la expansión de las fuentes hidroeléctricas y solares.
Brasil se está posicionando como líder en el mercado del hidrógeno verde, vital para descarbonizar las industrias.
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La reciente legislación ha proporcionado 18.300 millones de reales (3.250 millones de dólares) en incentivos fiscales para impulsar la producción de hidrógeno.
"El hidrógeno verde será un gran consumidor de energía eólica y renovable’’, afirmó Elbia Gannoum, directora ejecutiva de ABEEólica, que considera al hidrógeno como un elemento fundamental de la futura estrategia energética de Brasil.
Sin embargo, advirtió que "2024 será el primer año en que veremos una caída en el crecimiento de las instalaciones eólicas’’.
¿Qué pasará con los combustibles?
El proyecto de ley sobre el ‘‘combustible del futuro’’ crea programas nacionales de combustible verde, combustible de aviación sostenible y biometano, mientras que aumenta la mezcla de etanol con gasolina y de biodiésel con gasóleo.
En Brasil, una parte importante del parque automovilístico funciona con etanol, gracias a la introducción de vehículos de combustible flexible.
Brasil, por sí solo, contribuirá con el 40% de la expansión de los biocombustibles hasta 2028, gracias a una nueva ley promulgada por el gobierno federal en octubre de 2024.
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De cara al futuro
Iniciativas recientes, como las subastas para el almacenamiento de energía, son prometedoras.
‘‘Lo que está haciendo Brasil es generar y crear subastas para la capacidad que hará que esta energía sea almacenable’’, comenta Lopes Saito, expresando su optimismo ante estos avances.
Sin embargo, los elevados impuestos sobre los sistemas de almacenamiento y la infraestructura brasileña, centrada en la energía hidráulica, siguen siendo obstáculos.
El Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) y el financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) son cruciales para abordar estas necesidades, pero la inversión debe continuar para garantizar la ventaja competitiva de Brasil.
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La minera brasileña Vale y Green Energy Park, una empresa de energías renovables centrada en el desarrollo de instalaciones de producción de hidrógeno a gran escala, se ha asociado para desarrollar una instalación de producción de hidrógeno verde en Brasil, destinada a apoyar un Mega Hub para la producción de acero bajo en carbono.