Las condiciones de operación en las empresas cambiaron el último año y el concepto de resiliencia empresarial se tornó más relevante para los líderes, ejecutivos y CEOs.
El confinamiento limitó los recursos, tanto humanos como materiales, lo que sumó complejidad a los negocios y, en ciertos casos, incluso los cerró por completo. Además, se vivió mucha incertidumbre en la demanda, “el terror” para los expertos en planeación.
Así lo calificó José Luis Romero, experto en planeación estratégica y análisis de riesgos, en el pasado webinar de ConaLog Construyendo una cadena de suministro resiliente.
“Quienes nos dedicamos a planear estamos acostumbrados a prever qué va a pasar. Metemos cierto riesgo de inexactitud o de sesgos, pero cuando hay una escena de incertidumbre, nos mueve todos los planteamientos que hagamos”.
El recuento de los daños
Pero no fue sólo la pandemia y las variaciones en la demanda. Aquellas empresas que pertenecen a la industria de los alimentos y bebidas además tuvieron que acatar una nueva normativa de etiquetado frontal, lo que significó cambios en los procesos y ajustes a la manufactura y a los empaques.
Las empresas también experimentaron desabasto de materias primas básicas, como el vidrio o el cartón, algo que se sigue dando de manera muy dinámica, con impactos importantes en los precios. “Algunos insumos y commodities pueden crecer su costo hasta en 90% en cuestión de días”, advirtió Romero.
Derivado de este desabasto, también hubo un incremento en ciertos fletes, principalmente marítimos, para transportar los insumos, lo que complicó el suministro y la negociación de los precios. Esto, seguramente, se mantendrá en el corto plazo a decir del experto.
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Resiliencia empresarial como necesidad actual
Aunque las empresas están acostumbradas a lidiar con situaciones adversas, en el último año han tenido que desarrollar mucho más el músculo de la resiliencia.
¿Cómo se construye una empresa resiliente? ¿Qué tiene que suceder en su interior y en qué se debe trabajar para responder de forma positiva a la complejidad?
A decir de Romero, la resiliencia empresarial nace y crece a partir de la cultura organizacional, a lo que calificó como 'el inframundo de las empresas'. “Es ahí donde se tejen los cambios en los procesos, en las personas y en el liderazgo para atacar los problemas que se susciten. Y ahí es donde se trabaja y se desarrolla el éxito”, aseguró.
Algunas de sus recomendaciones para lograr esta resiliencia son:
- Trabajar en la mejora continua para, poco a poco, pulir los procesos y hacerlos más dinámicos, flexibles y ágiles.
- Alinear a la gente hacia una mentalidad de resiliencia.
- Desarrollar líderes que puedan ejecutar las transformaciones en las organizaciones.
- Tener una visión a futuro, para ver cómo queda el negocio después de la tormenta, y reenfocarlo.
- Mantener una comunicación constante con los empleados, para que todos sepan qué se está haciendo, hacia dónde se va y se trabaje con el mismo objetivo.
- Agilizar la toma de decisiones inteligentes y traducirlas en acciones concretas para optimizar el negocio, sacando inteligencia a la tecnología que estás utilizando.
- Generar sinergias de colaboración, tanto interna para que todos asuman sus responsabilidades, como externa, con clientes y proveedores.
A decir del experto, estas prácticas deben de permanecer después de la pandemia, para que las empresas puedan responder hacia el futuro de manera positiva. Deberían, incluso, establecerse como “protocolos de resiliencia”.
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Puntos críticos para la resiliencia empresarial
“En estos periodos no se puede tener éxito de manera individual. Si alguien quiere salir ganado solo, no lo va a poder lograr. Necesitamos ir de la mano con los demás”, afirmó Romero. Así, todas las áreas de la empresa deben acercarse entre sí y alinear sus objetivos y métricas.
En el caso de los clientes, hay que ofrecerles el servicio adecuado para simplificar sus propios procesos. Inclusive, aclaró el experto en planeación estratégica, el consumidor está dispuesto a pagar un extra o un sobreprecio al percibir el valor de tener lo que necesitan en el momento adecuado.
En este sentido, la innovación en la entrega también es fundamental para resolver esta necesidad de llegar al cliente en el menor tiempo, dar un servicio adecuado y ver hacia el futuro.
Creación de valor, prioridad para las empresas
“A diferencia de como sucedía unos años atrás, las empresas no están tan enfocadas en minimizar el costo. Siempre está en su agenda, pero hoy se centran más en la creación de valor”, comentó Rafael Vásquez, vicepresidente regional para Coupa Software, quien también participó en el webinar.
Esta creación de valor consiste en aumentar los servicios y optimizar los tiempos de entrega para que, en consecuencia, se mejore la rentabilidad del negocio.
Hay que apuntar a que haya una integración de las cadenas de valor para que se comparta la información. Esa inteligencia, al final, ayuda al proveedor a operar de forma más eficiente, con mayor visibilidad y planeación, lo que te beneficia en costos y tiempos de respuesta. Y así, sucesivamente, esa eficiencia va permeando a través de la cadena.
El área de logística se presta mucho a este tipo de colaboraciones para, por ejemplo, consolidar cargas. “Hay que integrarnos con proveedores y clientes para poder, entre todos, reaccionar y tomar las mejores decisiones”, recomendó Vásquez.
Hoy, hay mucha más apertura a escuchar, a innovar, a intentar nuevas estrategias. Y además, hay un claro enfoque a que haya un cambio organizacional.
“Mañana no sabemos qué va a pasar o qué nos va a impactar. Entonces, la clave es ir construyendo esa cultura de agilidad y resiliencia para que cualquier cambio en las variables o en las tendencias, podamos manejarlo”, aconsejó Vásquez.
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