Déjà vu: el pasado nos vuelve a pasar. Donald Trump nuevamente será el primer mandatario del principal socio comercial de México y los mercados financieros y el sector productivo se alistan para atravesar, de nuevo, por la incertidumbre y volatilidad que deriva de las medidas económicas y políticas que tome y que influirán en el comercio global.
Cuando Trump asumió la presidencia de Estados Unidos (2017-2021) México enfrentó desafíos en áreas como comercio exterior, migración, transporte transfronterizo y cadenas de suministro. Pero hoy podemos decir que las industrias mexicanas fueron resilientes y, de hecho, experimentaron crecimiento, mismo que se reflejó en la supply chain nacional.
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Fueron años desafiantes, pero ante las industrias emergieron oportunidades significativas que moldearon el futuro industrial y logístico del país.
Renegociar el TLCAN: nuevos horizontes comerciales
Uno de los cambios más trascendentales durante el primer periodo de gobierno de Donald Trump fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que dio lugar al T-MEC, vigente desde julio de 2020. Como recuerda el Centro Gilberto Bosques, este acuerdo reformuló las reglas del comercio trilateral, con nuevas disposiciones sobre origen de productos, derechos laborales y mecanismos de resolución de conflictos. Si bien sectores como el automotriz y manufacturero enfrentaron ajustes significativos, las modificaciones también fomentaron mayor transparencia y mejores condiciones laborales en México.
Migración y remesas
La administración Trump puso en marcha políticas migratorias restrictivas, desde la separación de familias hasta la construcción del muro fronterizo. Estas acciones no solo afectaron a comunidades mexicanas en Estados Unidos, sino que también generaron fluctuaciones en las remesas, una fuente crítica de ingresos para muchas familias en México.
Amenazas arancelarias y guerra comercial con China
Las constantes amenazas de aranceles por parte de Trump, junto con la imposición de tarifas al acero y aluminio bajo la Sección 232, generaron incertidumbre en los mercados. En contraste, la guerra comercial entre Estados Unidos y China presentó una oportunidad única para México, al posicionarlo como un destino atractivo para el nearshoring. Industrias como la manufactura y la tecnología registraron inversiones significativas durante este periodo.
Sectores industriales y supply chain, resilientes
A pesar de los retos, varios sectores de la economía mexicana mostraron resiliencia y crecimiento. Datos de la Secretaría de Economía registraron:
- Manufactura. La producción de autopartes y dispositivos electrónicos, aunque variable cada año se contó a doble dígito. La industria automotriz y de autopartes han sido uno de los principales detonadores de la demanda de cadena de suministro en los últimos años, en México.
- Agroalimentario. México consolidó su posición como proveedor clave de productos agrícolas a Estados Unidos: datos de Deloitte señalan que el sector agroalimentario representó aproximadamente el 8% de la economía mexicana durante el primer gobierno de Trump, siendo la industria alimentaria la que más aportó: influye en la transportación de perecederos y en logística de cadena de frío.
- Tecnología y Servicios. El desarrollo de centros de servicios compartidos y tecnológicos avanzó, gracias a la proximidad geográfica y el talento disponible.
Transporte transfronterizo y proyectos estratégicos
En el ámbito logístico, entre 2017y 2021, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec comenzó a tomar forma como un proyecto estratégico para conectar el Pacífico y el Atlántico. Aunque su desarrollo se intensificó en años posteriores, este corredor prometía transformar el comercio regional y global.
El primer mandato de Trump dejó lecciones clave para México. Si bien las cadenas de suministro enfrentaron disrupciones, como las derivadas de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, también se abrió la puerta para un mayor protagonismo de México en el comercio internacional. Factores internos, como incentivos limitados y políticas regulatorias, limitaron el potencial de atracción de inversiones, pero el nearshoring y la resiliencia de ciertas industrias marcaron un camino positivo hacia el futuro.
Prospectiva: industrias bajo el nuevo mandato de Trump
Con la posibilidad de un segundo mandato de Donald Trump, marcado de 2025 a 2029, las perspectivas para diversas industrias y la logística en México generan expectativas y cautela. Según un reporte de Bloomberg, basado en análisis del grupo financiero Mirabaud, los estímulos impositivos promovidos por Trump beneficiarían principalmente a los sectores manufacturero, energético y de servicios financieros.
El sector manufacturero, clave para la intralogística y la cadena de suministro, podría ser uno de los grandes detonadores de actividad. Sin embargo, un posible resurgimiento de la guerra comercial con China generaría incertidumbre global, afectando especialmente a las industrias tecnológicas, de manufactura y consumo masivo, que dependen en gran medida de insumos y producción en ese país. En este contexto, México y otras naciones, como Vietnam, podrían continuar atrayendo empresas que buscan diversificar sus cadenas de suministro y reducir su dependencia de China, consolidándose como alternativas viables para el nearshoring.
Por otro lado, el sector energético podría experimentar cambios significativos. Frente a las preferencias de Trump por los combustibles fósiles, las industrias tradicionales como petróleo y gas podrían ver un impulso gracias a un entorno regulatorio más favorable, las energías renovables, como la solar y eólica, enfrentarían desafíos regulatorios que podrían frenar su crecimiento a corto plazo.
Para los inversores y las empresas, el panorama también sugiere una mayor volatilidad en los mercados. Las políticas económicas del nuevo gobierno podrían traducirse en mayores costos logísticos y ajustes en las estrategias de suministro para sectores dependientes de materias primas o componentes importados.
El segundo periodo de Donald Trump promete traer tanto oportunidades como desafíos para las cadenas de suministro y las industrias en México. Si bien sectores como manufactura y logística podrían beneficiarse del enfoque hacia el nearshoring, los riesgos asociados a tensiones comerciales y cambios regulatorios demandan una planeación estratégica robusta. México tiene la oportunidad de fortalecer su posición como socio comercial clave.