El Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), combinado con la pandemia de Covid-19, cada vez da más forma a un área de oportunidad para nuestro país: Norteamérica necesita invertir en cadenas de producción que se encuentren lo más cerca posible, el llamado nearshoring.
Nuevas compañías estadounidenses se están sumando a las ya establecidas en nuestro país y este comportamiento está convirtiendo a México en un gran centro de manufactura que envía productos e insumos necesarios para la fabricación de otros tantos a distintas zonas del continente.
Nearshoring, necesario en tiempos de pandemia
Las cifras a más de un año de la presencia del Covid-19 en el país muestran en que las industrias mexicanas no estaban listas para una disrupción como la ocasionada por el virus.
El sector manufacturero, pese a no haber sufrido tanto como el turismo, evidenció que no entendía otras formas de operar diferentes a esquemas rígidos de programación y planeación para obtener resultados óptimos.
Es así que la alteración de los procesos en la cadena de valor ha tenido un desbalance en el flujo de bienes, tanto para las compañías, sus proveedores y para los clientes.
Pero esta situación no es exclusiva de México. Todo el mundo sufrió por la detención abrupta de las cadenas de suministro, y quienes más lo hicieron en números fueron aquellas naciones acostumbradas al offshoring, como China.
China, imbatible en comercio internacional
En los últimos años, el gigante asiático ha sido de las naciones que han sacado mejor partido de esta práctica, al punto de que ni los problemas arancelarios recientes con Estados Unidos durante la administración del expresidente Donald Trump impidieron que fueran el principal socio comercial de dicho país.
De hecho, las exportaciones de productos de China a Estados Unidos crecieron en enero seis veces más que las de México en esa misma dirección, según datos del Departamento de Comercio estadounidense.
Las ventas de México a Estados Unidos perdieron competitividad porque tuvieron un crecimiento menor frente al de las importaciones estadounidenses de mercancías originarias de todo el mundo.
Sin embargo, la pandemia no ha impedido que numerosas compañías hayan elegido a México para echar a andar plantas de ensamblaje, centros de distribución y fábricas de productos varios dada la enorme ventaja geográfica del país.
Ventajas del T-MEC para la industria manufacturera mexicana
En fechas recientes, en THE LOGISTICS WORLD hemos dado cuenta de numerosos anuncios relacionados con nuevos centros de fabricación de electrodomésticos y productos diversos que darán un importante empuje al sector manufacturero, sobre todo para las industrias automotriz y de tecnología.
Es por eso que el T-MEC, pese a los retos actuales de salarios en México y la falta de tecnología de punta, se vuelve tan relevante para el país.
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Hay zonas del país que ya cosechan parte de las ventajas del nuevo acuerdo comercial firmado en 2020, sobre todo estados del norte y del Bajío.
Nearshoring, clave para la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED)
Tan es así que México lideró la resiliencia en la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) en el contexto de las afectaciones del Covid-19 en 2020.
Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), México registró un descenso interanual de 6% en el tercer trimestre de 2020, una caída de 23 mil millones de dólares.
Otras economías como la chilena, la brasileña y la colombiana tuvieron registros negativos de hasta -33%, -45% y -50%, respectivamente.
El Covid-19 y los importantes retrasos en la producción en el mundo están impulsando la adopción de cadenas de suministros cortas. La proximidad se está convirtiendo en el plan principal, razón la cual fabricantes de Estados Unidos quieren tener plantas en México.
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Menores costos de envío, tiempos de exportación más cortos y la ventaja de una comunicación en tiempo real debido a usos horarios similares o con menor diferencia, son sólo algunas de las bondades que resaltan la ventaja del nearshoring entre México y Norteamérica.
Los especialistas han sido enfáticos: si México quiere ser competitivo mundialmente en el sector manufactura tiene que invertir en innovación y transformación digital.
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Apostar por el concepto de la industria 4.0 se vuelve obligatorio si es que el país quiere aprovechar las ventajas comerciales que incluye el T-MEC.
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