El Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) y la Secretaría de la Organización del Mundial del Comercio pusieron un marcha de manera conjunta una base de datos sobre el comercio de minerales esenciales.
Con esa base de datos buscan aumentar la transparencia en relación con esos minerales y apoyar la transición de energía limpia.
Proporciona información sobre las corrientes comerciales permite visualizaciones de redes comerciales y patrones de especialización.
Además, compila datos sobre aranceles y otras políticas comerciales para 250 minerales críticos y productos relacionados en cadenas de valor.
Minerales críticos como el litio, cobalto y elementos de tierras raras se utilizan en la producción de baterías, turbinas eólicas y vehículos eléctricos, lo que los hace esenciales para la transición a la energía limpia.
Por lo tanto, desempeñan un papel importante en objetivos como la triplicación de la capacidad de energía renovable y la duplicación de la eficiencia energética para 2030.
Incremento de transparencia
El esfuerzo conjunto tiene por objeto aumentar la transparencia en relación con el comercio y las políticas críticas relacionadas con los minerales en todas las cadenas de valor.
A su vez, buscan fomentar la colaboración y el apoyo a la adopción de decisiones bien informadas por parte de los encargados de formular políticas y otras partes interesadas, señaló el organismo en un comunicado.
El tema de las materias primas para la electrificación a nivel mundial es en estos momentos delicado, con países intentado asegurar el suministro suficiente para sus estrategias de fabricación y sus objetivos de sustentabilidad y medio ambientales.
Nuevas restricciones chinas
Hace apenas unos días, el Ministerio de Comercio de China propuso nuevas restricciones a la exportación de tecnologías clave para el procesamiento de materiales esenciales como el litio y el galio.
Estas medidas, diseñadas para blindar el liderazgo de China en la transición hacia la electromovilidad, podrían reconfigurar el panorama global.
Las propuestas se publicaron el 2 de enero y estarán abiertas a comentarios públicos hasta el 1 de febrero, según informó la agencia Reuters.
Aunque no se ha especificado cuándo podrían entrar en vigor, el momento de su anuncio parece deliberado y coincide con la próxima toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025.
Este contexto geopolítico complejo amplifica el impacto potencial de estas restricciones en las cadenas de suministro globales.
El liderazgo de China
Ese país controla aproximadamente el 70% del procesamiento global de litio, una posición que le permite influir significativamente en la cadena de suministro global de baterías.
Las nuevas restricciones, que incluyen tecnologías de extracción y procesamiento, podrían dificultar el acceso de fabricantes occidentales a herramientas indispensables para producir componentes de baterías.
La estrategia también busca proteger a gigantes nacionales como CATL, BYD y Gotion, quienes lideran el mercado global de baterías.
Además, el dominio de China también se extiende a materiales críticos como el galio y el antimonio, esenciales en tecnologías de energías limpias y defensa.
El control que ejerce sobre estas cadenas de suministro le otorga una ventaja competitiva a nivel global.
Por ejemplo, el galio y el germanio son claves en semiconductores y dispositivos electrónicos, sectores donde China también tiene una fuerte presencia.
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Impacto en Estados Unidos y Europa
El anuncio de restricciones coincide con tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.
La nueva administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, ha prometido aranceles del 100% a los vehículos importados de China, intensificando la competencia.
Esta medida busca fomentar la industria automotriz nacional, pero también podría provocar un incremento en los precios para los consumidores estadounidenses.
En respuesta, China busca proteger su cadena de suministro interna y mantener su cuota de mercado.
Los productores occidentales también enfrentan presiones por los precios bajos impuestos por las empresas chinas, que han provocado caídas de más del 80% en el litio y 40% en materiales como níquel y cobalto.
Esto ha llevado a recortes en la producción y despidos en países como Canadá y Australia, debilitando su competitividad frente a China.
En Europa, la situación también es crítica.
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México: una oportunidad en la cadena de suministro
En este escenario, México podría posicionarse como un actor clave en la cadena de suministro global de baterías.
Con tratados comerciales como el T-MEC, el país tiene acceso preferencial al mercado estadounidense, lo que podría atraer inversiones en la producción de componentes para vehículos eléctricos.
También, una estrategia viable para México sería incentivar la explotación sostenible de litio, especialmente en Sonora, donde se encuentran importantes yacimientos.
Sin embargo, la extracción debe ir acompañada de un plan integral que considere el impacto ambiental y social.
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Al mismo tiempo, podría desarrollarse una infraestructura para procesar estos minerales en el país, reduciendo la dependencia de tecnología extranjera.