Actualmente los tomadores de decisión no tienen claro cómo enfrentar y administrar el riesgo. Desde luego no pueden anticipar todas las posibles disrupciones y sus consecuencias, esto es debido a que el riesgo puede manifestarse de muchas formas distintas, además de que puede afectar prácticamente a cualquier punto de la cadena desde el proveedor inicial hasta el cliente final. Los efectos de una disrupción pueden afectar un punto específico de la cadena de suministro y quedar contenido ahí, o puede propagarse por la red y ocasionar daños con impactos globales.
Hoy por hoy se han identificado dos aproximaciones para administrar el riesgo, la primera es un enfoque reactivo tradicional que consiste en reconocer que existe un riesgo pero se decide ignorarlo debido a que su materialización se estima como poco probable. Los tomadores de decisión se cuestionan si deben invertir su esfuerzo en desarrollar contramedidas para eventos que quizá nunca ocurran.
Básicamente el problema con este enfoque es que los administradores esperan a que la disrupción ocurra y sólo después diseñan las acciones de respuesta, las implementan y evalúan los efectos, lo que resulta en un proceso demasiado lento.
El segundo enfoque es considerado como proactivo, en este, una vez que se han identificado de manera temprana los riesgos potenciales, se planean acciones para anticiparlos o mitigar sus efectos. Dentro de este enfoque, los tomadores de decisión están preparados para emprender acciones de manera inmediata cuando un evento no deseado se inicia. Contrario al enfoque reactivo que supone que un evento es lo suficientemente improbable como para ignorarlo, el enfoque proactivo reconoce que en la actualidad los riesgos de disrupción a la cadena de suministro no sólo se han incrementado en frecuencia, sino que también en la severidad de su impacto.
También asume que los costos derivados de dichas disrupciones pueden conducir a un paro total e irrecuperable a cualquier cadena de suministro. De ahí que este enfoque destaca la importancia de la identificación temprana y rápida respuesta ante las disrupciones para mitigar su impacto global en las cadenas de suministro.
La velocidad de respuesta es una de las variables que pueden hacer la diferencia, ya que el tiempo que las cadenas de suministro se encuentren bajo un periodo de disrupción se convierte en un factor clave para determinar el impacto y desviaciones generadas en el funcionamiento de las cadenas. Sin embargo, nuestras investigaciones han demostrado que también es importante considerar la etapa o etapas en las que se materializa un evento disruptivo, pues esto influye en la duración y forma en que el riesgo se propaga a los demás miembros de la cadena.
Análisis de propagación de riesgos
El análisis de propagación de riesgos en cadenas de suministro es un área que permanece relativamente inexplorada. No obstante, al analizar con más detalle el efecto de propagación más estudiado en el área de cadena de suministro y conocido como efecto látigo (BWE, bullwhip effect), evaluamos sus causas para conocer la forma en que una disrupción se propaga en una cadena de suministro.
El efecto látigo describe cómo las variaciones en la demanda se amplifican conforme la demanda avanza desde el cliente final hasta el proveedor inicial; además distorsiona la información de la demanda dentro de la cadena de suministros y cada escalón tiene entonces un estimado diferente de la demanda real. El resultado es una pérdida de coordinación en la cadena (Chopra y Meindl, 2008).
Al hacer un estudio más exhaustivo, identificamos otro efecto del que se tienen pocas referencias y que es denominado como efecto látigo inverso (ELI), el cual busca explicar el impacto de las variaciones o disrupciones de suministro al sistema global de la cadena. Hasta ahora, los resultados del análisis de este efecto sugieren que existe similitud entre el comportamiento y propagación de las disrupciones de suministro derivadas de catástrofes y las causadas por disrupciones de seguridad (interrupciones al flujo logístico generadas por el hombre a través de robos, atentados, etcétera), por lo que dentro de nuestras investigaciones, el análisis del ELI ha sido usado para predecir las formas e impactos de la propagación disrupciones de seguridad en cadenas de suministro de exportación.
Una amplia revisión de trabajos en esta área nos permitió identificar propuestas de análisis interesantes, como las presentadas por Sheffi et al (2003), así como por Pickett (2003), Waters (2007), Gaonkar y Viswanadham (2004) y Cedillo (2011). Estos autores concluyen que las compañías no pueden prever cada amenaza potencial, ni la probabilidad de que cada amenaza se materialice. Sin embargo, establecen que las empresas no tienen por qué hacerlo, pues además no sería factible.
Para ello identifican que las disrupciones tienden a tener efectos similares en la cadena de suministro, no importando si la disrupción proviene de un terremoto, ataque terrorista, huelgas o la quiebra de alguno o varios de sus miembros, debido a que el resultado será el mismo, una interrupción temporal, parcial o total del suministro.
¿Cómo evaluar el riesgo?
Estos autores proponen que para la evaluación del riesgo se debe analizar el contexto de operación específico y entonces desarrollar modelos dinámicos en los que se pueda evaluar en la cadena de estudio uno de los siguientes seis modos de falla: suministro, transporte, instalaciones, infracciones en carga o relaciones, fallas de comunicación y demanda.
Partiendo del hecho de que nuestro trabajo se enfrentaba a un fenómeno complejo y en evolución dinámica, se identificó una herramienta de modelación que ha demostrado su utilidad en estudios de la cadena de suministro, la dinámica de sistemas complejos. Este enfoque buscó comprender las causas estructurales de las disrupciones, lo cual implicó aumentar el conocimiento sobre el rol y procesos de cada elemento de la cadena y evaluar cómo diferentes acciones, efectuadas sobre las partes del sistema de estudio, inducían o mitigaban las tendencias de comportamiento implícitas en el mismo.
Como una característica significativa del enfoque seleccionado, puede decirse que la dinámica de sistemas busca estudiar el sistema en su conjunto y, a través del desarrollo de escenarios, probar diferentes políticas sobre el modelo diseñado, enriqueciendo el conocimiento de los tomadores de decisión (Cedillo y Sánchez, 2008).
De esta forma se conformó un equipo de trabajo multidisciplinario para el desarrollo de modelos desde el enfoque de dinámica de sistemas aplicados a la investigación en materia de propagación de riesgo en cadena de suministros de exportación.
El objetivo fue evaluar el comportamiento de la cadena de suministros bajo distintos escenarios generalizables de disrupción y poder así evaluar su potencial propagación. Un análisis altamente complejo debido a que se debió considerar no sólo una, sino la posibilidad de múltiples disrupciones en las cadenas de suministro de exportación. Al mismo tiempo, se tuvo que considerar que incluso eventos pequeños tienen efectos acumulativos en el desempeño de una cadena de suministro y, por lo tanto, eventualmente pueden tener alto impacto en su supervivencia a largo plazo.
Los primeros resultados muestran que un enfoque proactivo del análisis de riesgos es ya indispensable en la operación de las cadenas de suministro de exportación. Del mismo modo, el diseño de cadenas de suministro con una mayor resistencia al riesgo es un elemento que será crucial en los próximos años debido a la intensidad de la competencia comercial a nivel global.
Además de la vulnerabilidad intrínseca de muchas de las cadenas de suministro de exportación mexicanas que bajo el enfoque lean han sido desarrolladas durante la última década en nuestro país. Este ajuste en el paradigma no sólo es ya indispensable, sino crucial para asegurar la continuidad de las operaciones ante el incremento de los eventos disruptivos de origen natural y humano.
La rentabilidad y posicionamiento del comercio exterior mexicano está cimentado en la efectividad de sus cadenas de suministro, en consecuencia, desarrollar un enfoque proactivo de resistencia al riesgo en los tomadores de decisión logística, es fundamental.
* Investigador Nacional Nivel 1 (SNI-CONACYT) e investigador de COMIMSA-CONACYT.
** Consulte las referencias bibliográficas en la edición impresa de noviembre de Énfasis Logística México y Centro América.