La industria farmacéutica en México enfrenta retos a lo largo de su cadena de valor que requieren la definición de estrategias innovadoras para optimizar procesos y mecanismos de control efectivos para gestionar los distintos riesgos, por lo que es necesario que se reinvente, reposicione y reconfigure para evitar quedar estancada, lo cual implica insertarse en el ecosistema de la salud de forma relevante, sugiere KPMG México.
La publicación La industria farmacéutica mexicana. Actualidades 2018 de KPMG México, señala que algunos factores externos que tienen influencia en el desarrollo de estas compañías son el otorgamiento de registro sanitario para ciertos medicamentos innovadores, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el reconocimiento como una industria estratégica para el país, entre otros.
Además, hacia 2030 existe una tendencia de impulsar la transformación del sistema de salud hacia un mayor desempeño y costo-efectividad, teniendo como prioridad la seguridad del paciente y la efectividad de la atención, puntualiza Ignacio García-Téllez, Director del Sector Salud de KPMG en México.
Dicho reporte indica que la salud es un detonador para el crecimiento incluyente y la productividad, asimismo, que la industria farmacéutica genera un impacto directo en 161 ramas de la actividad económica, produce cerca de 87 mil empleos directos y poco más de 400 mil indirectos y aporta aproximadamente el 7% del Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero en México.
No obstante, la cadena de valor de la industria integra un proceso largo, complejo y costoso, lo que no demerita que sea considerada como prioritaria en el país. De esta forma, las principales razones para impulsarla en México son el fomento al desarrollo tecnológico y científico del país; la creación de fármacos innovadores de origen nacional e incremento de la fabricación de fármacos internacionales.
La promoción de acuerdos con centros de investigación en el país y la industria farmacéutica nacional e internacional; la mayor producción interna de fármacos para reducir la dependencia externa; el aumento de la capacidad de exportación de fármacos de alta tecnología; y el fomento del crecimiento económico nacional y mejoramiento de la balanza comercial de este sector.
El potencial de los dispositivos médicos
El documento de KPMG menciona que México es el primer exportador de dispositivos médicos en América Latina y el octavo a nivel mundial. Y que su cadena de valor enfrenta un cambio de panorama para crear valor para médicos y pacientes en investigación y desarrollo de desarrollo de proceso y aprobación reglamentaria; fabricación de componentes; ensamblado, empaque y esterilización; distribución-mayoristas; mercadotecnia y ventas a hospitales, doctores, pacientes; servicios de ventas-capacitación y consultoría.
Añade que la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos destaca que sus empresas cuentan con 30 plantas de producción que dan empleo a más de 130 mil personas y brindan capacitación a más de 25 mil profesionales de salud. En el país operan cerca de 2 mil 500 unidades económicas especializadas en dispositivos médicos, y 600 empresas registraron exportaciones.
En este sentido, se prevé que los próximos años para el sector salud del país estarán marcados por la necesidad de reforzar la evaluación de los servicios de salud, a través de plataformas de información sólidas, reforzar aspectos de seguridad interna para evitar comercio ilegal, estandarizar criterios regulatorios en la publicidad y aprovechar los propios para fortalecer la industria nacional e impulsar la plataforma de exportación.
Mientras que la industria está expuesta a la presión sobre los precios de insumos para elaborar dispositivos y medicamentos, lo cual repercutiría en el costo de la atención médica; y en la necesidad que tiene el sistema de salud de enfocarse en la prevención para fortalecerse. En este sentido, la empresa farmacéutica, para consolidarse y crecer, deberá transformarse y redefinirse para operar como compañía que maximice el valor de su portafolio de productos; controle y maneje su cadena de valor, entre otras.
Fausto Ávila, Socio de Auditoría especialista en el Sector Salud de KPMG México, concluye que la transformación digital facilitará la prevención y la contención de factores de riesgo para conocer las necesidades del paciente, quien debe estar en el centro de la atención. La innovación debe impactar favorablemente en el bienestar y la productividad, de manera que las empresas nacionales como las multinacionales construyan alianzas más sólidas y consistentes para potencializar el desarrollo.