Desde aquí, el corporativo busca tener para el 2015, el 25% de material reciclado en sus empaques a nivel nacional. Se espera que la nave esté en funcionamiento al 100% en el segundo semestre del 2013.
En junio, Coca-Cola puso la primera piedra de lo que será la ampliación de su planta de reciclado pet de grado alimenticio en Toluca, Estado de México, con lo cual dio un paso más dentro de la tendencia verde que se da actualmente en el mundo en materia de empaques.
Al respecto, Brian Smith, Presidente de Coca-Cola de México, manifestó el compromiso de su compañía de reducir al máximo la huella de carbono al corto y mediano plazo en el desarrollo de sus empaques, e indicó que la ampliación de este proyecto forma parte integral de las iniciativas que la empresa impulsa en materia de empaques sustentables, lo cual, afirmó, es uno de los pilares de la plataforma global “Viviendo positivamente”.
Con esta nueva ampliación —la cual asciende a 34 millones de dólares y donde participan como inversionistas los grupos embotelladores Arca Continental, Bepensa, Yoli de Acapulco, Corporación del Fuerte, Corporación Rica, Embotelladora del Nayar y Embotelladora de Colima— la empresa pretende duplicar su capacidad de reciclaje para procesar 60 mil toneladas de pet al año, equivalente a dos mil millones de botellas.
Reciclado botella a botella
Esta nave, que fue inaugurada en 2009, es únicamente de reciclado botella a botella y maneja material pet que se recolecta a nivel nacional a través de una cadena logística donde participan pepenadores, centros de acopio y demás recolectores hasta que llega a estas instalaciones para su transformación y su posterior envío a otras plantas de Coca-Coca, ya como un producto terminado y listo para volverse a utilizar como nuevas botellas con resina reciclada pet.
“Para recolectar botellas utilizamos cualquier mecanismo de recuperación de envase con infraestructura de acopio a nivel nacional, las llevamos a granel a esos centros y las clasificamos y generamos el material; lo compactamos sucio y en pacas lo traemos a PetStar. Es muy importante mencionar que todos los envases de pet son 100% reciclables. La labor es coadyuvar diversas industrias, sociedad y gobierno para lograr lo que llamamos responsabilidad compartida”, comentó Jaime Cámara, Director General de PetStar.
Coca-Cola cuenta con centros de acopio en Acapulco, San Luis Potosí, Mérida y tiene pensado abrir otros en Guadalajara, Monterrey y Veracruz, los cuales buscan tener un radio de influencia de hasta 400 kilómetros a la redonda.
El directivo resaltó el papel que juega la sociedad en el proceso de reciclaje y en la importancia de mantener en buen estado los envases para un uso más adecuado. En ese sentido, hizo un llamado a la población a no enjuagar la botella una vez que ha sido utilizada, ya que, dijo, se gasta mayor cantidad de agua en un proceso que posteriormente se realizará en la planta de PetStar; “aquí se busca el manejo sustentable del agua, ya que por cada litro, se lava alrededor de un kilogramo de material que equivale a aproximadamente 33 botellas”, detalló.
“Lo que hay en esta planta es lo último en tecnología, y detrás no se ve hay una labor importante con alto impacto social, con PetStar tenemos un proyecto de responsabilidad social en Chimalhuacán, en el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, donde se brindan alternativas de educación, alimentación y salud a hijos de pepenadores; este mismo modelo lo buscamos replicar en otras parte del país”, manifestó Jaime Cámara.
Reciclaje en 13 pasos
En los centros de acopio se hace una selección previa del material para el reciclado; de aquí se utiliza flota subcontratada que traslada el pet en pacas a la planta de Coca-Cola, en Toluca. Conforme llega el material, es sometido a un proceso que incluye 13 pasos:
1. Almacén de materia prima. En esta área se guardan las pacas de botellas que se reciben de los proveedores y centros de acopio.
2. Alimentación. En esta zona se rompen las pacas y se introducen al proceso de producción.
3. Prelavado. Se utiliza equipo de tecnología italiana AMUT para lavar el exterior de las botellas y retirar suciedad, etiquetas y tapas.
4. Detección. Una vez que ya están limpias, los envases se separan de otros materiales y colores.
5. Molienda. Es un cuarto antiruido donde se muelen las botellas transformándolas en hojuelas.
6. Lavado. En esta área se lavan las hojuelas y se eliminan pegamentos y sólidos que no son pet. Mediante una tecnología suiza Buhler se realiza un proceso de purificación, incluso mayor al de la misma resina, para que pueda estar en contacto con alimentos y cumpla con los requisitos de inocuidad.
7. Secado. Un cuarto también antiruido donde se elimina el agua y la humedad de las hojuelas.
8. Homegeneización. Consta de cinco silos: en los dos primeros se mezclan las hojuelas y los tres posteriores se toman muestras para evaluar su calidad.
9. Detallado final. Se eliminan diminutas partículas residuales de color y metálicas.
10. Extrusión. En esta zona se funde la hojuela y se transforma en resina (pellets) de pet amorfo.
11. Nitrógeno. En esta área se controla el nitrógeno que se usa para remover todos los volátiles de la resina.
12. Policondensación. En equipos especiales se cristaliza y policondensa la resina, dándole mayor resistencia y dejándola lista para la fabricación de botellas y envases para alimentos y bebidas.
13. Laboratorio. Aquí se verifica que el producto cumpla con todas las especificaciones para que pueda ser utilizado en la fabricación de nuevas botellas de pet. Finalmente, el producto terminado se almacena y se envía a los clientes en camiones tolva.
Acerca del nivel de grado alimenticio que manejan en sus envases, Jaime Cámara precisó que éstos cumplen con los estándares solicitados por el organismo estadounidense FDA (Food and Drug Administration, Administración de Alimentos y Medicamentos) y por la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) en México. “El envase de pet es ideal, no causa ni tiene ningún tipo de toxicidad, al tener alimentos tiene que pasar por este proceso de purificación, el envase es inocuo, no genera ningún tipo de migración o toxicidad”, aseguró.
Envases en pro del medio ambiente
El Director General de PetStar señaló que la nueva infraestructura manejará los mismos estándares de eficiencia en sus procesos operativos y el mismo modelo tecnológico con el que actualmente se trabaja. La superficie total de la planta de PetStar es de 25 mil metros cuadrados y muchas áreas que existen actualmente se van a compartir con la nueva nave, la cual se prevé que esté funcionando al 100% en el segundo semestre del año que viene.
El objetivo de Coca-Cola, agregó Gabriela Hernández García, Gerente de Empaque Sustentable de Coca-Cola, es que el 25% de la resina que se utiliza actualmente en las botellas sea reciclada para 2015. Actualmente, la planta de PetStar tiene una capacidad para reciclar 55 mil toneladas de diferentes tamaños, y con la ampliación se podrán llegar a 85 mil toneladas. “Aquí se recicla y se acopia pet de cualquier envase del país, de cualquier producto y de cualquier marca, y todo pasa por el mismo proceso de selección y de reciclado”, afirmó.
A largo plazo, Coca-Cola busca ampliar utilizar el potencial del reciclado para crear otras plantas en otras zonas del país; no obstante, esto se evaluará conforme se vayan dando los avances. Con los recursos invertidos y la tecnología, el corporativo pretende que la planta de PetStar se convierta en el sistema de reciclado más grande de América Latina y uno de los más importantes e integrados del mundo.
* Consulte el artículo completo en nuestra edición de julio 2012 de Énfasis Logística México y Centroamérica.