En su última edición del informe Perspectivas Económicas Mundiales (GEP, por sus siglas en inglés), el Banco Mundial pronosticó un crecimiento de 4.7% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios.
Asimismo, este organismo corrigió sus predicciones de crecimiento en este 2012, a 5.4% para los países en desarrollo y a 1.4% para los países de ingreso alto (-0.3% para la zona del euro). A mediados del año pasado, el Banco pronosticó un crecimiento de 6.2% y 2.7%, (1.8% para la zona del euro), respectivamente.
Estos resultados son consecuencia de la regresión económica actual y la crisis de la deuda de la zona del euro, aunado a la incipiente fortaleza de las economías emergentes. En términos generales, la perspectiva de crecimiento mundial es de 2.5% para este año y 3.1% para el próximo.
En lo que respecta a comercio internacional y en los precios de los productos básicos, se calcula que las exportaciones mundiales de bienes y servicios crecieron sólo 6.6% en 2011 (a diferencia del 12.4% en 2010). Bajo esta lógica, hay una posibilidad de crecimiento de 4.7% para este año.
Paralelamente, hay una tendencia que se dirige a la baja (14%) en los precios de los productos básicos, que han contribuido a mitigar la inflación en la mayoría de los países en desarrollo. Aunque los precios internacionales de los alimentos descendieron en los últimos meses, la seguridad alimentaria de los más pobres, incluidos quienes viven en el Cuerno de África, sigue siendo un problema alarmante.
A la fecha, el riesgo de los países en desarrollo ha aumentado en 45 puntos básicos en promedio y los flujos bruto de capital hacia estos países cayó a 170 mil millones de dólares en el segundo semestre de 2011, mucho menor a los 309 mil millones de dólares que recibieron en el mismo período de 2010, apuntó el reporte.
“Los países en desarrollo deben evaluar sus vulnerabilidades y prepararse para más crisis, mientras todavía hay tiempo”, advirtió Justin Yifu Lin, primer economista y primer Vicepresidente de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.
Otro de los aspectos importante en este contexto es que los países en desarrollo tienen ahora menos espacio fiscal y monetario para aplicar medidas correctivas como lo hicieron en la pasada crisis (2008 y 2009). Por esta razón, si el flujo financiero internacional se agota y se deteriora súbitamente el comercio mundial, su capacidad para reaccionar podría estar limitada.
Planes de contingencia monetaria y un uso racional de los recursos, fue la principal recomendación de Andrew Burns, jefe del Equipo de Tendencias Macroeconómicas Mundiales y autor principal del informe.