No obstante, se indicó que los desafíos para la región persisten, como la normalización de la política económica en los Estados Unidos, con tasas de interés más elevadas y que han llevado a una caída drástica en los flujos netos de capital hacia la región, el fortalecimiento del dólar, la depreciación de la mayoría de las monedas emergentes y tensiones comerciales”.
Carlos Végh, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que se han encontrado baches en el camino a la recuperación, lo que hace que sea aún más necesario mejorar la comprensión y la gestión de los riesgos y otros impactos, como las turbulencias financieras o los desastres naturales.
En este sentido, se mencionó que América Latina y el Caribe está expuesta y es muy vulnerable a una serie de desastres naturales, como terremotos e inundaciones que pueden devastar regiones enteras o los huracanes, que azotan particularmente a los estados caribeños.
Al respecto, Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, expuso que “teniendo en cuenta la incertidumbre existente en el panorama económico, es importante construir resiliencia para afrontar el futuro con mayores garantías. Esto es particularmente relevante en la región por su exposición a los riesgos”.
Un ejemplo de ello son los bonos catastróficos para terremotos de la Alianza del Pacífico. Además, la distribución de riesgos entre países a través de herramientas como el Mecanismo de Seguro contra Riesgos Catastróficos del Caribe (CCRIF) puede proporcionar fondos de fácil acceso para la recuperación, luego de que un país miembro sufra un huracán.
No obstante, impactos imprevistos como la crisis financiera global de 2008 son imposibles de predecir y no pueden asegurarse: La recuperación depende de la asistencia posterior al hecho, aunque se pueden adoptar medidas antes de que ocurran. El fortalecimiento de las instituciones y los mercados puede ayudar a los países a recuperarse rápido, destacó el último informe regional semestral del BM.
“Para prepararse ante un futuro incierto, es de suma importancia que la región entienda los diferentes tipos de riesgo y qué mecanismos de seguros están disponibles. A medida que se avance en este ámbito, los países de América Latina y el Caribe serán capaces de asegurar muchos más tipos de riesgo, haciendo de ALC un lugar mucho más seguro para vivir y prosperar”.