En la opinión de Roberto Cabrera, Socio Líder Nacional de Asesoría KPMG en México, la innovación tecnológica ha transformado la capacidad de oferta de las organizaciones, los costos, la manera de interactuar con los clientes, la comunicación, la logística y las cadenas de suministro, en términos de mayor competitividad, eficiencia y productividad a largo plazo, con lo cual permite la incursión en nuevos mercados e impulsando el crecimiento de la economía.
"Gracias a estos avances tecnológicos, hemos construido un mundo donde la experiencia del usuario, los servicios basados en datos y la medición del crecimiento por medio de herramientas de análisis hacen prácticamente obligatorio diseñar constantemente nuevos modelos de negocio", menciona el ejecutivo de KPMG en México.
En dicho contexto, señala Cabrera, la innovación debe ser una cultura arraigada en toda la estructura de las organizaciones, ya que su contribución se nota en diferentes áreas, actividades y procesos. Acota que el estudio Perspectivas de la Alta Dirección en México 2017, una encuesta realizada a 868 directivos en México, arroja que 75% de los encuestados enfocan la innovación como una de sus tres prioridades en la organización.
El socio líder de KPMG en México asegura que existen espacios para innovar en la administración, en el manejo de los recursos humanos, en las compras de insumos o directamente en los productos y servicios que se ofrecen a los clientes, si es que este concepto se adopta de manera estratégica como lo hacen 38% de los líderes de empresas que participaron en la encuesta.
Sin embargo, de acuerdo con el estudio, todavía 30% de las organizaciones enfocan este tema a la medida, es decir, sin un enfoque consistente o herramientas y recursos dedicados. Una perspectiva de esta naturaleza es útil a corto plazo, pero insuficiente para que la organización construya una cultura de innovación, cambio, métricas y presupuestos, sobre todo, con el aval y el impulso de la alta dirección.
Cabrera señala que la innovación es ya una obligación porque los nuevos modelos de negocio amenazan actualmente a industrias que han dominado los mercados durante décadas. El ejemplo está en el surgimiento de start-ups u ofertas digitales disruptivas, que presentan a las organizaciones el reto de responder en lapsos cada vez más cortos.
"Así, la cultura de innovación debe promoverse desde el interior de la compañía como un proceso constante absolutamente necesario, del que depende la supervivencia o desaparición del negocio", acota Cabrera.