Los aranceles estadounidenses afectarán a las cadenas de suministro globales, incluidas las compañías extranjeras en China, y afectarán a los capitales de todo el mundo, destacó el Ministerio de Comercio de China luego de la decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles por valor de 34 mil millones de dólares sobre importaciones chinas.
Además, el diplomático reiteró que Pekín no desea participar en una guerra comercial desatada por Washington. A esta situación se añadió que la agencia aduanera china afirmó que el país asiático impondrá aranceles sobre bienes estadounidenses de forma inmediata después de que empiecen a operar las tarifas en Estados Unidos.
Al respecto, expertos señalaron que esta medida afectará también a los capitales de todo el mundo, incluyendo a sectores norteamericanos, pues se verían afectadas no sólo las exportaciones desde China, sino de un conjunto de empresas que participan en los procesos de fabricación de esos productos.
Indicaron que Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, eleva su política comercial de corte proteccionista sin ninguna negociación y por encima de los parámetros establecidos globalmente en instancias como la Organización Mundial del Comercio (OMC). Incluso diversos empresarios del sector industrial, comercial y estatal de ese país y de otros, han pedido revertir dichas medidas por la afrenta que implica a la dinámica de la economía mundial.
Cabe destacar que hasta el momento el gobierno estadounidense no tiene intención de negociar las instancias que ha planteado China y, pese a ello, esta nación ha llevado adelante la reducción arancelaria en más de mil 400 productos para favorecer el ingreso de los bienes norteamericanos.
Diversos analistas refirieron que lo que lo que se busca desde Estados Unidos es frenar el avance del denominado gigante asiático en los espacios de hegemonía tecnológica, pues China ha ascendido en cadenas de valor muy sofisticadas, partiendo de un escalamiento tecnológico veloz y las consecuencias apuntan a que Estados Unidos ha visto sus intereses desafiados en ese espacio.
En este contexto, la medida que hace unos meses tomó el presidente Trump contra el acero y el aluminio de diferentes regiones que afecta la fabricación de automóviles, entre ellas la Unión Europea (UE) y China, agravó la relación comercial con éste último país.
Por su parte, Li Keqiang, Primer Ministro Chino, expuso que China y Alemania deben seguir explorando el potencial para mejorar la facilitación comercial y ampliar el comercio de servicios entre los dos países. Y pidió a los dos países que incrementen las inversiones bidireccionales y creen un entorno de inversión equitativo, transparente y predecible a las empresas del otro país.
Añadió que existen grandes posibilidades de que las empresas alemanas amplíen sus exportaciones de mercancías competitivas, equipos y servicios al mercado chino: Industrias como los vehículos eléctricos y la manufactura inteligente deben servir como plataforma de cooperación e instó a los dos países a intensificar su colaboración en industrias emergentes como la inteligencia artificial, los autos impulsados por nuevas energías y la conducción automática.
También expresó la voluntad de cooperar con el país europeo en la expansión de terceros mercados y la búsqueda de oportunidades en ámbitos como la interconectividad, construcción industrial, fabricación de equipos y el transporte público en varias regiones prioritarias como Europa central y oriental, América Latina y África.