Aún con el viento en contra, México se encuentra ante una oportunidad histórica para consolidarse como el nodo logístico más estratégico de América del Norte. Sin embargo, la falta de inversión en infraestructura, la incertidumbre regulatoria y la presión por cumplir con estándares internacionales como los ESG amenazan con frenar el impulso del nearshoring.
Así lo advirtieron Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, y Jacobo Ramos Folch, profesor adjunto de la Universidad de Navarra, durante el panel “Perspectivas económicas, políticas y comerciales en el Nuevo Orden Económico Norteamericano”, organizado por Coparmex.
Canadá: socio estratégico en la integración regional
Desde Ottawa, el embajador de Canadá en México, Cameron MacKay, subrayó la profundidad de la relación comercial entre México y Canadá, destacando que: “Nuestro comercio bilateral ha crecido más de 12 veces desde la entrada en vigor del TLCAN y su modernización al T-MEC”. Actualmente, el intercambio comercial supera los 100,000 millones de dólares canadienses anuales, con un flujo diario de casi 170 millones de esa misma moneda.
Durante su intervención en las Juntas Internacionales de Coparmex 2025, MacKay destacó que la relación no se limita al comercio de productos, sino que implica una integración productiva: “Fabricamos cosas juntos, desde automóviles hasta aviones, pasando por productos alimenticios seguros y saludables para nuestras familias”. Esta colaboración estrecha refuerza la resiliencia de las cadenas de suministro regionales y posiciona a América del Norte como “la plataforma económica más competitiva del mundo”.
Además, Canadá es el tercer inversionista más importante en México, con una inversión acumulada cercana a los 60,000 millones de dólares canadienses. “Las empresas canadienses ofrecen decenas de miles de empleos bien remunerados que elevan la calidad de vida en América del Norte”, añadió el embajador.
Cadenas de suministro: una integración difícil de romper
Siller destacó que, pese a la retórica proteccionista del presidente Trump, la interdependencia logística entre México y EU es profunda y estructural. “Las cadenas de suministro están tan integradas que muchos productos cruzan varias veces la frontera antes de ser terminados. Es como tratar de separar un huevo revuelto”, ilustró. Esta integración, sumada a la cercanía geográfica, convierte a México en un socio difícil de sustituir: “Aunque EU quisiera reemplazar a México, tendría que enfrentar mayores costos, tiempos de entrega más largos y falta de especialización en otros países”.
Actualmente, México es el tercer país con los costos logísticos más bajos para EU, y durante la pandemia demostró resiliencia al mantener estables sus tiempos de entrega, a diferencia de los envíos desde Asia. Además, el 83% de las exportaciones mexicanas a EU no están pagando aranceles, pese a la retórica de endurecimiento comercial. “Esto puede deberse a inconsistencias en la aplicación de aranceles o a compras anticipadas por temor a nuevas tarifas”, explicó Siller.
Nearshoring: oportunidad congelada
Gabriela Siller y Jacobo Ramos coincidieron en que el fenómeno del nearshoring —la relocalización de cadenas de suministro más cerca del mercado final— representa una oportunidad histórica para México. Sin embargo, esta oportunidad se encuentra “congelada” por la falta de inversión en infraestructura y la incertidumbre política.
“Estamos viendo una caída de más del 35% en la inversión física del sector público, algo no visto desde 1995”, alertó Siller. Esta falta de inversión en energía, agua y transporte limita la capacidad del país para atraer nuevas plantas manufactureras. “En lugar de estar invirtiendo más, estamos invirtiendo menos”, lamentó.
Desde la perspectiva europea, Ramos Folch subrayó que “la infraestructura es clave para aprovechar la inestabilidad global como una oportunidad”. Citó un informe de McKinsey que posiciona a México como el mayor proveedor de bienes para EU entre 2017 y 2024, lo que refuerza la urgencia de modernizar puertos, carreteras y conectividad digital.
El reto de las pymes en la cadena de suministro
Uno de los puntos más críticos para la logística mexicana es la integración de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en las cadenas de valor. Ramos Folch advirtió que: “La excesiva carga regulatoria y los nuevos estándares ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) representan un riesgo para las pymes proveedoras de grandes compañías”.
Siller propuso una solución pragmática: “El gobierno podría otorgar mayores garantías a los bancos para que presten a pymes que cumplan con criterios ESG. Así se incentiva el cumplimiento y se facilita el acceso a financiamiento competitivo”.
Ambos coincidieron en que la formalización de las pymes es esencial. “La lucha contra la informalidad es clave para que las pymes puedan integrarse a cadenas globales”, dijo Ramos Folch, recordando que la OCDE ha hecho de este tema una prioridad en América Latina.
Regionalización y reglas de origen: el nuevo juego
Con la revisión del T-MEC en el horizonte —posiblemente adelantada antes de 2026—, Siller anticipa una mayor regionalización del comercio. “Trump buscará imponer aranceles fuera del T-MEC y presionará a México para reducir su dependencia de importaciones chinas. Las reglas de origen cobrarán más relevancia”, explicó.
Sin embargo, también podría ser una oportunidad para consolidar una mayor regionalización. “Si México logra mantener un arancel efectivo más bajo que el resto del mundo, podría ganar participación de mercado frente a China y la Unión Europea”, añadió la economista.
En este contexto, las reglas de origen cobrarán mayor relevancia, y México deberá reducir su dependencia de importaciones chinas, que actualmente representan el 20% del total, un máximo histórico. “EU pedirá a México hacer frente común contra China”, anticipó Siller.
MacKay, por su parte, hizo un llamado directo al empresariado mexicano: “Ustedes, los empresarios, son quienes están detrás de esta exitosa integración. Tienen un papel clave en la revisión del T-MEC durante el próximo año. Saben qué necesitan de sus gobiernos para crear empleos y prosperidad”.
Logística como eje estratégico
El nuevo orden económico norteamericano no solo redefine las relaciones comerciales, sino que coloca a la logística y la infraestructura como ejes estratégicos del desarrollo. México tiene una ventana de oportunidad única para consolidarse como hub manufacturero y logístico de América del Norte, pero para lograrlo deberá invertir, simplificar regulaciones y apoyar a sus pymes.
Siller proyecta un crecimiento económico de apenas 0.5% para México en 2025, con riesgo de caer a -1% si los aranceles se mantienen. La inflación cerraría en 4.1%, con una tasa de interés de política monetaria en 7.5%. “No estamos en estanflación, pero sí en un escenario retador”, advirtió. Además, el peso mexicano podría apreciarse hasta los 18.50 por dólar, impulsado por flujos especulativos que apuestan al diferencial de tasas de interés con EU.
El nuevo orden económico norteamericano redefine las reglas del comercio, pero también coloca a la logística y la infraestructura como ejes estratégicos del desarrollo. México tiene una ventana de oportunidad única para consolidarse como hub manufacturero y logístico de América del Norte, pero para lograrlo deberá invertir, simplificar regulaciones, apoyar a sus pymes y fortalecer su soberanía tecnológica.
Como concluyó Siller: “Estamos al borde de una segunda ola de nearshoring. Pero si no invertimos ahora, podríamos perderla”. Remató el embajador MacKay: “Juntos podemos hacer de América del Norte una región insuperable”.