Cuando Alejandro Franco imaginó el futuro de los semiconductores en México, no pensó en seguir el camino trazado por otros países, sino en abrir uno nuevo. Desde Querétaro, presentó el primer modelo IDM nacional, una propuesta que busca convertir al país en creador —no solo consumidor— de tecnología. En un momento en que las cadenas de suministro globales se reconfiguran y el nearshoring toma fuerza, esta iniciativa podría ser el engranaje que faltaba para que México se posicione como un actor estratégico en la industria de los chips.
Franco presentó el primer modelo IDM (Integrated Device Manufacturer) de semiconductores desarrollado en territorio nacional, una apuesta que busca transformar la posición del país en la cadena global de valor tecnológica.
La propuesta de QSM Semiconductores no es solo industrial, sino estructural. Desde su sede en Querétaro, la empresa integra diseño, manufactura y comercialización de chips legacy node —semiconductores maduros pero altamente eficientes— para sectores como salud, seguridad, consumo e Internet de las Cosas (IoT). Los chips de 450 nanómetros que desarrollará QSM están pensados para funciones específicas, con ventajas en ahorro energético, desempeño optimizado y especialización por sector.
Un ecosistema en construcción
Franco no se conforma con levantar una planta. Su visión es detonar un ecosistema nacional de semiconductores basado en tres pilares: proveeduría local, formación de talento especializado y desarrollo tecnológico aplicado. Actualmente, más de 40 especialistas ya colaboran en el proyecto, y la planta se encuentra en fase de consolidación
“México va a cambiar su posición de espectador en el tema de los semiconductores, se va a convertir en un jugador real”, afirmó Franco, convencido de que el país tiene las condiciones para lograrlo.
¿Por qué esto importa para la logística y el supply chain?
La industria de los semiconductores es el corazón invisible de la economía digital. Desde sistemas RFID para rastreo de inventarios hasta sensores en vehículos autónomos, estos diminutos dispositivos de silicio permiten optimizar rutas, reducir tiempos de entrega y automatizar procesos críticos en la cadena de suministro.
En México, la pandemia evidenció la vulnerabilidad de depender de importaciones de chips. La escasez global afectó gravemente a sectores como el automotriz, provocando paros técnicos y pérdidas millonarias. Por ello, iniciativas como la de QSM no solo representan una oportunidad tecnológica, sino una estrategia de resiliencia logística.
México en la carrera global
La Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC) estima que México tiene el potencial de convertirse en un hub regional de semiconductores, gracias a su ubicación geográfica, infraestructura industrial y talento técnico. Actualmente, el país participa en etapas clave de la cadena de valor como diseño, manufactura, ensamble y pruebas, con presencia de empresas como Intel, Skyworks y Texas Instruments.
El Bajío, donde se ubica QSM, es una de las tres regiones con mayor concentración de capacidades en semiconductores, junto con la Frontera Norte y la zona centro del país.
Una apuesta estratégica
El modelo IDM de QSM Semiconductores llega en un momento clave, cuando el nearshoring y la reconfiguración de cadenas de suministro están redefiniendo el mapa industrial global. Con una propuesta ágil, especializada y local, México podría dejar de ser solo un eslabón en la cadena y convertirse en un generador de innovación.
Para los líderes de logística y supply chain, este movimiento representa una oportunidad para fortalecer sus operaciones, reducir riesgos y participar en una nueva etapa de desarrollo industrial nacional.