La lucha por el control de las cadenas de suministro que haydetrás del conflicto arancelario entre China y Estados Unidos, pone a México ante una oportunidad única para posicionarse como un nodo estratégico del comercio y la logística global.
Aprovecharla va más allá de capitalizar la cercanía geográfica y la estrecha relación que tiene con el consumidor más grande del planeta vía el T-MEC, único acuerdo comercial que hasta ahora la administración Trump ha respetado -a su manera- y que no deja de ser una promesa de inversiones por Nearshoring.
El reto ahora es lograr la facilitación comercial sin dejar de lado el reforzamiento de la seguridad en aduanas y los cruces fronterizos, especialmente ante los riesgos emergentes a nivel global que incluyen la infiltración del crimen organizado y el riesgo de ciberataques en las operaciones aduaneras.
Un tablero global en disputa: China vs Estados Unidos
La batalla geopolítica que marca el rumbo actual del comercio internacional no se libra en los campos militares, sino en los corredores logísticos y tecnológicos, según Claudia Avila Connelly, directora general de Atención Aduanera y Asuntos Internacionales de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM).
Estados Unidos busca reducir su dependencia de China, mientras que el gigante asiático consolida su influencia en sectores estratégicos, lo que ha generado una batalla por controlar las cadenas de suministro. "Los aranceles son apenas un medio y no un fin”, dijo ante miembros de la Asociación Mexicana del Transporte Intermodal (AMTI).

Hasta 2024, China dominaba 31.6% de la manufactura global frente al 15.9% de Estados Unidos. Además, asegura el acceso a minerales críticos como grafito, litio y cobalto, insumos clave para industrias de energía limpia y de semiconductores.
Esa ventaja genera una vulnerabilidad creciente para Washington y abre una competencia que trasciende los aranceles.
Los aranceles son “un arma que está usando Estados Unidos para poder ganar la batalla al posicionamiento mundial de China”, señaló la experta en comercio internacional e integrante del Advisory Board de The Logistics World.
El plan sistémico de China y la Nueva Ruta de la Seda
El enfoque sistémico de China incluye controlar insumos, manufactura, puertos y rutas de transporte. A través de empresas estatales como Cosco y China Merchant Ports, controlan participaciones en más de 90 puertos de 53 países.
China, plantea Avila Connelly, no solo garantiza el movimiento de mercancías, también despliega tecnología portuaria, lo que ha generado tensiones en Estados Unidos, ante posibles riesgos de ciberseguridad.
La llamada Nueva Ruta de la Seda refuerza esta estrategia. Más de 120 países han recibido financiamiento para infraestructura logística bajo este esquema, lo que amplía la huella de influencia china en América Latina, África y Europa.
México: un pivote en la integración de América del Norte
Aunque México no participa formalmente de la estrategia china, la cercanía con Estados Unidos lo obliga a definir una postura de equilibrio en este tablero global. Por ello, el país se perfila como pieza clave para la reconfiguración de las cadenas de suministro.
Tras la pandemia, desplazó a China como principal socio comercial de Estados Unidos mientras que el Nearshoring ha contribuido a la llegada de inversión extranjera directa destinada a manufactura y exportación hacia el mercado estadounidense.

Además, la reciente cercanía con Canadá ha abierto nuevos frentes, como rutas marítimas entre Lázaro Cárdenas y puertos del oeste canadiense.
México no debe conformarse con ser el vecino de Estados Unidos, sino proyectarse como un nodo estratégico de la logística global
Claudia Avila Connelly, directora de Atención Aduanera y Asuntos Internacionales de la ANAM
Aduanas: el frente más crítico
El potencial de México solo se materializará si sus aduanas logran el equilibrio entre seguridad y agilidad. Actualmente existen 50 aduanas principales y 271 puntos de revisión que procesan en promedio 60,000 operaciones diarias.
La magnitud de la tarea exige procesos homologados, digitalización y una fuerte estrategia anticorrupción que redunda en una mayor confianza a nivel global.
De acuerdo con un reciente estudio de la World Customs Organization en 68% de los casos de contrabando detectados a nivel internacional se confirmó la participación de personal dentro de la cadena de suministro de carga marítima.
Esta cifra subraya la urgencia de fortalecer los sistemas de prevención, detección y sanción en México. “Ahí tenemos un gran reto de educar a nuestras personas, fortalecer los sistemas de compliance, detectar patrones. Nosotros entre Aduanas compartimos alertas y actuamos de manera coordinada, porque imagínense que tenemos al malo adentro”, afirma Avila Connelly.
Prevención, detección y reacción contra la corrupción
La estrategia para fortalecer las aduanas pasa por tres aristas: prevención, detección y reacción. En la primera, la ANAM trabaja con la OMA para fomentar una cultura de integridad y ética en el sector público y privado.
En la detección se planea un sistema de denuncias más anónimo y confiable, incluyendo la reactivación de “teléfonos rojos” para reportes en tiempo real.
Finalmente, la reacción implica sanciones administrativas y penales. Pero la visión es integral: no basta con castigar, se requiere cerrar espacios a la corrupción y crear un entorno de confianza que incentive la facilitación comercial.
Aduanas como nodos de facilitación comercial
El reto también incluye que las aduanas dejen de ser percibidas únicamente como puntos de control y de recaudación. Deben de convertirse en verdaderos nodos de facilitación que reduzcan tiempos y costos y al mismo tiempo, fortalezca al comercio.
Estudios de la OMC indican que una disminución de apenas 1% en los tiempos de despacho podría elevar el comercio global en 3.5%, según Avila Connelly.
“México es el nuevo nodo estratégico en este tablero mundial donde la logística, los tiempos y la mitigación del riesgo cobran vital importancia”. Esa narrativa refleja la urgencia de combinar seguridad, trazabilidad y eficiencia para consolidar la posición del país.
Responsabilidad compartida: empresas y autoridad
Pero la facilitación comercial no depende solo del Estado. El cumplimiento empresarial es clave para reducir revisiones y ganar agilidad.
En palabras de Claudia Ávila: “Sí estamos tratando de acelerar estos mecanismos de revisión para que no se tarden tanto; pero en la medida en que las empresas cumplan al 100%, la probabilidad de revisión va a ser mucho menor. Y así entre todos, logramos la facilitación”.
La corresponsabilidad se traduce en cumplir con normas, evitar discrepancias arancelarias y asegurar trazabilidad en cada operación.
Solo así será posible, dijo, crear un entorno de confianza que permita a México consolidarse como socio confiable en las cadenas de suministro norteamericanas y globales.