El transporte marítimo es la columna vertebral del comercio internacional y una pieza clave para la economía global.
Los buques portacontenedores, con capacidad para movilizar millones de toneladas de mercancías, son responsables de aproximadamente el 90% del comercio mundial.
En países como México, con una ubicación estratégica y puertos clave como Manzanillo y Lázaro Cárdenas, el transporte marítimo desempeña un papel esencial para conectar mercados internacionales y fortalecer la cadena logística en toda América Latina. Sin embargo, esta actividad también genera un impacto significativo en el medio ambiente.
De acuerdo con el informe más reciente de la Organización Marítima Internacional (OMI), el transporte marítimo representa entre el 3% y el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI).
Este porcentaje podría incrementarse a medida que el comercio internacional crece y aumenta la demanda de transporte marítimo.
En un escenario donde la sostenibilidad es prioritaria, mejorar la eficiencia energética de los buques y reducir las emisiones de carbono se han convertido en objetivos cruciales para la industria.
La necesidad de adaptar las operaciones a regulaciones internacionales, como el Índice de Eficiencia Energética de Proyecto (EEDI) y la Estrategia Inicial de Reducción de GEI de la OMI, ha impulsado una ola de innovación en tecnologías marítimas.
En este contexto, el sector enfrenta un doble desafío: equilibrar la rentabilidad económica con la sostenibilidad ambiental, mientras se adapta a una demanda global en constante evolución.
Regulaciones internacionales sobre eficiencia energética
La regulación internacional en el sector marítimo ha sido un motor clave para impulsar la transición hacia operaciones más sostenibles y eficientes.
Dado que el transporte marítimo conecta mercados globales y desempeña un papel esencial en la economía mundial, su impacto ambiental ha generado preocupación, lo que ha llevado a la implementación de políticas estrictas.
La Organización Marítima Internacional (OMI), como organismo especializado de las Naciones Unidas, es la entidad principal que establece normas para garantizar la seguridad, eficiencia y sostenibilidad del transporte marítimo.
A continuación, se destacan las principales regulaciones internacionales relacionadas con la eficiencia energética de los buques portacontenedores:
- Índice de eficiencia energética de proyecto (EEDI): Obligatorio para buques nuevos desde 2013, establece un nivel mínimo de eficiencia energética por milla de capacidad, promoviendo el uso de tecnologías más eficientes.
- Plan de gestión de la eficiencia energética del buque (SEEMP): Requerido para todos los buques, este plan busca optimizar el rendimiento energético durante la operación.
- Estrategia inicial de la OMI para la reducción de GEI: Adoptada en 2018, establece una reducción de la intensidad de carbono del transporte marítimo internacional en al menos un 40% para 2030, y una disminución total de las emisiones de GEI en al menos un 50% para 2050, en comparación con los niveles de 2008.
Tecnologías emergentes para mejorar la eficiencia energética
La transformación de la industria marítima hacia un modelo más sostenible depende en gran medida de la adopción de tecnologías emergentes que mejoren la eficiencia energética y reduzcan las emisiones.
Estas innovaciones no solo responden a las regulaciones internacionales, sino que también reflejan la presión de los mercados globales por implementar operaciones más limpias y rentables.
En el contexto de México y América Latina, la integración de estas tecnologías es clave para mantener la competitividad en los flujos comerciales marítimos internacionales.
A continuación, se analizan las principales tecnologías emergentes que están revolucionando la eficiencia energética en los buques portacontenedores.
- Sistemas de propulsión avanzados: La adopción de sistemas de propulsión híbridos y el uso de combustibles alternativos, como el gas natural licuado (GNL), contribuyen a disminuir las emisiones de GEI.
- Diseño optimizado del casco: Innovaciones en el diseño del casco, incluyendo sistemas de lubricación por aire, reducen la resistencia al avance y mejoran la eficiencia del combustible.
- Energías renovables a bordo: La integración de tecnologías como velas modernas y paneles solares permite aprovechar fuentes de energía limpias, disminuyendo la dependencia de combustibles fósiles.
- Sistemas de captura de carbono: Aunque en fases experimentales, estos sistemas buscan capturar y almacenar CO₂ emitido durante la combustión, reduciendo significativamente las emisiones de GEI.
Estrategias operativas para la reducción de emisiones
La transformación de la industria marítima hacia un modelo más sostenible depende en gran medida de la adopción de tecnologías emergentes que mejoren la eficiencia energética y reduzcan las emisiones.
Estas innovaciones no solo responden a las regulaciones internacionales, sino que también reflejan la presión de los mercados globales por implementar operaciones más limpias y rentables.
En el contexto de México y América Latina, la integración de estas tecnologías es clave para mantener la competitividad en los flujos comerciales marítimos internacionales.
1. Sistemas avanzados de propulsión
a) Propulsión híbrida
La propulsión híbrida combina motores de combustión interna con sistemas eléctricos para optimizar el consumo de combustible.
- Funcionamiento: Permite alternar entre energía generada por combustibles fósiles y energía eléctrica almacenada en baterías, dependiendo de las necesidades operativas.
- Ventajas:
- Reducción de hasta un 20% en el consumo de combustible, según un estudio de DNV GL.
- Operación más silenciosa, ideal para áreas sensibles como reservas marinas.
- Ejemplo: La naviera japonesa MOL ha implementado sistemas híbridos en algunos de sus buques, mostrando reducciones significativas en emisiones de carbono.
b) Uso de combustibles alternativos
El uso de combustibles más limpios como el Gas Natural Licuado (GNL), el hidrógeno verde y el amoníaco está ganando terreno.
- Gas natural licuado (GNL): Reduce las emisiones de óxidos de azufre (SOx) casi al 100% y de dióxido de carbono (CO₂) en un 20%-30%.
- Hidrógeno verde y amoníaco: Aunque aún en etapas iniciales, estos combustibles tienen un potencial significativo para descarbonizar el transporte marítimo. Empresas como Maersk están invirtiendo en buques propulsados por amoníaco verde, proyectados para operar en 2025.
- Desafíos: Infraestructura limitada en puertos para abastecimiento de estos combustibles, especialmente en América Latina.
2. Diseño aerodinámico y optimización del casco
a) Lubricación por aire
Este sistema introduce burbujas de aire bajo el casco del buque, creando una capa que reduce la fricción con el agua.
- Impacto Energético: Disminuye la resistencia al avance en un 7%-10%, mejorando el rendimiento del combustible.
- Ejemplo Real: Los buques de la serie ECO de la naviera griega GasLog emplean esta tecnología con resultados positivos en eficiencia.
b) Materiales avanzados y diseño hidrodinámico
El uso de materiales más ligeros y resistentes, como aleaciones avanzadas y recubrimientos inteligentes, permite mejorar la hidrodinámica del casco.
- Beneficios:
- Menor desgaste y mantenimiento.
- Aumento de la vida útil del casco.
- Tendencia en México: Los astilleros mexicanos, como los de Veracruz, han comenzado a explorar la integración de estos materiales en buques pequeños para carga costera.
3. Energías renovables a bordo
a) Velas de asistencia y sistemas de propulsión eólica
La tecnología de velas modernas, como las velas rígidas y las turbinas eólicas montadas en buques, permite aprovechar la energía del viento.
- Ejemplo destacado: La empresa francesa CMA CGM ha iniciado pruebas con velas rígidas en su flota, logrando reducir las emisiones en rutas de larga distancia.
- Relevancia para América Latina: Rutas comerciales entre México, Estados Unidos y Europa podrían beneficiarse enormemente debido a las condiciones eólicas favorables en el Atlántico.
b) Paneles solares
La instalación de paneles solares en buques portacontenedores se está convirtiendo en una práctica común para alimentar sistemas auxiliares.
- Ahorros energéticos: Proporcionan energía para sistemas de navegación, iluminación y refrigeración, reduciendo la dependencia del combustible en un 5%-10%.
- Caso de éxito: La naviera japonesa NYK Line ha equipado varios de sus buques con paneles solares, reduciendo significativamente su huella de carbono.
4. Sistemas de gestión energética inteligente
a) Software de optimización de rutas
Las herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) y big data permiten planificar rutas más eficientes, considerando factores como corrientes, clima y tráfico marítimo.
- Impacto: Reducen el tiempo de viaje y el consumo de combustible en un 10%-15%.
- Ejemplo: La empresa noruega Kongsberg Gruppen lidera el desarrollo de plataformas de gestión energética para buques, las cuales están siendo adoptadas por grandes navieras globales.
b) Monitoreo en tiempo real
Los sistemas de monitoreo avanzados recopilan datos sobre el rendimiento energético de los buques y sugieren ajustes operativos en tiempo real.
- Aplicación en México: Algunos buques que operan en el Puerto de Manzanillo han comenzado a implementar estos sistemas, mejorando su eficiencia operativa.
5. Captura de carbono a bordo
Aunque aún en fase experimental, los sistemas de captura de carbono buscan atrapar y almacenar el CO₂ emitido por los motores durante la operación del buque.
- Prototipos actuales: La empresa japonesa Mitsubishi Heavy Industries ha desarrollado sistemas que capturan hasta el 80% del CO₂ emitido, almacenándolo en tanques especiales para su posterior procesamiento.
- Desafíos: Altos costos de implementación y la falta de infraestructura en los puertos para manejar el carbono capturado.
6. Electrificación y conexiones en puerto
Los sistemas de electrificación en puerto permiten a los buques apagar sus motores auxiliares y conectarse a la red eléctrica local mientras están atracados.
- Beneficios ambientales: Elimina las emisiones de carbono durante las operaciones en puerto, reduciendo la contaminación local.
- Situación en México: Según un informe del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), puertos como Altamira y Lázaro Cárdenas están evaluando proyectos piloto para implementar infraestructura de electrificación.
A pesar de los avances, la implementación de estas tecnologías enfrenta desafíos significativos:
- Costos de inversión: La adopción de tecnologías emergentes requiere inversiones sustanciales, lo que puede ser una barrera para algunas navieras.
- Infraestructura portuaria: La disponibilidad de infraestructura adecuada en los puertos, como suministro de combustibles alternativos y conexiones eléctricas, es esencial para la adopción de estas tecnologías.
- Regulaciones y estándares: La armonización de regulaciones a nivel internacional es crucial para una implementación efectiva y uniforme de las medidas de eficiencia energética.
La mejora de la eficiencia energética en los buques portacontenedores es fundamental para reducir las emisiones de GEI y mitigar el impacto ambiental del transporte marítimo.
La combinación de regulaciones internacionales, innovaciones tecnológicas y estrategias operativas ofrece un camino prometedor hacia un sector marítimo más sostenible.
Sin embargo, es necesario superar desafíos económicos y logísticos para lograr una adopción generalizada de estas medidas.
La transición hacia un transporte marítimo más eficiente y sostenible no es solo una respuesta a las regulaciones internacionales, sino también una necesidad estratégica para la industria logística global, especialmente en países como México, que desempeñan un papel crucial en el comercio internacional.
La implementación de tecnologías emergentes, combinada con estrategias operativas, ofrece un camino viable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), optimizar el consumo de combustible y mejorar la competitividad de las empresas navieras.
Los avances tecnológicos, como los sistemas de propulsión híbrida, el uso de combustibles alternativos y el diseño hidrodinámico del casco, han demostrado ser efectivos en la reducción de la huella ambiental de los buques portacontenedores.
Sin embargo, estos deben complementarse con estrategias operativas como el "slow steaming", la optimización de rutas y la conexión a redes eléctricas en puerto, que ofrecen soluciones prácticas y de bajo costo para mejorar la eficiencia energética de las operaciones marítimas.
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