Londres, (EFE).- Los accionistas de Shell validaron el martes la estrategia de la petrolera sobre transición energética para alinear sus directrices con las del Acuerdo de París, pero rechazaron acelerar el recorte de emisiones, durante la asamblea general anual celebrada en Londres.
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Durante el encuentro de los accionistas del gigante anglo-holandés, celebrado en el centro de conferencias Excel, en el este de la capital, estos votaron en un 80% frente al 20% a favor de la denominada Resolución 25, que marca el objetivo de llegar a las cero emisiones netas para 2050.
En cambio, se pronunciaron en contra de la Resolución 26, presentada por el grupo minoritario Follow This, que pedía ajustar sus objetivos de reducción de las emisiones de sus productos para 2030, y que fue rechazada por el 79,80% frente al 20,20%.
El presidente del grupo, Andrew MacKenzie, recordó hoy los "buenos progresos alcanzados sobre sus objetivos climáticos por segundo año consecutivo" al defender la estrategia que aplica Shell para avanzar hacia las metas climáticas de París.
En este sentido, destacó la reducción lograda de las emisiones de carbono de sus operaciones en un 30% a finales de 2022, frente a 2016, y más de la mitad hacia el objetivo del 50% para 2030.
Por su parte, el nuevo consejero delegado, Wael Sawan dijo que "se debe lograr un suministro seguro de energía, que sea asequible y cada vez más bajo en emisiones de carbono".
Para ello, Shell debe seguir "la estrategia correcta", apuntó, al tiempo que admitió que "los actuales planes operativos tendrán que cambiar (...) y este cambio deberá ser equilibrado, con inversiones en energía baja en carbono y en petróleo y gas".
Algunos de los accionistas congregados manifestaron su rechazo a la Resolución 25 sobre estrategia de transición energética, al argumentar que la empresa "no está invirtiendo lo suficiente en renovables" y al demandar "un cambio de dirección".
En cuanto a la otra moción, la Resolución 26, presentada por el grupo Follow This, liderado por el activista Mark van Baal, que instaba a Shell a ajustar los objetivos de reducción de las emisiones de los productos que vende Shell para 2030, fue rechazada, como se esperaba, por una amplia mayoría de 79,80% frente al 20,20%.
Los directivos consideran que esa resolución "reduciría" su capacidad "para ayudar al mundo mediante productos decarbonizados para recortar las emisiones" y "debilitaría" su negocio.
Nos obligaría a reducir el número de clientes a los que servimos, y que confiamos en descarbonizar",
explicó MacKenzie.
El inicio de la asamblea anual de accionistas se retrasó más de una hora al ser boicoteada por activistas de varios grupos ecologistas como Extinction Rebellion o Fossil Fuel London, con protestas desde distintos lugares de la sala.
Gritando mensajes opuestos a las prácticas de la empresa -"Go to Hell, Shell, Shut down, Shell" (Vete al infierno, Shell. Cierra el negocio, Shell", fue el más coreado, esas personas fueron desalojadas, una a una, por empleados de seguridad.
La petrolera defiende que se ha fijado objetivos climáticos alineados con el más ambicioso objetivo del Acuerdo de París sobre cambio climático: limitar el incremento de la temperatura media global este siglo hasta los 1,5 grados.
Según Shell, su estrategia aboga por "una transición equilibrada, que mantenga el suministro de petróleo y gas donde todavía es necesario al tiempo que avanza a emisiones de cero neto".
El pasado febrero Shell registró beneficios de 84.300 millones de dólares, una cifra récord en sus 115 años de historia, después de que la guerra en Ucrania alterara los precios energéticos a nivel global y especialmente los del gas europeo.
EFE prc/er/jla
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