Cada segundo se entregan mil 150 paquetes en el mundo. Una de cada ocho personas recibirá algo el día de hoy. ¿Quién sí y quién no debe contar con un sistema de planeación de rutas de entrega?
Si tu negocio transporta alguno de esos más de mil paquetes y no estás seguro si tu operación se beneficiaría al implementar un sistema de planeación de rutas, aquí resolvemos algunas de tus interrogantes.
4 factores a considerar para la planeación de rutas de entrega
Estos son los cuatro factores que debemos considerar en la evaluación para conocer si necesitamos de alguno de dichos sistemas.
1. Tamaño de la operación
Las dos principales variables que ayudan a determinar si una operación es grande o no son la cantidad de pedidos que se despachan al día y el número de vehículos que se utilizan para repartirlos.
Una operación que entrega cuatro pedidos al día con un vehículo solamente requiere planear la secuencia de entrega que seguirá el operador.
Si tenemos dos vehículos, habrá que determinar qué pedido se asigna a cada vehículo y la secuencia de entrega que seguirá cada uno. Hasta aquí, una planeación manual es más que suficiente.
Si tuviéramos cinco vehículos y 25 pedidos, la cantidad de permutaciones vehículo-pedido aumenta vertiginosamente. ¡Encontrar la solución ideal sería tan complicado como abrir un candado con 25 dígitos!
Sin embargo, aún sería posible agrupar los pedidos geográficamente y pedirle a cada operador que elija la secuencia de entrega que considere apropiada.
Al final, cada operador tendría 120 distintas maneras de repartir los cinco pedidos que le fueron asignados.
En resumen, mientras más pedidos y vehículos tenga nuestra operación, es más probable que un sistema de planeación de rutas pueda generar eficiencias a la estrategia de rutas.
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2. Complejidad de la operación
La complejidad de la operación no sólo nos ayudará a entender si necesitamos o no un sistema de ruteo, sino de qué tipo.
Actualmente existen en el mercado sistemas de ruteo que solamente generan una secuencia óptima de visita, es decir, resuelven el problema de planeación de rutas para operaciones con volúmenes de pedidos altos, mas no el desafío de las operaciones complejas.
Las restricciones de circulación, horarios de entrega, pesos y dimensiones de los productos, capacidades de los vehículos, entre muchas otras variables, van sumando a la complejidad de una operación.
Por tanto, un simple “secuenciador” de rutas no es suficiente para generar el plan de entregas factible.
Agrupación geográfica de pedidos
Retomemos el ejemplo de la operación de cinco vehículos y 25 pedidos que, por cierto, es todavía posible planear de manera manual, y adicionemos una nueva variable: dos horarios de entrega, matutino y vespertino.
La agrupación geográfica de los pedidos en rutas ya no sería posible puesto que podrían existir zonas con mayor densidad de pedidos con un horario determinado.
¿Qué pasaría si tuviéramos recolección de devoluciones en ruta? ¿Y si éstas tuvieran horarios específicos también? ¿Qué pasa si mis productos tuvieran pesos y dimensiones distintos? ¿Me cabrán los cinco pedidos que agrupé en una camioneta de 3.5 toneladas?
Una o dos variables adicionales son suficientes para provocar una migraña hasta al planeador más experimentado.
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3. Variabilidad de la operación
Si tus clientes son constantes y esperan sus pedidos sin cambio de día u horario, un sistema de ruteo dinámico podría no ser la mejor opción.
Existen otras alternativas que funcionan relativamente bien para realizar una planeación base sencilla para ser ejecutada día con día.
Por otro lado, si los clientes, puntos de entrega y pedidos cambian de manera frecuente, entonces se vuelve necesario hacer una planeación nueva todos los días. Esta la puede realizar un sistema de ruteo, de forma automatizada y en cuestión de minutos.
4. Confiabilidad de la información
El éxito de cualquier método que se elija para planear rutas, ya sea manual o con un sistema, depende de la calidad de la información que se utilice.
Sin embargo, es especialmente crítico cuando se usa un sistema de ruteo que debemos alimentar con al menos las direcciones de entrega, detalles de los pedidos, volumetría de los productos, capacidades de los vehículos y horarios de operación.
Utilidad de la base de datos
Si no contamos con certeza de que la información está limpia y es correcta, antes de considerar una herramienta tecnológica para el diseño de rutas debemos poner en marcha un proyecto de depuración y limpieza de nuestras bases de datos.
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También es importante revisar y mejorar los procesos de captura de información. Y, entre las actividades, debemos sumar las operaciones en tiendas, almacenes y el departamento de atención a clientes.
Realizar dichas tareas nos va a preparar para una posible implementación de un sistema de ruteo y, además, podría impactar positivamente en toda la organización.
Planeación de rutas de entrega: confiar en la información
Analizar el tamaño, la complejidad y la variabilidad de la operación, así como la confiabilidad de la información que hoy en día tienes, te ayudará a definir si realmente necesitas un sistema para la planeación de rutas.
También podrás saber si invertir en tecnología para este fin es lo que necesitas para llevar tu operación al siguiente nivel.
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