Durante la temporada de Cuaresma y Semana Santa, el consumo de pescados y mariscos en México experimenta un incremento significativo, impulsado por tradiciones religiosas y culturales que promueven la abstinencia de carnes rojas.
El auge en el consumo: cifras que hablan
Este fenómeno no sólo refleja un cambio en los hábitos alimenticios de los mexicanos, sino que también representa un reto logístico para productores, distribuidores y comerciantes, quienes deben garantizar el abasto de estos productos en un mercado que se duplica, e incluso triplica, en algunas regiones del país.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), durante la temporada de Cuaresma y Semana Santa, el consumo de pescados y mariscos en México aumenta entre un 30% y 40% en comparación con el resto del año. Este incremento se traduce en un movimiento económico que supera los 10 mil millones de pesos en ventas, según estimaciones del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Por su parte, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) reporta que las ventas de productos del mar en sus establecimientos asociados crecen hasta un 50% durante estas semanas, siendo el filete de pescado, el camarón y el atún los productos más demandados. Además, la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Mar (ANPEC) destaca que el consumo per cápita de pescados y mariscos en México, que normalmente ronda los 12 kilogramos anuales, se eleva considerablemente durante este período, especialmente en estados costeros como Sinaloa, Veracruz, Sonora y Baja California.
El reto logístico: abasto y distribución
El aumento en la demanda de pescados y mariscos durante Cuaresma y Semana Santa representa un desafío logístico de gran magnitud para los productores y comerciantes. Según Conapesca, el 70% de la producción nacional de pescados y mariscos se destina al consumo interno durante esta temporada, lo que obliga a los actores de la cadena de suministro a optimizar sus procesos de captura, almacenamiento, transporte y distribución.
Uno de los principales retos es garantizar la frescura y calidad de los productos, especialmente en regiones del interior del país, donde el acceso a productos del mar es más limitado. Para ello, los productores deben incrementar sus capacidades de refrigeración y transporte refrigerado, lo que implica una inversión adicional en infraestructura y logística. Además, la sobrepesca en algunas zonas costeras durante esta temporada puede generar presiones sobre los ecosistemas marinos, lo que ha llevado a autoridades y organizaciones a promover prácticas de pesca sostenible.
Impacto económico y oportunidades
El aumento en el consumo de pescados y mariscos no sólo beneficia a los productores y comerciantes, sino que también tiene un impacto positivo en la economía local. Según el Consejo Mexicano de Promoción de los Productos Pesqueros y Acuícolas (Comepesca), esta temporada genera alrededor de 500 mil empleos temporales en toda la cadena de valor, desde la pesca hasta la venta al menudeo.
Sin embargo, el reto logístico también abre oportunidades para la innovación. Algunas empresas han comenzado a implementar plataformas digitales para conectar directamente a los productores con los consumidores, reduciendo intermediarios y garantizando precios más accesibles. Además, la acuacultura ha ganado relevancia como una alternativa sostenible para satisfacer la demanda, ya que permite una producción controlada y constante de especies como la tilapia, el bagre y el camarón.
La temporada de Cuaresma y Semana Santa es un período clave para la industria pesquera y acuícola en México. El aumento en el consumo de pescados y mariscos no sólo refleja una tradición arraigada en la cultura mexicana, sino que también impulsa la economía y genera empleos. Sin embargo, este auge representa un desafío logístico que requiere de inversión, innovación y coordinación entre todos los actores de la cadena de suministro. Con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia, México puede seguir aprovechando esta oportunidad económica mientras garantiza el abasto de productos de calidad para todos los consumidores.