Al igual que con los cambios de paradigma anteriores, el metaverso está preparado para transformar cualitativamente todos los aspectos de la experiencia humana.
Así lo aseguró Nicola Morini Bianzino, Director de Tecnología Global de EY, en un texto en el que explica que el metaverso es un reino virtual tridimensional persistente y compartido donde las personas interactúan con los objetos, el entorno y entre sí a través de representaciones digitales de sí mismos o avatares.
Aunque el concepto aún está en pañales, empresas, gobiernos y la sociedad en general ya busca opciones para navegar con éxito en esa próxima época tecnológica y marcar el comienzo de la próxima frontera de la experiencia humana.
A medida que el metaverso se cruza con varias facetas de nuestras realidades físicas y digitales, surgen cinco preguntas clave, según Bianzino:
1. ¿Cómo desplegará y transformará las empresas el metaverso?
Si bien las tecnologías convergentes abren el camino hacia el metaverso, las experiencias inmersivas en 3D totalmente conectadas presentan un rico panorama de oportunidades en todas las industrias.
Las empresas se preguntan cómo deberían pensar para ese nuevo espacio a medida que dan forma a la estrategia futura. ¿Qué inversiones deberían hacer ahora para estar listos cuando llegue?
Así como la transformación digital continúa obligando a las empresas a evolucionar en todos los aspectos de su negocio, se requerirá una transformación inmersiva.
El articulista vaticina que se abrirá un nuevo campo de competidores junto con diversos mercados, novedosas preferencias de clientes, así como modelos de negocio.
Asegura que es altamente probable que el metaverso se convierta en la principal interfaz de participación del cliente, por lo que las empresas deben comenzar a incluirlo en su visión a corto y largo plazo desde ya.
2. ¿Están preparados los reguladores para el metaverso?
Los reguladores ya están lidiando con la gestión de las externalidades negativas de las tecnologías digitales actuales.
Los problemas de recopilación de datos personales, privacidad, falsificaciones y más están afectando significativamente el tejido de nuestra sociedad, así como la forma en que las empresas interactúan con sus clientes y empleados.
A corto plazo, nuestro portal hacia el metaverso será a través de dispositivos de realidad virtual y aumentada. Estos permitirán a las empresas rastrear datos cada vez más personales, como expresiones faciales, presión arterial, mirada y más.
Las leyes y regulaciones de datos actuales deberán actualizarse a través de múltiples vectores que van desde el acceso equitativo a la seguridad, la responsabilidad y los derechos digitales, así como otros nuevos como la autorepresentación honesta.
3. ¿Cómo reformulará el metaverso las experiencias centradas en el ser humano?
Poner los intereses humanos en el centro es una característica cada vez más diferenciadora para las empresas de hoy.
En el metaverso, esto adquirirá un significado completamente nuevo a medida que las personas se manifiesten y quieran teletransportarse a un mundo inmersivo virtual.
Las experiencias exitosas dependerán de la comprensión y la adaptación a los comportamientos y expectativas emergentes de los clientes.
A medida que emerja en el futuro como la principal interfaz tecnológica, también debemos preguntarnos sobre el impacto en la posible adicción a la tecnología y la salud mental.
A sabiendas de esta situación, ¿cómo cambiará esto la forma en que las marcas diseñan e implementan el recorrido del cliente?.
Todavía más puntual: ¿cómo se redefinirán el compromiso y la lealtad del cliente?, pregunta el autor del texto de EY.
4. El metaverso y la sustentabilidad ¿cómo se vincularán?
La sostenibilidad ocupa un lugar destacado en las agendas corporativas y gubernamentales en estos tiempos.
Hacer que el metaverso sea una realidad tecnológica requerirá una gran infraestructura nueva y, para ser adoptada, necesitará soluciones resilientes y de cero emisiones.
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Además, si el consumo de productos y experiencias cambia de manera desproporcionada a virtual o digital, podría tener un impacto significativo en el consumo de recursos físicos y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Eso puede ser de una manera positiva, ya que podría generar menos viajes, pero también podría aumentar la demanda de energía.
Si el metaverso nos hace valorar más el mundo virtual y digital que el físico, ¿nos moverá a preocuparnos menos por el medio ambiente?, cuestionó Bianzino.
5. ¿Cómo se desarrollarán las implementaciones del metaverso en todo el mundo?
Internet ya está balcanizado, operando bajo diferentes reglas en diferentes partes del mundo.
La tecnología se está convirtiendo en la nueva base para la competencia global y el metaverso no será la excepción.
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Ante esa posibilidad, el escrito pregunta: ¿Cómo impactarán la geopolítica global y la creciente tendencia del proteccionismo en la evolución del metaverso? ¿Aparecerán líneas de falla similares? ¿Y qué significará para las empresas que son cada vez más multinacionales gracias a la propia naturaleza de Internet?
Es cierto que no podemos imaginar por completo toda la gama de beneficios o riesgos que surgirán tras la consolidación del metaverso, pero estamos en los umbrales de una nueva experiencia humana que promete ser fascinante.
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