Europa ha estado preocupada por la desaceleración de su crecimiento económico desde principios de este siglo. Varias estrategias para aumentar el crecimiento han ido y venido, pero la tendencia se ha mantenido sin cambios.
Según diferentes métricas, se ha abierto una amplia brecha en el PIB entre la Unión Europea y Estados Unidos, impulsada principalmente por una mayor y pronunciada desaceleración del crecimiento de la productividad en el viejo continente.
- Así lo detalló el reporte The Future of the European competitiveness, elaborado por la misma comunidad europea.
La UE también se benefició de un entorno global favorable. El comercio mundial floreció bajo reglas multilaterales y en un mundo de geopolítica estables no había motivos para preocuparse.
Pero los cimientos sobre los que se construyó dicha estabilidad ahora están tambaleándose, porque la era de rápido crecimiento del comercio mundial parece haber pasado.
Es así porque las empresas de la UE enfrentan una mayor competencia del exterior y tienen un menor acceso a los mercados extranjeros.
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El rol del cambio tecnológico en la estabilidad europea
Europa ha perdido abruptamente su sitio como el proveedor más importante de energía a manos de Rusia. El cambio tecnológico se está acelerando rápidamente y Europa se perdió en gran medida la revolución digital liderada por Internet, detalló el reporte.
La brecha de productividad entre la UE y EU se explica en gran medida por el sector tecnológico. La UE es débil en las tecnologías emergentes que impulsarán el crecimiento futuro; sólo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo son europeas. Y la necesidad de crecimiento de Europa está aumentando.
- Para 2040, se prevé que la fuerza laboral se reducirá en cerca de 2 millones de trabajadores cada año. Por tanto, el bloque tendrá que apoyarse más en su productividad para impulsar el crecimiento.
Si la UE mantuviera su tasa media de crecimiento de la productividad desde 2015, solo sería suficiente para mantener el PIB constante hasta 2050.
Para digitalizar y descarbonizar la economía, la proporción de inversión en Europa tendría que aumentar alrededor de 5 puntos porcentuales del PIB a niveles vistos por última vez en los años 1960 y 1970.
A modo de comparación, las inversiones adicionales previstas por el Plan Marshall entre 1948 y 1951 ascendieron a alrededor de 1-2% del PIB anualmente.
Innovación bloqueada
El problema no es que a Europa le falten ideas o ambición, añadió el reporte. Pero ocurre que la innovación está bloqueada en la siguiente etapa: la innovación no se traduce en comercialización y las empresas innovadoras que quieren crecer en Europa se ven obstaculizadas en cada etapa por políticas inconsistentes y restrictivas.
Como resultado, muchos empresarios europeos prefieren buscar financiación de capitalistas de riesgo estadounidenses y crecer en el mercado norteamericano.
El informe señala que si la UE quiere superara a EU debe ofrecer oportunidades de educación y aprendizaje a adultos y buenos empleos para todos.
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Descarbonización y competitividad
El segundo ámbito de actuación es un plan conjunto de descarbonización y competitividad.
Si los ambiciosos objetivos climáticos de Europa van acompañados de un plan coherente para alcanzarlos, la descarbonización será una oportunidad para el bloque.
Aunque los precios de la energía han caído considerablemente desde sus máximos, las empresas de la UE todavía sufren por los precios de la electricidad, que son 2-3 veces mayores que en Estados Unidos.
La campaña de descarbonización global es una oportunidad de crecimiento para la industria de la UE.
El bloque es líder mundial en materia de tecnologías limpias como turbinas eólicas, electrolizadores y combustibles bajos en carbono.
Sin embargo, la competencia china se está agudizando en industrias como los vehículos eléctricos, impulsados por una poderosa combinación de políticas industriales masivas y subsidios a la innovación, control de las materias primas y capacidad de producir a escala continental.
Reducir la dependencia
La tercera área de acción es aumentar la seguridad y reducir las dependencias. La seguridad es una condición previa para el crecimiento sostenible.
Los crecientes riesgos geopolíticos pueden aumentar la incertidumbre y frenar la inversión. Europa está particularmente expuesta y depende de un puñado de proveedores para materias primas críticas, especialmente de China.
La demanda mundial de esos materiales se está disparando debido a la transición a la energía limpia. El continente depende enormemente de importaciones de tecnología digital. Para la producción de chips, entre el 75% y el 90% de la capacidad mundial de fabricación de obleas se encuentra en Asia.
Estas dependencias son a menudo bidireccionales (por ejemplo, China depende de la UE para absorber su exceso de capacidad industrial), pero otras economías importantes, como Estados Unidos, están intentando activamente desenredarse.
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