La administración de la cadena de suministro se ha desarrollado como un campo científico desde finales de la década de 1960.
Aunque a lo largo del camino ha habido interrupciones, algunas severas, sus diseñadores han seguido en gran medida la filosofía de “un modelo único para todos” porque asumían, erróneamente, que los clientes compran de la misma manera y tienen expectativas similares.
Pero todo eso cambió con la disrupción mundial causada por la pandemia por el Covid-19 en 2020. De hecho, lo único positivo que ha resultado de Covid es que ha acelerado el cambio en al menos una década, o quizá incluso más.
El entorno operativo anterior a Covid
La transformación no fue una situación provocada exclusivamente por la pandemia. Las cadenas de suministro empezaron a volverse vulnerables décadas previas al Covid-19.
Años de centrarse en la eficiencia y la reducción de costos vaciaron las supply chain empresariales y las hicieron frágiles, eliminando su potencial de impactar positivamente los ingresos.
Las bases de suministro se racionalizaron y el abastecimiento global sustituyó al local y al regional a medida que el personal de compras y adquisiciones perseguía incansablemente sus objetivos de reducción de gastos.
El principal problema es que no tomaron en cuenta lo que estaba sucediendo en cuanto a la demanda.
Muchas empresas alrededor del mundo centralizaron la producción y sus redes de distribución para reducir aún más los costos. Por lo tanto, las expectativas de los clientes no recibieron mucha atención en esta meta de lograr una estructura de costos más bajos.
Al mismo tiempo, y especialmente durante las dos primeras décadas del siglo XXI, la volatilidad aumentó tanto en la demanda como en la oferta.
Este fenómeno fue provocado por la alta incidencia de los desastres naturales, las constantes amenazas de ciberseguridad y el surgimiento de diferentes patrones de comportamiento de compra de los clientes.
Cambios en la administración de la cadena de suministro
En opinión del gurú de la gestión, Jim Collins, esto sentó las bases para un periodo prolongado de "inestabilidad feroz" para los siguientes años. Tuvo razón y, con muy pocas excepciones, no estuvimos preparados para una disrupción como la que trajo el Covid-19.
Esto se debió a la larga historia de diseño de cadenas de suministro configuradas con la “talla única”, bajo la esperanza equivocada de que reducirían los costos, y aumentó cuando sucedió lo contrario.
Se necesita urgentemente un nuevo enfoque completo, con resiliencia incorporada a las cadenas de suministro empresariales que tengan la capacidad de satisfacer una variedad de expectativas de clientes diferentes.
Diseñando para un mundo futuro
Mi propia búsqueda de una nueva filosofía de diseño ha tenido lugar desde finales de la década de 1980. Esta filosofía se centró en lograr una 'alineación' más precisa entre la empresa (y las cadenas de suministro dentro de ella) y el mercado objetivo.
Originalmente lo llamamos alineación estratégica, pero luego cambiamos a alineación dinámica, cuando nos dimos cuenta de que los clientes podían cambiar y tienen más de un comportamiento de compra, según la situación en la que se encuentran y las presiones sobre ellos.
Esta nueva filosofía 'de afuera hacia adentro', impulsada por la investigación primaria en el mercado objetivo y complementada con análisis de datos de demanda, llevó a lo largo de los años a una conclusión:
Las empresas necesitarían un mínimo de cuatro configuraciones de cadena de suministro diferentes para dar servicio hasta al 80% del mercado objetivo.
A estas configuraciones de la cadena de suministro las llamamos: colaborativas, lean, campaña, y ágil.
Juntas, representan la capacidad del business-as-usual (o BAU por sus siglas en inglés) para administrar en mercados que exhiben más o menos 40% de variabilidad.
Sin embargo, el Covid-19 expuso las cadenas de suministro globales a una interrupción más extrema, una que exigía una respuesta correspondientemente extrema.
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Reconfiguración en la administración de la cadena de suministro
De ahí la nueva totalmente flexible de la configuración de la cadena de suministro, que atiende interrupciones extremas no planificables, con hasta más o menos 100% de variabilidad.
Entonces, en efecto, si tomamos en serio la predicción de Jim Collins, debemos prepararnos para administrar un 'universo paralelo' de configuraciones de la cadena de suministro en las próximas décadas.
Pero no se detiene ahí. Una vez que tenemos el diseño del esquema de nuestra red de la cadena de suministro, tenemos que vincularlo todo junto con la digitalización.
Así proporcionaremos la visibilidad requerida de extremo a extremo (E2E), tan necesaria en la gestión de nuestra futura cadena de suministro, en tiempo real.
Mucho debe cambiar para alcanzar este estado deseado. Nuestros sistemas de TI internos deben estar vinculados a través de una capa de integración para lograr la visibilidad E2E, preferiblemente con una torre de control instalada para monitorear el progreso de los pedidos en horizontes de tiempo de 24 horas y una semana.
Se debe instalar una capacidad de 'seguimiento y rastreo' impulsada por IoT, preferiblemente con una capacidad de prueba de entrega (PoD por las siglas en inglés de point of delivery) en el punto de destino, complementada con opciones de pago. Y todo esto debe lograrse de forma sostenible.
La tarea final: lograr la transformación en el terreno
Desafortunadamente, nuestra investigación de campo indica que hasta el 60% de los planes mejor diseñados nunca se entregan en el terreno, no debido a las acciones de la competencia, sino a la resistencia interna al cambio.
El Covid ha ayudado al superar gran parte de esta resistencia, pero podría volver después del Covid si no estamos en guardia.
Por esta razón, es vital complementar los cambios de diseño y tecnología mencionados anteriormente con cambios en la forma en que configuramos el lado humano del negocio.
Después de todo, las cadenas de suministro, que son una gran parte de la mayoría de las empresas, están dominadas por la presencia de personas y su comportamiento, por ejemplo, los clientes, los proveedores y los empleados.
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Un buen comienzo sería reconocer que, al tiempo que retenemos elementos del diseño funcional actual, necesitamos agregar una nueva subestructura que funcione de manera transversal, impulsando los flujos de la cadena de suministro que se alinean con los clientes.
Estas dos subestructuras organizativas, vertical y horizontal, se ejecutan por separado pero sincronizadas. Este no es un diseño matricial.
Una vez que tenemos estas dos subestructuras en su lugar podemos trabajar en la composición de los equipos con el fin de dar forma a las subculturas necesarias para impulsar estos flujos de trabajo de manera eficiente y precisa, sin la habitual pérdida de energía causada por las desalineaciones.
Una última palabra
El Covid ha sido una plaga para la economía global, pero también ha traído consigo una "ventana de oportunidad" para las empresas que están preparadas para aprovecharla.
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¡Ahora es el momento! Rediseña las redes de cadena de suministro globales, regionales y locales. Cambiar el diseño de tu organización para lograr la visibilidad E2E a través de la digitalización.
Aumenta la velocidad de reloj de los procesos internos a fin de reducir los tiempos de toma de decisiones, y mejora la alineación con la demanda y la oferta.
Si sigues esta receta, encontrarás que el costo de servicio a tus mercados objetivo se reducirá significativamente. La satisfacción del cliente aumentará así como los ingresos de primera línea.
Lo sabemos porque en realidad hemos logrado esta rara combinación con varios de nuestros clientes globales en el campo. ¡Buena suerte!
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