A pesar de los efectos negativos provocados por la pandemia de Covid-19 en todo el mundo, México se ubica entre los primeros 20 centros de manufactura nearshoring, modelo de externalización de servicios en el que la subcontratación de procesos se realiza con empresas ubicadas en un país cercano.
De acuerdo con Índice Nearshoring, elaborado por la empresa inglesa Savills, México se ubica en la posición número 15 entre 40 países que integran el ranking. El reporte destaca el bajo costo de la mano de obra en México, lo que lo vuelve extremadamente atractivo para los nuevos modelos de manufactura tras el Covid-19.
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“En América, México es el país con la clasificación más alta entre los encuestados, ocupó el puesto 15 general. Bajos costos laborales (una décima parte de los de EU) lo han establecido como un importante mercado de fabricación en las proximidades del gran mercado consumidor estadounidense, asegurándolo como un destino clave de nearshoring”, se señala en el reporte Covid-19 and Global Manufacturing Supply Chains, elaborado por la consultora.
Las diferencias entre manufactura nearshoring y offshoring
El modelo nearshoring deriva de offshoring, estrategia por la que una empresa transfiere sus procesos de negocio o tecnología a terceros ubicados en destinos lejanos a lo largo del mundo.
Este modelo ha sido ampliamente utilizado en los últimos años debido a que genera importantes beneficios como el ahorro de costos, sin embargo, tras el arranque de la pandemia y el cierre de las cadenas de suministro chinas, la mayoría de las empresas ha buscado otro modelo.
En ese sentido, el nearshoring se ha convertido en la nueva oportunidad de negocios, ya que permite mayor control de la producción manufacturera y menores tiempos en los procesos de toma decisiones, al procurar una comunicación más rápida.
Recientemente, reporte de PwC “Más allá de China: hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro”, destaca algunos beneficios de considerar opciones como el nearshoring en el replanteamiento de las cadenas de suministros globales.
Por ejemplo, si los manufactureros estadounidenses decidieran mover la producción fuera de China, podrían reducir sus costos operativos en un 24%. Si eligieran a México el porcentaje sería del 23%.
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