El gobierno de Estados Unidos propuso nuevas leyes para impulsar la fabricación nacional de chips, ante la escasez mundial de estos insumos.
Los representantes de la industria están presionando para que se pongan fondos a disposición de las empresas y los investigadores, ante la urgencia por resolver la escasez que afecta a las cadenas de suministro globales.
Hace menos de un mes, las compañías que forman parte de la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA) y otros socios del sector celebraron una reunión virtual con más de 100 miembros del Congreso de los Estados Unidos y otros funcionarios para buscar apoyo financiero para la ley CHIPS for America.
¿Qué es la ley CHIPS?
La Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors, más conocida como CHIPS for America, busca aliviar los cuellos de botella que han paralizado la producción de automóviles y causado escasez de productos electrónicos de consumo en Estados Unidos.
En junio pasado, las autoridades estadounidense aprobaron una serie de medidas de apoyo a la innovación, bajo la Ley de Innovación y Competencia de los Estados Unidos (USICA), en la que se enmarca la ley CHIPS.
Como indica dicha legislación, se destinará 52 mil millones de dólares para la fabricación, diseño e investigación de semiconductores en ese país.
¿En qué consiste la ley FABS?
Por otra parte, en el Congreso estadounidense aún se negocia la llamada ley FABS (Facilitating American-Built Semiconductors), que establecería un crédito fiscal por inversión en semiconductores.
Esta propuesta sigue en discusión pues diversos actores políticos y de la industria plantean que debería ampliarse para incluir gastos tanto de fabricación como de diseño para ayudar a fortalecer todo el ecosistema de semiconductores.
Quienes forman parte de la SIA han sostenido numerosas reuniones para que las medidas que incluyen estas regulaciones se implementen lo antes posible.
Para ello, es necesario que se pongan nuevos fondos a disposición de las empresas y los investigadores de la industria de semiconductores.
Acciones de algunas empresas ante la escasez mundial de chips
Sin embargo, la urgencia es tal que gigantes electrónicos como Intel han optado por tomar acciones concretas al respecto, aunque eso signifique contrariar los esfuerzos de la administración del presidente estadounidense Joe Biden.
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Intel anunció que invertirá siete mil millones de dólares para construir una nueva planta de empaque de chips en Malasia, según información de Bloomberg.
El fabricante de procesadores también dijo que detallará en breve sus planes para desarrollar nuevas tecnologías con las que pretenden multiplicar por más de 10 la densidad de empaquetado de los chips para el año 2025.
¿Cómo afecta la escasez mundial de chips a México?
Y aunque pareciera un asunto local, la realidad es que el mundo hiperconectado en el que vivimos lo convierte en un problema global.
Tan es así que México eligió la producción de semiconductores como un sector prioritario a desarrollar como parte de sus trabajos conjuntos en el Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y Estados Unidos (DEAN).
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Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de México, dijo apenas esta semana en una conferencia de medios que ambos países comenzarán a hacer sinergias para avanzar en ese objetivo.
Ese esfuerzo forma parte del fortalecimiento de las cadenas de suministro y la coordinación del despacho en situaciones de crisis dentro del DEAN.
Tanto afecta a México la falta de semiconductores del país vecino, que la calificadora Fitch Ratings redujo su estimado de crecimiento de 2021 para México.
La firma estima a 5.4% el crecimiento para el país en comparación con el 5.9% que anunció previamente, ante la desaceleración de la economía en el segundo semestre del año debido a las continuas interrupciones del suministro y la persistencia de la crisis de salud global.
La escasez mundial de semiconductores ha afectado a las plantas automotrices mexicanas, lo que se suma la desaceleración de Estados Unidos, motivan a esa nueva predicción en de la calificadora en su reporte Panorama Económico Global 2002.
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